El novelista y director británico reúne los textos que lleva escribiendo desde que un desafortunado accidente lo dejó tetrapléjico, dependiente para todo, en 2022. En estas bellas páginas hay reflexiones, recuerdos, lucidez y un gran sentido del humor Leer
El novelista y director británico reúne los textos que lleva escribiendo desde que un desafortunado accidente lo dejó tetrapléjico, dependiente para todo, en 2022. En estas bellas páginas hay reflexiones, recuerdos, lucidez y un gran sentido del humor Leer
En diciembre de 2022, el escritor Hanif Kureishi (Londres, 1954), que pasaba unos días en Roma, sufrió un accidente, mareo y caída tan desafortunada que lo dejó tetrapléjico a causa de la hiperextensión -no rotura total-. No está claro si volverá a caminar o si podrá volver a sujetar un boli. A pedazos reúne los textos que fue escribiendo a lo largo de los días posteriores al accidente y durante su periplo hospitalario durante ese primer año posaccidente: dos hospitales en Roma, otros dos en Reino Unido.. Kureishi dictaba los textos, bien a su pareja, Isabella, bien a alguno de sus hijos. Con Carlo es con quien ha hecho el trabajo de edición, revisión y ampliación de esas notas, algunas de ellas publicadas en el substack The Kureishi Chronicles en su casa de Londres, donde continúa su rehabilitación.. Traducción de Mauricio Bach. Anagrama. 256 páginas. 20,90 € Ebook: 10,99 €. Puedes comprarlo aquí.. El accidente es una tragedia que termina con la vida tal y como la conocía, hace del escritor alguien totalmente dependiente para todo. La incapacidad para mover su cuerpo lo convierte en una especie de ser a merced de todo tipo de procedimientos invasivos, incómodos y a la vez necesarios para su recuperación. Kureishi, inmóvil en su cama, incapaz de retener esfínteres o de llevarse la comida a la boca o de rascarse, a veces está de mal humor, claro, a veces desearía estar muerto.. Incluso cuenta que decidió hacerse creyente para poder culpar a Dios de su mala suerte pero no le sirvió de mucho -«No fui capaz de asentar mi fe»-. Se preocupa de cómo afecta su nueva situación a quienes le rodean. Por supuesto, su estado cambia las relaciones con su pareja, con sus hijos, con su expareja. Y piensa en su vida, es lo que más hace, como si la situación de parálisis, de premuerte, le llevara de manera inevitable a hacer balance de su vida.. La memoria lo lleva pronto al nacimiento de la vocación de escritor, aparece su padre como un héroe, como un modelo aún; la depresión casi crónica de su madre, el acoso racista que sufrió en la adolescencia. Kureishi se refugió en los libros, primero como lector, después decidió que ser escritor le salvaría, y así fue. Recuerda sus inicios en la literatura, escritor de relatos porno, con una mezcla de ternura y anhelo, el mundo anterior a la imagen. Kureishi escribió el guion de Mi hermosa lavandería, que dirigió Stephen Frears, y en un momento en que podía haberse decantado fácilmente por la escritura para cine y televisión, eligió la novela: El buda de los suburbios (1990) lo convirtió en el escritor que quería ser.. El escritor y cineasta hace algunos años en el Festival de Venecia.Barbara Zanon. Lo sorprendente de A pedazos no es el humor -no resulta sorprendente porque Hanif Kureishi siempre recurre al humor, aunque deteste los chistes-, lo que sorprende es la claridad de pensamiento del escritor y la disposición a seguir participando de la conversación pública, de Meloni a los lectores de sensibilidad.. El libro que construye Kureishi se mueve entre la introspección, la memoria y la mirada hacia los otros: aparecen nuevas amistades, sus compañeros de hospital, de rehabilitación, algunos van a mejor, algunos mueren. La fragilidad de la vida y lo que hay de milagroso en el día a día de una persona sana se le aparece a Kureishi por la vía de la privación. Sin embargo, su nueva condición no lo convierte en un monsergas ni en un iluminado que predica el agradecimiento, etc.. Le salen al paso un montón de asuntos, entre ellos, el psicoanálisis o la importancia del sexo en nuestras vidas, algunas series y algunos cotilleos de su paso por Hollywood, pero la escritura es al que más meditaciones dedica. Kafka, Chéjov, «el escritor especializado en el aburrimiento y en la gente aburrida» Graham Greene, Salman Rushdie o Suso Cecchi d’Amico, abuela de Isabella y prolífica guionista, son algunos de los escritores que aparecen.. Sobre la escritura creativa, asignatura que imparte, dice: «La era del neoliberalismo, en lo que respecta a la escritura creativa, ha convencido a la gente de que el talento para escribir es una cosa que se puede comprar». En otro momento habla de que hay algo de don en escribir, y en parte este libro es la muestra de su compromiso con ese don («un gran poder conlleva una gran responsabilidad», ya se sabe).. Kureishi huye de la solemnidad, enemas mediante: «En la verdadera escritura se produce un contacto entre la parte más profunda de una persona y la de otra […] Es hora de someterme a mi segundo enema. Lo espero con impaciencia».
Literatura // elmundo