La norma era no decirlo nunca. La película, sin embargo, la rompe a los tres minutos: un barón pronuncia la palabra “mafia” justo después de un homicidio. Por primera vez en la historia del cine italiano, y presumiblemente mundial. De paso, En nombre de la ley, de Pietro Germi, adelantó ya en 1948 los temas clave que rodean a la organización criminal: muerte, violencia, la omertá, el pizzo (tasa a los negocios locales), la familia, el presunto honor, un poder alternativo al oficial, la connivencia del Estado o la lucha antimafia de un magistrado. Como el juez Paolo Borsellino, despedazado con su escolta hace ahora 33 años por una bomba en Palermo cuando acudía a visitar a su madre.. Incluso el desenlace de la película de Germi resultó profético: el capo Massaro Passalacqua se redimía y colaboraba con la ley. Un tempranero pentito (arrepentido), como muchos otros que vendrían después. A la vez, un lavado de cara que fue criticado ya entonces y que la cultura ha contribuido durante décadas a fomentar. Asesinos, cierto. Muy elegantes, eso sí. Salvajes, aunque dotados de un código. Corruptos, pero protectores con los suyos. Malos, o quizás no tanto. De El Padrino a Gomorra, de El día de la lechuza a Los Soprano, libros, películas, series, teatro, cómics o videojuegos han reflejado a Cosa Nostra, Camorra o ‘Ndrangheta con resultados muy distintos de rigor, respeto, éxito y crítica. Han servido para denunciarlas y plantarles cara. También para disparar su magnetismo. Hasta los propios criminales han adoptado a posteriori estéticas y frases que les atribuían en la ficción.. “El elemento de seducción está. Y el riesgo de la apología es evidente. El Padrino era una película que mostraba mucha fascinación por ese mundo”, apunta Emiliano Morreale, autor de un ensayo de título tajante: La mafia imaginaria. 70 años de Cosa Nostra en el cine. Y subraya que, cuando Giorgio Castellani rodó la película I Grimaldi, sobre su padre, el boss Michele Greco, lo retrató con los rasgos de don Vito Corleone. “Las mejores intenciones moralistas de una mala película también son un servicio pésimo a la cultura antimafiosa”, agrega Gian Mauro Costa, coautor del ensayo La mafia al cinema, publicado en 2024.. Problemas y debates que regresan con la nueva entrega de una saga de videojuegos. El primer Mafia terminaba con el asesinato del protagonista: recordatorio digital de que la familia criminal nunca perdona. A partir del 8 de agosto, Mafia. The Old Country pretende narrar el origen del fenómeno, llevando al usuario a encarnar a un joven durante su ascenso delictivo. Se mezclan, de nuevo, sangre y atracción. La única mención crítica en los vídeos promocionales del juego es que la carrera del muchacho conlleva “un coste”. Por lo demás, se celebran realismo, gráficos, adrenalina, sonido ―aunque los personajes hablan en inglés― e indagación histórica.. “¡La mafia tiene algo intrigante y eso ha llevado a convertirla en marca de productos, restaurantes o hasta juegos de mesa!”, subraya Caterina Chinnici, eurodiputada y autora de È così lieve il tuo bacio sulla fronte, libro sobre su padre Rocco, un juez asesinado en el atentado que anticipó en 1983 la llamada temporada de las matanzas en Italia. La política planteó este año a la Comisión Europea “la potencial contrariedad” al orden público del juego de mesa La famiglia. La gran guerra de la mafia, ya que lo consideraba dañino para la dignidad de los sicilianos y el recuerdo de las víctimas. “Aunque tal constatación no es suficiente para impedir su comercialización”, añade.. En 2018, de hecho, la justicia europea prohibió a la cadena de restauración La mafia se sienta a la mesa registrar su marca, pero sus tiendas permanecen abiertas en toda España. Una empresa de joyas chilena también aprovecha el tirón del nombre de la organización. Hace pocas semanas, un comedor de un colegio infantil de Madrid incluyó en el menú “espaguetis mafiosos”. Cabe preguntarse si serviría a niños de cuatro años una “paella etarra”. El caso es que pocas organizaciones criminales cuentan con mejor imagen: tal vez solo Pablo Escobar ha logrado un éxito parecido, con polémicas sobre la serie Narcos incluidas. La guerra legal contra la mafia sigue en marcha. Y, en Sicilia, ha atrapado hasta al último capo en clandestinidad, Matteo Messina Denaro. Mientras, la batalla del relato avanza más despacio.. “Cuando era niño, y había asesinatos en Palermo, me decían ‘No te preocupes, se matan entre ellos’. Esa idea de métete en tus asuntos y no te chives debe desmontarse. Los sicilianos hemos sido avestruces, espectadores que miran sin posicionarse. No me interesa la representación de la mafia necesariamente negativa, pero sí realista. No es una industria que crea trabajo y resuelve problemas, sino una entidad que derrite en ácido a un niño de 12 años”, comparte Mario Conte, juez y miembro de Progetto Legalità, la fundación que honra la memoria de Borsellino. La obra teatral Autorretrato, de Davide Enia, también explora qué significó aquella Sicilia donde cualquiera lloraba alguna ausencia familiar por la mafia, y Costa está escribiendo un libro que une a Cosa Nostra con poderes oscuros, el boom de la heroína y la derrota de una generación. “Es y sigue siendo una organización criminal que se caracteriza por su estructuración y el uso de la violencia para obtener, a través de actividades ilícitas, un ingente beneficio económico”, define Chinnici.. Poca literatura. La propia cultura, según Morreale, tardó en tomarse en serio el asunto. “Hasta los noventa no existe una literatura relevante sobre ello”, ejemplifica. Con la excepción, reconocida unánimemente, de El día de la lechuza, de Leonardo Sciascia. O de La viña de uvas negras (Altamarea), de Livia de Stefani, una de las primeras escritoras en denunciar a la mafia, en 1953. Hoy, además de la obra de referencia, Gomorra, de Roberto Saviano, hay creaciones celebradas como la novela Ti mangio il cuore, o los ensayos Un fatto umano (en cómic), Capire la mafia y Cose di Cosa Nostra, que recoge una veintena de entrevistas a Giovanni Falcone, el otro conocido magistrado asesinado en 1992, con su mujer, la también jueza Francesca Morvillo, y la escolta, con un explosivo que voló parte de una carretera cerca de Palermo. Faltaban 57 días para que la mafia matara también al juez Borsellino. Ante la impotencia ―¿aquiescencia?― del Estado. El propio magistrado sabía que estaba condenado, como reconstruye el podcast Mattanza. Y más desde que descubrió infiltraciones mafiosas en servicios secretos y altas esferas de la Administración.. Por lo menos, para Morreale, la tragedia supuso un punto de inflexión fundamental: “Ya todos los italianos conocían a la mafia”. El estudioso coloca otro momento clave tres décadas antes, en los sesenta: “Se reconoce su existencia y se crea una comisión parlamentaria de investigación. Aparecen la novela de Sciascia y la película Salvatore Giuliano, de Francesco Rosi. Pero cambia poco, porque la manifestación cultural sigue ligada al estereotipo”. La representación, según coinciden los entrevistados, oscilaba entre la mirada épica, incluso heroica y un retrato arquetípico, ridículo, como un “vicio antropológico local”, dice Costa. Tanto en el cine italiano como en Hollywood. “Se ha producido una espectacularización bastante peligrosa, que a veces se mantiene”, sostiene Conte. La película El siciliano, de Michael Cimino, de 1987, sale citada como ejemplo de todo lo anterior.. Hizo falta el trabajo de Rocco Chinnici, Falcone y Borsellino ―y muchos más―, para otro avance crucial: el llamado maxiproceso. Es decir, más de 450 mafiosos sentados en el banquillo y condenados finalmente, en enero de 1992, a un total de 2.665 años de reclusión. También gracias a los testimonios del primer célebre arrepentido, Tommaso Buscetta, cuyo retrato reconstruye otro filme aplaudido, El traidor, de Marco Bellocchio.. “Antes, no sabíamos ni cómo se llamaba la organización. Por fin se empiezan a ver los mafiosos en sus características reales: mezquinos, moral e intelectualmente pequeños”, sostiene Costa. “Los jueces comienzan a mostrar la organización por dentro”, agrega Morreale. La prueba de que dieron en la diana está en la furia homicida que desató Cosa Nostra. “Mi padre puso los fundamentos del moderno sistema antimafia y lo pagó con su vida. Se basa, hoy como entonces, en coordinación y cooperación investigativa y judicial [con la creación del primer equipo especializado de magistrados], el contraste patrimonial, y la innovación normativa [con la introducción del delito de asociación criminal de tipo mafioso]”, reflexiona Chinnici.. Crónicas de muertes anunciadas. Todo ello, y más, está reconstruido en Mattanza, de Giuseppe Pipitone. A lo largo de ocho episodios, el podcast explora cómo se fraguó el asesinato de Falcone y Borsellino. Y se pregunta cómo es posible que la crónica de dos muertes anunciadas se terminara efectivamente escribiendo. El propio Falcone había avisado de que “mentes refinadísimas” colaboraban con Cosa Nostra. Y las muchas fuentes recopiladas por Mattanza cuestionan que sicarios astutos y expertos, pero en algunos casos hasta semianalfabetos, pudieran concebir y realizar en solitario tan complejos e impecables atentados. Entre misterios y sombras, el podcast recuerda que la propia realidad superó cualquier ficción: la acumulación de errores en las investigaciones de la muerte de Borsellino resultaría poco creíble hasta en una novela. El último capítulo de Mattanza repasa los posibles vínculos mafiosos de Silvio Berlusconi y aquella vez que el fallecido magnate se sentó con el capo Stefano Bontate, para garantizarse protección a cambio de dinero, como revelaron varios pentiti.. El creador de Mattanza nació en las tierras que narra. Igual que Franco Maresco, director de películas valientes como La mafia ya no es lo que era o Belluscone, Piero Melati y Francesco Vitale, autores de la reconstrucción ensayística Vivi da morire, o Salvo Palazzolo, cuyos libros e investigaciones le han obligado a llevar escolta. Los entrevistados, sin embargo, no consideran imprescindibles las raíces autóctonas. Y también entienden que, como sucedió en Scampia para el rodaje de la serie Gomorra, los lugareños se harten de que siempre se describa su hogar en los mismos términos. “El riesgo de que nos olvidemos si no hablamos de ello es secundario respecto al peligro de insertar la narración dentro de cierta espectacularización. Decir que está no es de por sí positivo”, afirma Morreale.. Las dudas alrededor de la adaptación a serie de Gomorra ofrecen un buen ejemplo: muestra la barbarie camorrista, pero, a la vez, ha creado iconos carismáticos, idolatrados hasta por los capos reales. Hubo, además, actores de la producción detenidos más tarde por sus vínculos criminales. Otro aviso de que la mafia se infiltra por todas partes, incluso entre verdad y ficción. “Es como la mala hierba”, ilustra el juez Conte.. “Puede venir alguien desde fuera, lo importante es que el proyecto sea claro y verificado”, añade Costa. La miniserie Il capo dei capi, sobre Totò Riina, hizo justo lo contrario, según varios entrevistados. Y la serie La piovra, del romano Damiano Damiani, recibe opiniones a favor, pero también en contra. Los creadores estadounidenses de Mafia: The Old Country acudieron a fotografías, antiguos documentos y un viaje a Sicilia con anfitriones locales: el estudio desarrollador de videojuegos Stormind. “No hay forma de que pudiéramos haber visto ciertas cosas solo por nuestra cuenta”, reconoce un responsable del equipo en un vídeo promocional.. Morreale sostiene que la oleada de cineastas sicilianos y napolitanos que viene abordando la mafia desde los noventa ha enseñado qué supone la experiencia directa. Pero defiende que el “mejor filme sobre la ‘ndrangheta” es Calabria, del romano Francesco Munzi. “Quien vive donde el fenómeno está enraizado, lo ha sufrido en su piel, tiene obviamente una mirada más consciente y los instrumentos para comprender la cultura mafiosa, percibir el significado de un gesto, una palabra, un silencio. Un artista que quiera contarla debería antes conocer los territorios, visitar los lugares del dolor, encontrar a quien los vive desde dentro”, apunta Chinnici.. Otro de los largos más aplaudidos, Los cien pasos, lo filmó el milanés Marco Tullio Giordana: rescata la figura de Peppino Impastato, hijo de una familia mafiosa que se volvió activista de la legalidad. Cosa Nostra se lo hizo pagar con la vida. “Yo quiero escribir que la mafia es una montaña de mierda. Debemos rebelarnos”, gritaba en la película Impastato, que volcó su lucha en una emisora de radio. Sus palabras resuenan en la actualidad, también gracias a un cómic, recientemente editado en español (Liana).. La risa. Para denunciar el mismo silencio, Pierfrancesco Pif Diliberto, eligió una vía muy distinta: la risa. La comedia La mafia solo mata en verano arrasó en las salas italianas en 2013 y Pietro Grasso, siciliano, entonces presidente del Senado y magistrado durante medio siglo, lo calificó como el “mejor filme sobre la mafia”. El triunfo dio pie también a una serie. Y a la demostración de que cualquier género vale, mientras haya sensibilidad y calidad. En Tano da morire, muchos años antes, Roberta Torre se había atrevido incluso a contar un asesinato mafioso en formato de musical. No parecen quedar, pues, muchos tabúes artísticos por romper. Sí, en cambio, temas por afrontar.. Chinnici identifica al menos dos: “El rol a menudo escondido de las mujeres. Dentro de la familia, son guardianas y vectores primarios de la transmisión de los cánones de la cultura mafiosa. Y, fuera, hemos visto esposas, hermanas o hijas de capos muertos o encarcelados que asumen roles de mando tradicionalmente reservados a los hombres. Tampoco se ha tratado el dramático fenómeno de los ragazzi di mafia, niños adiestrados con dureza a cometer los delitos más atroces, parte de una mano de obra de bajo coste y fácil de captar en los barrios más desfavorecidos, o incluso online”. Algo de lo primero aparece en la serie Las buenas madres, en Disney +. Y de lo segundo hablan el documental Robinú, de Michele Santoro, y el libro La banda de los niños, de Saviano.. El escritor abordó otro asunto poco analizado por cultura y periódicos: la implantación en el norte de Italia, el cuello blanco que hoy luce la mafia, lo que le valió críticas feroces de la Liga, partido xenófobo y de extrema derecha. “Hay que tener miedo de que la mafia no mate o haga cosas clamorosas. Busca dinero y control del territorio”, tercia Conte. El ensayo Mafia export va más allá de las fronteras italianas: desmenuza su globalización. Y periodistas veteranos como Attilio Bolzoni invitan a centrarse en la “burguesía mafiosa”, oculta detrás de los capos.. Más en general, a Saviano también se debe el libro más destacado sobre la camorra. Mientras incluso cineastas de renombre como Paolo Sorrentino o Matteo Garrone se han medido con la mafia en sus filmes, Mario Conte no encuentra en la literatura italiana lo que Patria representa en España sobre ETA. En las novelas de Andrea Camilleri, acaso el autor siciliano contemporáneo más conocido, Cosa Nostra está, pero de fondo. Algún entrevistado destaca que describir tan complejo fenómeno en palabras requiere más conocimiento directo respecto al uso de las imágenes. Conte invita a leer Per questo mi chiamo Giovanni, de Luigi Garlando, historia de un niño que entiende qué significa que le llamaran como Falcone. Y aún se emociona al recordar la única vez que vio a su compañero de profesión en persona: el día antes de que le mataran.. Familiares de víctimas han pedido poner el foco en la lucha antimafia y sus símbolos, más que en los criminales. Aunque Costa matiza: “Se corren riesgos parecidos, todo lo que parte de ideas preconcebidas los tiene”. En este caso, sobre todo, de hagiografías poco realistas. El crítico cita su experiencia como director artístico de un cine en Palermo como una de las muchas formas de derrotar a la criminalidad organizada: difusión de pensamiento crítico y cultura, no solo necesariamente sobre la mafia. Y Chinnici comparte los mensajes conmocionados que aun recibe de lectores ―o espectadores de la versión teatral o cinematográfica― del libro sobre su padre Rocco: “Una obra cultural puede alcanzar un público mucho más vasto que una conferencia y, sobre todo, suscitar emociones. El mensaje es directo, queda más impreso, y puede acrecentar la conciencia del fenómeno”. A la vez, desde el Europarlamento de Estrasburgo, la diputada impulsa un enfoque continental en la lucha antimafia.. Organizaciones cívicas como el comité Addiopizzo aportan desde hace años su granito de arena hasta volverse iconos del lado correcto. Y el festival Libero cinema in libera terra lleva desde hace una década arte y cine a las tierras más devastadas por la mafia. En Casal di Principe, cuna de importantes familias camorristas, proyectaron en 2014 La mafia solo mata en verano. “Cuando empecé este trabajo, los juicios de mafia duraban años y terminaban en absoluciones, porque no había colaboración de la sociedad. No es una lucha de los magistrados, sino de todos. Ahora los procesos duran menos y se concluyen casi siempre con una condena”, apunta Conte.. En los últimos años, además, los aniversarios de las matanzas de Falcone y Borsellino se han conmemorado con creciente interés. Rita, la esposa del segundo, solía decir: “Paolo, Giovanni y otros han sido personas honestas que han cumplido hasta el final su deber. No me gusta pensar en él como un héroe”. Fueron gente real. Héroes sin capa. Si acaso, su superpoder fue el compromiso. Un legado al alcance de todos.. Seguir leyendo
El lanzamiento de un videojuego que revive el origen del fenómeno en Sicilia renueva un amplísimo debate sobre cómo las artes han retratado a las organizaciones criminales más famosas del mundo
La norma era no decirlo nunca. La película, sin embargo, la rompe a los tres minutos: un barón pronuncia la palabra “mafia” justo después de un homicidio. Por primera vez en la historia del cine italiano, y presumiblemente mundial. De paso, En nombre de la ley, de Pietro Germi, adelantó ya en 1948 los temas clave que rodean a la organización criminal: muerte, violencia, la omertá, el pizzo (tasa a los negocios locales), la familia, el presunto honor, un poder alternativo al oficial, la connivencia del Estado o la lucha antimafia de un magistrado. Como el juez Paolo Borsellino, despedazado con su escolta hace ahora 33 años por una bomba en Palermo cuando acudía a visitar a su madre.. Más información. El cine dispara a la mafia. Incluso el desenlace de la película de Germi resultó profético: el capo Massaro Passalacqua se redimía y colaboraba con la ley. Un tempranero pentito (arrepentido), como muchos otros que vendrían después. A la vez, un lavado de cara que fue criticado ya entonces y que la cultura ha contribuido durante décadas a fomentar. Asesinos, cierto. Muy elegantes, eso sí. Salvajes, aunque dotados de un código. Corruptos, pero protectores con los suyos. Malos, o quizás no tanto. De El Padrino a Gomorra, de El día de la lechuza a Los Soprano, libros, películas, series, teatro, cómics o videojuegos han reflejado a Cosa Nostra, Camorra o ‘Ndrangheta con resultados muy distintos de rigor, respeto, éxito y crítica. Han servido para denunciarlas y plantarles cara. También para disparar su magnetismo. Hasta los propios criminales han adoptado a posteriori estéticas y frases que les atribuían en la ficción.. Marlon Brando en un momento de ‘El Padrino’, de Francis Ford Coppola.. “El elemento de seducción está. Y el riesgo de la apología es evidente. El Padrino era una película que mostraba mucha fascinación por ese mundo”, apunta Emiliano Morreale, autor de un ensayo de título tajante: La mafia imaginaria. 70 años de Cosa Nostra en el cine. Y subraya que, cuando Giorgio Castellani rodó la película I Grimaldi, sobre su padre, el boss Michele Greco, lo retrató con los rasgos de don Vito Corleone.“Las mejores intenciones moralistas de una mala película también son un servicio pésimo a la cultura antimafiosa”, agrega Gian Mauro Costa, coautor del ensayo La mafia al cinema, publicado en 2024.. Problemas y debates que regresan con la nueva entrega de una saga de videojuegos. El primer Mafia terminaba con el asesinato del protagonista: recordatorio digital de que la familia criminal nunca perdona. A partir del 8 de agosto, Mafia. The Old Country pretende narrar el origen del fenómeno, llevando al usuario a encarnar a un joven durante su ascenso delictivo. Se mezclan, de nuevo, sangre y atracción. La única mención crítica en los vídeos promocionales del juego es que la carrera del muchacho conlleva “un coste”. Por lo demás, se celebran realismo, gráficos, adrenalina, sonido ―aunque los personajes hablan en inglés― e indagación histórica.. Una mujer enseña una foto de los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borsellino en una manifestación antimafia el 16 de enero de 2023 en Palermo, el día en que la policía detuvo al jefe criminal Matteo Messina Denaro. Alberto Lo Bianco (AP). “¡La mafia tiene algo intrigante y eso ha llevado a convertirla en marca de productos, restaurantes o hasta juegos de mesa!”, subraya Caterina Chinnici, eurodiputada y autora de È così lieve il tuo bacio sulla fronte, libro sobre su padre Rocco, un juez asesinado en el atentado que anticipó en 1983 la llamada temporada de las matanzas en Italia. La política planteó este año a la Comisión Europea “la potencial contrariedad” al orden público del juego de mesa La famiglia. La gran guerra de la mafia, ya que lo consideraba dañino para la dignidad de los sicilianos y el recuerdo de las víctimas. “Aunque tal constatación no es suficiente para impedir su comercialización”, añade.. En 2018, de hecho, la justicia europea prohibió a la cadena de restauración La mafia se sienta a la mesa registrar su marca, pero sus tiendas permanecen abiertas en toda España. Una empresa de joyas chilena también aprovecha el tirón del nombre de la organización. Hace pocas semanas, un comedor de un colegio infantil de Madrid incluyó en el menú “espaguetis mafiosos”. Cabe preguntarse si serviría a niños de cuatro años una “paella etarra”. El caso es que pocas organizaciones criminales cuentan con mejor imagen: tal vez solo Pablo Escobar ha logrado un éxito parecido, con polémicas sobre la serie Narcos incluidas. La guerra legal contra la mafia sigue en marcha. Y, en Sicilia, ha atrapado hasta al último capo en clandestinidad, Matteo Messina Denaro. Mientras, la batalla del relato avanza más despacio.. Una imagen de la película ‘Gomorra’, de Matteo Garrone, basada en el libro de Roberto Saviano.. “Cuando era niño, y había asesinatos en Palermo, me decían ‘No te preocupes, se matan entre ellos’. Esa idea de métete en tus asuntos y no te chives debe desmontarse. Los sicilianos hemos sido avestruces, espectadores que miran sin posicionarse. No me interesa la representación de la mafia necesariamente negativa, pero sí realista. No es una industria que crea trabajo y resuelve problemas, sino una entidad que derrite en ácido a un niño de 12 años”, comparte Mario Conte, juez y miembro de Progetto Legalità, la fundación que honra la memoria de Borsellino. La obra teatral Autorretrato, de Davide Enia, también explora qué significó aquella Sicilia donde cualquiera lloraba alguna ausencia familiar por la mafia, y Costa está escribiendo un libro que une a Cosa Nostra con poderes oscuros, el boom de la heroína y la derrota de una generación. “Es y sigue siendo una organización criminal que se caracteriza por su estructuración y el uso de la violencia para obtener, a través de actividades ilícitas, un ingente beneficio económico”, define Chinnici.. Poca literatura. La propia cultura, según Morreale, tardó en tomarse en serio el asunto. “Hasta los noventa no existe una literatura relevante sobre ello”, ejemplifica. Con la excepción, reconocida unánimemente, de El día de la lechuza, de Leonardo Sciascia. O de La viña de uvas negras (Altamarea), de Livia de Stefani, una de las primeras escritoras en denunciar a la mafia, en 1953. Hoy, además de la obra de referencia, Gomorra, de Roberto Saviano, hay creaciones celebradas como la novela Ti mangio il cuore, o los ensayos Un fatto umano (en cómic), Capire la mafia y Cose di Cosa Nostra, que recoge una veintena de entrevistas a Giovanni Falcone, el otro conocido magistrado asesinado en 1992, con su mujer, la también jueza Francesca Morvillo, y la escolta, con un explosivo que voló parte de una carretera cerca de Palermo. Faltaban 57 días para que la mafia matara también al juez Borsellino. Ante la impotencia ―¿aquiescencia?― del Estado. El propio magistrado sabía que estaba condenado, como reconstruye el podcast Mattanza. Y más desde que descubrió infiltraciones mafiosas en servicios secretos y altas esferas de la Administración.. El escritor Leonardo Sciascia, ante el Congreso de los Diputados, en Roma, en una imagen sin fecha. Vittoriano Rastelli (Corbis / Getty Images). Por lo menos, para Morreale, la tragedia supuso un punto de inflexión fundamental: “Ya todos los italianos conocían a la mafia”. El estudioso coloca otro momento clave tres décadas antes, en los sesenta: “Se reconoce su existencia y se crea una comisión parlamentaria de investigación. Aparecen la novela de Sciascia y la película Salvatore Giuliano, de Francesco Rosi. Pero cambia poco, porque la manifestación cultural sigue ligada al estereotipo”. La representación, según coinciden los entrevistados, oscilaba entre la mirada épica, incluso heroica y un retrato arquetípico, ridículo, como un “vicio antropológico local”, dice Costa. Tanto en el cine italiano como en Hollywood. “Se ha producido una espectacularización bastante peligrosa, que a veces se mantiene”, sostiene Conte. La película El siciliano, de Michael Cimino, de 1987, sale citada como ejemplo de todo lo anterior.. Hizo falta el trabajo de Rocco Chinnici, Falcone y Borsellino ―y muchos más―, para otro avance crucial: el llamado maxiproceso. Es decir, más de 450 mafiosos sentados en el banquillo y condenados finalmente, en enero de 1992, a un total de 2.665 años de reclusión. También gracias a los testimonios del primer célebre arrepentido, Tommaso Buscetta, cuyo retrato reconstruye otro filme aplaudido, El traidor, de Marco Bellocchio.. Pierfrancesco Favino (centro), en la piel de Tommaso Buscetta, en una imagen de ‘El traidor’, de Marco Bellocchio.. “Antes, no sabíamos ni cómo se llamaba la organización. Por fin se empiezan a ver los mafiosos en sus características reales: mezquinos, moral e intelectualmente pequeños”, sostiene Costa. “Los jueces comienzan a mostrar la organización por dentro”, agrega Morreale. La prueba de que dieron en la diana está en la furia homicida que desató Cosa Nostra. “Mi padre puso los fundamentos del moderno sistema antimafia y lo pagó con su vida. Se basa, hoy como entonces, en coordinación y cooperación investigativa y judicial [con la creación del primer equipo especializado de magistrados], el contraste patrimonial, y la innovación normativa [con la introducción del delito de asociación criminal de tipo mafioso]”, reflexiona Chinnici.. Crónicas de muertes anunciadas. Todo ello, y más, está reconstruido en Mattanza, de Giuseppe Pipitone. A lo largo de ocho episodios, el podcast explora cómo se fraguó el asesinato de Falcone y Borsellino. Y se pregunta cómo es posible que la crónica de dos muertes anunciadas se terminara efectivamente escribiendo. El propio Falcone había avisado de que “mentes refinadísimas” colaboraban con Cosa Nostra. Y las muchas fuentes recopiladas por Mattanza cuestionan que sicarios astutos y expertos, pero en algunos casos hasta semianalfabetos, pudieran concebir y realizar en solitario tan complejos e impecables atentados. Entre misterios y sombras, el podcast recuerda que la propia realidad superó cualquier ficción: la acumulación de errores en las investigaciones de la muerte de Borsellino resultaría poco creíble hasta en una novela. El último capítulo de Mattanza repasa los posibles vínculos mafiosos de Silvio Berlusconi y aquella vez que el fallecido magnate se sentó con el capo Stefano Bontate, para garantizarse protección a cambio de dinero, como revelaron varios pentiti.. Roberto Saviano, en Mantova, el 10 de septiembre de 2022.Leonardo Cendamo (Getty). El creador de Mattanza nació en las tierras que narra. Igual que Franco Maresco, director de películas valientes como La mafia ya no es lo que era o Belluscone, Piero Melati y Francesco Vitale, autores de la reconstrucción ensayística Vivi da morire,oSalvo Palazzolo, cuyos libros e investigaciones le han obligado a llevar escolta. Los entrevistados, sin embargo, no consideran imprescindibles las raíces autóctonas. Y también entienden que, como sucedió en Scampia para el rodaje de la serie Gomorra, los lugareños se harten de que siempre se describa su hogar en los mismos términos. “El riesgo de que nos olvidemos si no hablamos de ello es secundario respecto al peligro de insertar la narración dentro de cierta espectacularización. Decir que está no es de por sí positivo”, afirma Morreale.. Las dudas alrededor de la adaptación a serie de Gomorra ofrecen un buen ejemplo: muestra la barbarie camorrista, pero, a la vez, ha creado iconos carismáticos, idolatrados hasta por los capos reales. Hubo, además, actores de la producción detenidos más tarde por sus vínculos criminales. Otro aviso de que la mafia se infiltra por todas partes, incluso entre verdad y ficción. “Es como la mala hierba”, ilustra el juez Conte.. El lugar del atentado a Giovanni Falcone, Francesca Morvillo y sus escoltas, en una carretera cerca de Palermo, tras la explosión, el 23 de mayo de 1992.Nino Labruzzo (AP). “Puede venir alguien desde fuera, lo importante es que el proyecto sea claro y verificado”, añade Costa. La miniserie Il capo dei capi, sobre Totò Riina, hizo justo lo contrario, según varios entrevistados. Y la serie La piovra, del romano Damiano Damiani, recibe opiniones a favor, pero también en contra. Los creadores estadounidenses de Mafia: The Old Country acudieron a fotografías, antiguos documentos y un viaje a Sicilia con anfitriones locales: el estudio desarrollador de videojuegos Stormind. “No hay forma de que pudiéramos haber visto ciertas cosas solo por nuestra cuenta”, reconoce un responsable del equipo en un vídeo promocional.. Morreale sostiene que la oleada de cineastas sicilianos y napolitanos que viene abordando la mafia desde los noventa ha enseñado qué supone la experiencia directa. Pero defiende que el “mejor filme sobre la ‘ndrangheta” es Calabria, del romano Francesco Munzi. “Quien vive donde el fenómeno está enraizado, lo ha sufrido en su piel, tiene obviamente una mirada más consciente y los instrumentos para comprender la cultura mafiosa, percibir el significado de un gesto, una palabra, un silencio. Un artista que quiera contarla debería antes conocer los territorios, visitar los lugares del dolor, encontrar a quien los vive desde dentro”, apunta Chinnici.. Otro de los largos más aplaudidos, Los cien pasos, lo filmó el milanés Marco Tullio Giordana: rescata la figura de Peppino Impastato, hijo de una familia mafiosa que se volvió activista de la legalidad. Cosa Nostra se lo hizo pagar con la vida. “Yo quiero escribir que la mafia es una montaña de mierda. Debemos rebelarnos”, gritaba en la película Impastato, que volcó su lucha en una emisora de radio. Sus palabras resuenan en la actualidad, también gracias a un cómic, recientemente editado en español (Liana).. La risa. Para denunciar el mismo silencio, Pierfrancesco Pif Diliberto, eligió una vía muy distinta: la risa. La comedia La mafia solo mata en verano arrasó en las salas italianas en 2013 y Pietro Grasso, siciliano, entonces presidente del Senado y magistrado durante medio siglo, lo calificó como el “mejor filme sobre la mafia”. El triunfo dio pie también a una serie. Y a la demostración de que cualquier género vale, mientras haya sensibilidad y calidad. En Tano da morire, muchos años antes, Roberta Torre se había atrevido incluso a contar un asesinato mafioso en formato de musical. No parecen quedar, pues, muchos tabúes artísticos por romper. Sí, en cambio, temas por afrontar.. Viñetas de ‘Peppino Impastato. La sátira contra la mafia’, de Lelio Bonaccorso y Marco Rizzo, editado por Liana.. Chinnici identifica al menos dos: “El rol a menudo escondido de las mujeres. Dentro de la familia, son guardianas y vectores primarios de la transmisión de los cánones de la cultura mafiosa. Y, fuera, hemos visto esposas, hermanas o hijas de capos muertos o encarcelados que asumen roles de mando tradicionalmente reservados a los hombres. Tampoco se ha tratado el dramático fenómeno de los ragazzi di mafia, niños adiestrados con dureza a cometer los delitos más atroces, parte de una mano de obra de bajo coste y fácil de captar en los barrios más desfavorecidos, o incluso online”. Algo de lo primero aparece en la serie Las buenas madres, en Disney +. Y de lo segundo hablan el documental Robinú, de Michele Santoro, y el libro La banda de los niños, de Saviano.. El escritor abordó otro asunto poco analizado por cultura y periódicos: la implantación en el norte de Italia, el cuello blanco que hoy luce la mafia, lo que le valió críticas feroces de la Liga, partido xenófobo y de extrema derecha. “Hay que tener miedo de que la mafia no mate o haga cosas clamorosas. Busca dinero y control del territorio”, tercia Conte. El ensayo Mafia export va más allá de las fronteras italianas: desmenuza su globalización. Y periodistas veteranos como Attilio Bolzoni invitan a centrarse en la “burguesía mafiosa”, oculta detrás de los capos.. Más en general, a Saviano también se debe el libro más destacado sobre la camorra. Mientras incluso cineastas de renombre como Paolo Sorrentino o Matteo Garrone se han medido con la mafia en sus filmes, Mario Conte no encuentra en la literatura italiana lo que Patria representa en España sobre ETA. En las novelas de Andrea Camilleri, acaso el autor siciliano contemporáneo más conocido, Cosa Nostra está, pero de fondo. Algún entrevistado destaca que describir tan complejo fenómeno en palabras requiere más conocimiento directo respecto al uso de las imágenes. Conte invita a leer Per questo mi chiamo Giovanni, de Luigi Garlando, historia de un niño que entiende qué significa que le llamaran como Falcone. Y aún se emociona al recordar la única vez que vio a su compañero de profesión en persona: el día antes de que le mataran.. Una imagen de la serie ‘Las buenas madres’.. Familiares de víctimas han pedido poner el foco en la lucha antimafia y sus símbolos, más que en los criminales. Aunque Costa matiza: “Se corren riesgos parecidos, todo lo que parte de ideas preconcebidas los tiene”. En este caso, sobre todo, de hagiografías poco realistas. El crítico cita su experiencia como director artístico de un cine en Palermo como una de las muchas formas de derrotar a la criminalidad organizada: difusión de pensamiento crítico y cultura, no solo necesariamente sobre la mafia. Y Chinnici comparte los mensajes conmocionados que aun recibe de lectores ―o espectadores de la versión teatral o cinematográfica― del libro sobre su padre Rocco: “Una obra cultural puede alcanzar un público mucho más vasto que una conferencia y, sobre todo, suscitar emociones. El mensaje es directo, queda más impreso, y puede acrecentar la conciencia del fenómeno”. A la vez, desde el Europarlamento de Estrasburgo, la diputada impulsa un enfoque continental en la lucha antimafia.. Una imagen de la adaptación cinematográfica de ‘È così lieve il tuo bacio sulla fronte’, basado en el libro de Caterina Chinnici sobre su padre, el juez Rocco, asesinado por la mafia en 1983.. Organizaciones cívicas como el comité Addiopizzo aportan desde hace años su granito de arena hasta volverse iconos del lado correcto. Y el festival Libero cinema in libera terra lleva desde hace una década arte y cine a las tierras más devastadas por la mafia. En Casal di Principe, cuna de importantes familias camorristas, proyectaron en 2014 La mafia solo mata en verano. “Cuando empecé este trabajo, los juicios de mafia duraban años y terminaban en absoluciones, porque no había colaboración de la sociedad. No es una lucha de los magistrados, sino de todos. Ahora los procesos duran menos y se concluyen casi siempre con una condena”, apunta Conte.. En los últimos años, además, los aniversarios de las matanzas de Falcone y Borsellino se han conmemorado con creciente interés. Rita, la esposa del segundo, solía decir: “Paolo, Giovanni y otros han sido personas honestas que han cumplido hasta el final su deber. No me gusta pensar en él como un héroe”. Fueron gente real. Héroes sin capa. Si acaso, su superpoder fue el compromiso. Un legado al alcance de todos.
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