El historiador e hijo de Susan Sontag publica ‘Deseo y destino’, un réquiem por la cultura ilustrada de Occidente. «La izquierda académica se cree revolucionaria, pero ya no supone ningún peligro para el orden económico», denuncia Leer
El historiador e hijo de Susan Sontag publica ‘Deseo y destino’, un réquiem por la cultura ilustrada de Occidente. «La izquierda académica se cree revolucionaria, pero ya no supone ningún peligro para el orden económico», denuncia Leer
Tras cubrir el sitio de Sarajevo, el genocidio de Ruanda, la invasión de Afganistán o las tensiones en Irán, David Rieff (Boston, 1952) no escribe con eufemismos. El hijo de Susan Sontag y del sociólogo Philip Rieff estudió Historia en la Universidad de Princeton y combina la profundidad del académico con la agilidad del periodista. No teme a las polémicas, escribe contra dogmas y ortodoxias, sean los de las universidades americanas, la tiranía tecnológica de los gurús de Silicon Valley o las crisis humanitarias globales.. En 2017 publicó su último y contundente ensayo, no exento de controversia -Elogio del olvido (2017)- en el que cuestionaba el culto a la memoria histórica y advertía de la instrumentalización de un pasado que puede convertirse en un arma de guerra, en una forma de profundizar en el odio. En esta rentrée regresa con Deseo y destino. Lo woke, el ocaso de la cultura y la victoria de lo kitsch (Taurus), un manifiesto crítico y algo apocalíptico, porque, para él, ¿acaso merece ser salvada una sociedad en caída libre intelectual y que desprecia la alta cultura? Con un humor más quijotesco que cínico, Rieff disecciona la ideología (y la moda) woke con frases como esta: «La fantasía woke es una suerte de mezcla infernal de Blake y Mao Tsetung: el culto a la experiencia fundido con el culto a la revolución cultural».. También recupera a nuestro Miguel de Unamuno y su canónico Del sentimiento trágico de la vida para recordar la idea de una Verdad no moldeable, que existe independiente del individuo: «La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés». Una sentencia tan incómoda como los lúcidos e irónicos dardos de Rieff en una época de subjetividades a flor de piel por las microagresiones y cancelaciones más ridículas, desde la expurgación de libros en nombre de un pretendido «saneamiento moral» (a Roald Dahl le cambian descripciones de «un niño enormemente gordo» por un «era enorme») hasta la advertencia de contenidos en las universidades (la de Northampton lo hizo con las muy peligrosas 1984 de George Orwell, V de Vendetta de Alan Moore o Espejismos de Jeanette Winterson). Rieff estará en España el día 14 en un encuentro en el marco del Hay Festival en Segovia, donde conversará sobre la evolución de la relación entre Europa y Estados Unidos y los retos actuales de las democracias liberales.. Mientras escribía Deseo y destino, con un análisis a bisturí sobre la ola woke, Rieff no ha dejado de viajar a Ucrania, donde enseña a tiempo parcial en la Universidad de Kiev. «Comencé a ir poco después de la invasión a gran escala de Rusia. Ahora paso mucho tiempo allí, diría que casi el 40%…», cuenta después de dos meses en el país.. Después de volver de Kiev o de un lugar en conflicto, hablar de ‘wokismo’ casi parece superficial…. Lo woke no es el fin del mundo. No es el cambio climático. No es Gaza. No es Ucrania. Pero si te importa la cultura, la alta cultura occidental y también las grandes tradiciones culturales de Asia, sí deberías preocuparte por el wokismo. Antes se solía hablar de una cultura de élite, hasta que se convirtió en un insulto. Esa cultura existe hoy en Japón, China e India. En el mundo árabe existió hasta el siglo XVIII. Pero el wokismo es un peligro mortal para la alta cultura.. Su libro se lee como un réquiem por los valores de la Ilustración y el Siglo de las Luces que forjaron la cultura occidental. ¿Tan apocalíptica ve la situación?. No creo estar solo al pensar que la alta cultura occidental es gloriosa y debe ser honrada, preservada y continuada. La alta cultura es difícil. La mayor parte, no toda… Pero resulta más fácil escuchar a Taylor Swift que a Brahms. Y al decir Brahms elijo a un compositor accesible… Es más fácil leer un manga que leer a Thomas Mann. El problema es que la gente no quiere hacer ese trabajo. Y ahora se les ha dado una justificación moral. Lo woke es una especie de garantía moral para deshacerse de cualquier cosa que sea culturalmente difícil:ofrece a la cultura comercial la legitimación de su mediocridad. Cuando voy a una librería en Nueva York y miro las novelas de las mesas delanteras casi todas son autobiografías, la mayoría de personas de orígenes no blancos hablando de cómo esta cultura los hace sentir mal. El arte puede girar sobre ti mismo, pero tienes que ser una especie de genio, un Walt Whitman. Por resumir: la idea tradicional de las artes era la trascendencia mientras que en lo woke se impone la representación, solo se aspira a la condición de la autobiografía. Los artefactos del pasado occidental que durante largo tiempo se presentaron como ejemplos de las máximas expresiones de la civilización se ven en la actualidad como una creciente glorificación de la barbarie en su mas baja expresión.. Define lo ‘woke’ como una «revolución cultural» que arrasa en buena parte del mundo rico. Usted mismo publicó en 1993 un ensayo en la revista ‘Harper’s’ en el que calificaba el capitalismo de «socio comandatario del multiculturalismo». ¿Hasta qué punto el capitalismo va de la mano con lo ‘woke’?. El wokismo no amenaza la economía capitalista porque no hay nada en la crítica woke que sea serio. Destruye el orden simbólico, pero deja intacto el económico. Nace de la izquierda y del progresismo como un relato utópico para celebrar la diversidad y acabar con la discriminación. Dicho así, ¿quién podría oponerse? Pero sataniza la alta cultura de Occidente mientras adopta una permisividad total ante las desigualdades de clase. Es intolerante con todo salvo con capitalismo. Al capitalismo le conviene la infinita segmentación del mercado, porque la fabricación de deseos es más rentable que la de automóviles… Las corporaciones, ya sean Citibank, Santander o una empresa aeroespacial pudieron asimilar lo woke porque no amenazaba sus resultados finales ni el valor para los accionistas. A pesar de que la mayoría de las personas en la izquierda académica y cultural se imaginan a sí mismas como revolucionarias, en realidad no suponen ningún peligro para el capitalismo. Creo que viven bajo una ilusión, no entienden que son toleradas porque no amenazan en absoluto el orden económico.. Permítame que le cuente una anécdota que me sorprendió. Este verano necesitaba un bañador para la piscina y busqué en la web de Nike: ‘bañador + mujer’. El resultado: solo un bañador, cinco bikinis y ocho burkinis. Con las marcas europeas, esa ‘segmentación de mercado’, aún no sucede tanto, no a este nivel…. A mí lo que me sorprende es que Nike aún permita una sección de Mujeres [ríe irónicamente]. Estas cosas han entrado en la cultura popular de una manera muy poderosa. Prácticamente cada anuncio para jóvenes es una pareja interracial, incluso en países de Europa con muy poca diversidad racial. No creo que muchos inmigrantes magrebíes en España compren un burkini en Nike, pero se trata de su señalización de virtud. Y ese es el efecto pernicioso que me recuerda un poco al maoísmo, pero sin que nadie sea asesinado. Constantemente tienes que estar, afirmar tu vanguardia y tu lealtad.. El ‘wokismo’ toma ciertas ideas del comunismo, empezando por la retórica neomarxista. Pero olvida lo más importante: la clase, el capital y el trabajo. ¿Las identidades y minorías han sustituido la lucha de clases y por los derechos de los trabajadores?. Lo woke tiene un efecto interesante en la política de los países desarrollados. Todos los partidos socialdemócratas han perdido sus bases de clase trabajadora, ocurre en Francia, España, Alemania… Se han convertido en los partidos de una cierta clase media progresista. Pero la política identitaria es una forma de seguir considerándose el partido moral, aunque en realidad no representen a los trabajadores. ¡No se puede decir que Pedro Sánchez o el PSOE representan a un trabajador de una fábrica en Murcia! Apenas puedes pronunciar esa frase sin reírte [efectivamente, se ríe]. Lo woke sirve como una justificación moral para abandonar a la clase trabajadora, cuyos miembros a menudo son vistos como bárbaros, xenófobos, sexistas, antitrans, bla, bla, bla. En la campaña presidencial de 2016, Hillary Clinton describía a los votantes de Trump como deplorables. Lo usó como un sustantivo. Y eso es lo que piensan Keith Starmer, Sánchez, Merz y Schultz… Y podrían pagar el precio.. Escribió este libro en 2023, antes de la reelección de Donald Trump. De alguna manera, lo que describe explica y predice su victoria…. En parte, sí… Todos los países post-protestantes, como solía llamarlos mi padre, son lugares donde la gente va a los extremos muy fácilmente. Así que de repente pasas de un lenguaje sin pronombres a un millón de pronombres, incluso pronombres móviles. Hoy puedes pedir que te traten de él y mañana de ella. Trump entendió que la gente no estaba de acuerdo con eso que, precisamente, apoyaban las élites demócratas. Parte del drama y de la derrota de Kamala Harris es que las élites no pueden entender por qué la gente no quiere escucharlas más.. ¿Qué sucede cuando incluso se modifica una lengua para crear un lenguaje inclusivo? En el caso del español, la RAE establece que el masculino gramatical funciona como término inclusivo y que el uso de la letra ‘e’ como supuesta marca de género es ajeno al sistema morfológico de nuestra lengua…. No sé cuánto tiempo durará la autoridad de la Academia Española. Quiero decir, eso depende de si la gente emplea ese lenguaje de forma masiva. En Argentina, la izquierda ha adoptado el lenguaje inclusivo. Y no dicen cosas que son impronunciables en español como latinx, solo los estadounidenses de origen hispano que ya no hablan español correctamente podrían imaginar que esa era la manera de hacerlo… En el mundo anglosajón no hay una academia que unifique la lengua y los diccionarios como el de Oxford hace tiempo que dejaron de funcionar como prescriptores. La RAE o la Académie Française son instituciones que hacen de barrera para el triunfo de estas cosas, que no es más que un envilecimiento del lenguaje. Pero no sabemos cómo será todo en unos 10 años…. Es usted muy crítico con el papel de las universidades norteamericanas, donde se gestó el ‘wokismo’, y compara a ciertos profesores e ideólogos del movimiento con «conductores de Uber intelectuales»…. Lo woke nació en Estados Unidos porque es un país completamente ensimismado, que le da un mal nombre al narcisismo. Rápidamente se extendió a los países de habla inglesa pero me temo que cada vez más se está instalando en Europa y América Latina. Las universidades americanas se gestionan siguiendo un modelo de negocio, con alumnos como clientes y profesores con un peso menguante. La hegemonía cultural estadounidense, incluso cuando es antiestadounidense, sigue siendo muy poderosa. Quiero decir, ¿por qué esta profesora de literatura en Berkeley, se convierte en la pensadora más influyente sobre el género?. ¿Se refiere a Judith Butler?. Exactamente. ¿Cómo pasó eso? Realmente pienso que su trabajo es uno de los grandes fraudes de nuestro tiempo. ¡Es como la frenología! Pero la hegemonía cultural estadounidense aún tiene mucha influencia, hasta cuando se trata de denunciar a América, y han aparecido todos estos clones suyos en Buenos Aires, Madrid, París…. En el movimiento ‘woke’ usted ve el triunfo de lo que denomina una «revolución terapéutica» que pervierte completamente el psicoanálisis de Freud. ¿El Gran Inquisidor se ha convertido en El Gran Terapeuta?. La idea de trauma está instalada en esta sociedad atormentada por las microagresiones y los traumas colectivos de las minorías raciales. Lo woke es un producto de la obsesión por la salud y la confusión de la salud física con la psíquica: hay cierta idea de que no expresarte es hacerte un daño físico. Las nuevas generaciones de indignados son de una fragilidad iracunda, su salud psicológica se pone en peligro por un libro o una película… Vivimos tiempos de hipocondría social y moral. Una de las cosas que me llama la atención es que en lo woke existe un rechazo muy profundo a la idea de destino. Por eso escogí el título de Deseo y destino. Mucha gente confunde su deseo con su destino. Es la creencia de que las subjetividades, reacciones o sentimientos de uno son mucho más importantes que cualquier otra medida y que puedes reinventarte totalmente cuando lo desees. Por eso lo trans se convierte en la postura woke definitiva: porque es la máxima subjetividad. Te voy a contar una broma estúpida de mi época de instituto: un empresario llega a casa después de un viaje de negocios y sorprende a su esposa con un amante en la cama; la esposa lo mira y dice: ‘¿A quién vas a creer, a mí o a tus ojos mentirosos?’. El movimiento trans es eso: ‘Todavía tengo un pene, pero soy una mujer’.. En su libro destaca un capítulo de solo cinco líneas en el que resume la más perversa de las paradojas: «Vivimos en una sociedad que te obliga a considerarte una víctima o, en su defecto, un opresor». ¿Tan reduccionista ve la lógica del presente?. No puedo pensar en una forma más estúpida de ver el mundo, pero la gente se siente seducida por los binarismos. ‘Si no eres parte de la solución, eres parte del problema’ o eso del ‘cerebro izquierdo y el derecho’, algo que desespera a mis amigos neurólogos, como si fuera tan simple… Pero es un pensamiento fácil. Hay una especie de ingenuidad deliberada en el wokismo. Sobre la idea de víctima y opresor… Cualquiera que haya visto una guerra, incluso una emergencia de refugiados o pasado algún tiempo en una favela sabe que víctima y victimario son roles que cambian de manos todo el tiempo. La víctima de hoy es el victimario de mañana. Algo que se resume en el conflicto de Israel y Gaza.. Analiza también las conclusiones del informe sobre la Democracia del laboratorio V-Dem de la Universidad de Gotemburgo. Los datos son demoledores: en 2023 la autocracia electoral representaba el 68% de la población mundial (en el último de 2025 ya va por el 72%). Llega a escribir que en el futuro el mismo término ‘democracia’ se volverá impreciso. ¿Cree que en 10 años tendremos dificultades para saber identificar una verdadera democracia?. En China hay elecciones… El concepto de democracia se está vaciando. No creo que la democracia vaya a desaparecer formalmente. Pero el liberalismo y la socialdemocracia ya no pueden responder a los principales desafíos y preocupaciónes de la gente. Parece que la democracia representativa no está funcionando, los ciudadanos no se sienten repre-sentados y eso hace que sea muy difícil defenderla… La solución autocrática es más persuasiva, se presenta como si tuviera esas respuestas. Y me pregunto cuánto tiempo pasará antes de que se formen varias formas enmascaradas de autocracia. Serán de un tipo diferente, no solo terratenientes e industriales y reyes. No sugiero que vayamos a ver la Marcha sobre Roma de Mussolini, no será dramático de esa manera. Pero simplemente nuestras sociedades son cada vez menos democráticas, de una manera muy profunda. El informe de V-Dem es probablemente un indicador del futuro. Basta con mirar a Trump, Meloni, Milei… La democracia tendría que reimaginarse a sí misma. Y no veo a líderes mundiales capaces de hacerlo.
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