Imagina que cada año, desde hace 12 años, eres la persona más vista durante 15 minutos. Imagina que de ti depende que una cadena logre el éxito en el momento del año más visto de la televisión. Imagina que, además, eres una de las personas más criticadas en las redes sociales por cualquier cosa que hagas, esté bien, mal o sea medio pensionista. E imagina que eres la persona que tiene que poner la miel en los labios para que, precisamente, todo lo anterior ocurra. Pues esa persona existe una vez al año. Se llama Cristina Pedroche y es como la Mamá Noel o los tres Reyes Magos, pero de la Nochevieja.. Seguir leyendo
Se ha convertido en casi una tradición más de la Navidad. Cristina Pedroche va a El Hormiguero para no decir nada de su vestido, pero para que todo el mundo tenga ya la miel en los labios. Es una experta, y cada año más. Anoche volvió a ocurrir, pero esta vez había algo distinto
Imagina que cada año, desde hace 12 años, eres la persona más vista durante 15 minutos. Imagina que de ti depende que una cadena logre el éxito en el momento del año más visto de la televisión. Imagina que, además, eres una de las personas más criticadas en las redes sociales por cualquier cosa que hagas, esté bien, mal o sea medio pensionista. E imagina que eres la persona que tiene que poner la miel en los labios para que, precisamente, todo lo anterior ocurra. Pues esa persona existe una vez al año. Se llama Cristina Pedroche y es como la Mamá Noel o los tres Reyes Magos, pero de la Nochevieja.. A Cristina Pedroche cada año le toca uno de los papeles más difíciles en estas fechas: intentar volver a ser la estrella de las Campanadas. Y cuando uno dice «una estrella» no es baladí. De hecho, anoche, en su ya tradicional visita a El Hormiguero para hacer la primera gran promoción de las Campanadas, Cristina Pedroche fue recibida como «una súper estrella». Ahora ponle de fondo la canción de Aitana que lleva ese mismo nombre.. Es innegable, te caiga mejor, peor o directamente no te caiga, no dar al César lo que es del César. Cristina Pedroche ha convertido las Campanadas en un evento que, hasta su llegada, hace ahora 12 años, solo estaba en manos de unos pocos y solo podían levantar el trofeo unos pocos. Empezó con un vestido negro, transparente y de encaje, en laSexta, y ha acabado por convertirse en la persona que desbancó del Olimpo de la Nochevieja a la mismísima RTVE, convirtiendo a Antena 3 —y este año probablemente también a laSexta y a Atresplayer— en la cadena en la que se posaban todos los ojos para ver las Campanadas. Sí, al César lo que es del César.. Después del éxito llegó el mantenerlo y, para ello, Cristina Pedroche hace tiempo que se convirtió en una especie de mujer en modo promoción durante el último mes antes de despedir el año. Alrededor de ella y de su vestido se empezó a crear un submundo: spots que impactaran, entrevistas en las que no se decía nada, pero se decía todo, pistas y despistes… Y en este festín de todo a lo Pedroche, El Hormiguero se convirtió en el pistoletazo de salida.. Desde hace varios años, el momento Campanadas de Cristina Pedroche comienza cuando va a El Hormiguero a, precisamente, promocionar las Campanadas. Sin embargo, este año hay algo distinto. Llámalo aroma, aire o sensaciones; llámalo como quieras, pero hay algo completamente diferente. De hecho, la simple aparición de Cristina Pedroche en El Hormiguero ya fue algo distinto.. Durante los años anteriores, Cristina Pedroche llegaba a El Hormiguero y convertía la casa de Pablo Motos en un festín de Cristina Pedroche. Bailaba, hacía que Pablo Motos bailase, creaba alguna que otra polémica, se ponía el primer trapillo que pillaba (¡mentira!) y hacía que todos los focos se giraran hacia ella, hacia la súper estrella.. Este año Cristina Pedroche va a romper con todo. Y está rompiendo desde el principio, hasta llegar a las Campanadas, donde, supuestamente, va a destruir los 12 años de Cristina Pedroche presentando las Campanadas. Y es que Cristina Pedroche es una nueva Cristina Pedroche. No sabe qué Cristina Pedroche es la de ahora, pero tiene claro (no es difícil tenerlo cristalino) que no es la Cristina Pedroche de hace 12 años. A ver, seamos realistas: en estos 12 años, Cristina Pedroche se ha casado, ha sido mamá de dos hijos y ha evolucionado. No, no es un Pokémon, pero si lo fuera, yo creo que tampoco le importaría.. Así que anoche entró en el plató de El Hormiguero siendo la Cristina Pedroche de siempre, pero completamente distinta. Ya no bailó como hacía antes; ya no fue vestida como se vestía antes; ya no habló tanto de su vestido; ya no buscó ser la única y absoluta protagonista. Porque a Cristina Pedroche, como nos ocurre a cualquier madre, le ha ocurrido lo que se podría denominar «mimetismo maternal». Sigues siendo la misma persona, pero ahora hay alguien mucho más importante que tú y todas tus prioridades cambian.. Anoche no bailó como lo hacía habitualmente al entrar en El Hormiguero; ni le pusieron la canción del momento, sino «Súper estrella», de Aitana; no vino con un traje que al día siguiente iba a dar que hablar lo más grande, sino que llegó con un jersey de cuello vuelto, una falda de princesa Disney y unos zapatos de Cenicienta; no habló más que cinco minutos del vestido; y lo habló todo de su maternidad, de sus hijos, Laia e Isai; de los roscones de su marido o, e intenta leerlo y decirlo sin trabarte, del microquimerismo fetal. A ver cómo lo explico sin que parezca que yo soy tonta: el intercambio de células entre madres e hijos.. Lo que no cambia es que Cristina Pedroche se sigue poniendo como un flan cuando va a El Hormiguero y, sobre todo, cuando va a hablar de las Campanadas. Si a eso le sumas que El Hormiguero decidió meterle un perro robótico con el rostro de Pablo Motos, pues apaga y vámonos. «Es que me tiembla la mano; es que si me lo vais a sacar por sorpresa yo ya no me concentro…».. «Me pongo muy nerviosa y cuando pierda los nervios se habrá acabado todo», dijo nada más arrancar la entrevista y después de que el mensajero Dabiz Muñoz saliese por sorpresa para entregar los dos roscones de estas Navidades de DiverXO y le pidiera de nuevo matrimonio ante la cara de sorpresa y circunstancia de la impertérrita.. Confesó, como el que no confiesa nada, que «es el año que más me ha costado». Y reveló que Josie, quien se encarga del diseño de su vestido desde hace 12 años, tenía «un millón de ideas», pero que en esta ocasión le costó aceptar la que él tuvo en la cabeza desde el principio.. «Josie tenía muy claro lo que quería hacer este año y me lo venía contando desde febrero. Me dejó dar a luz tranquila y, en agosto, volvió a la carga. Yo le decía que no, que no me veía preparada para lo que él me proponía. Me ha costado mucho tomar la decisión, pero ya voy para delante. La gente va a decir: ‘¡Wow! ¡Cómo se ha atrevido!’. Voy a romper con todo porque se rompe el ciclo. Son doce campanadas, doce uvas, doce meses…».. Pues eso, que Cristina Pedroche ya no es la Cristina Pedroche de aquellos maravillosos años. Como tú tampoco eres el de o la de hace 12 años.. «Se rompe con el pasado y lo que voy a construir va a ser algo distinto», sentenció. Es complicado creerla porque cada año Cristina Pedroche encuentra el gancho o, mejor, la zanahoria para que el burro ande, pero en esta ocasión todo huele a que no va a ser lo mismo.. Dabiz Muñoz pide matrimonio a Cristina Pedroche en El Hormiguero.ATRESMEDIA. «Se acabó la Cristina Pedroche de antes. Eso es así». La pregunta de Pablo Motos era obligada: «¿Cómo es la nueva Pedroche?». La respuesta no lo era tanto: «Pues estoy descubriéndome. No lo sé todavía. Creo que la nueva Pedroche llegó con el nacimiento de mi primera hija».. Y llegaron entonces las preguntas del vestido. Que si es natural, que si Dabiz Muñoz se lo va a poder poner, que si lo va a poder guardar para el año siguiente, que si lleva ruedas, que si lleva luces, que si la abuela fuma… Que si es sexy… «¿Qué es sexy? Es que eso depende. Yo hoy vengo muy tapada, con cuello vuelto, y mi marido me ha dicho que estoy guapísima. Para él estoy sexy y para otros igual no». Tiene respuestas para todo.. Y entonces llegó el momento maternidad —¿ves cómo es la misma, pero no lo es?—. Y todo se centró en eso: en sus hijos, en su maternidad, en las críticas, en insistir una y otra vez en que lo que decía era su propia experiencia, solo suya, de nadie más, y que no se le echasen encima como si fuera el mismísimo Satán…. «Isai es el bendito. Yo le llamo ‘el bendi’. Todavía es muy pequeño y no hace nada. Además, en cuanto llora un poquito, le meto la teta; no le dejo llorar. Laia tiene mucho carácter, es una señora, es una mezcla entre Dabiz y yo». ¿Y el vestido? El vestido pasó hace rato a mejor vida.. Lo que no cambió es que las entrevistas de Cristina Pedroche en El Hormiguero para promocionar las Campanadas siempre son de las más cortas del programa. Tiene una explicación: ¿cómo alargas una entrevista hablando de lo que no se puede hablar? Es imposible. Sí, podrían haberse tirado horas hablando de la maternidad, de la lactancia, de Isai y de Laia, de los roscones de Dabiz Muñoz o del microquimerismo fetal. Pero ¿para qué? El trabajo ya estaba hecho.
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