A los cinco años, Alba S. Torremocha (Salamanca, 32 años) ya tenía un violín entre las manos. A los siete, lo tocaba en el Conservatorio Profesional de Música de su ciudad. Pero lo que verdaderamente le fascinaba era entender lo que salía de sus entrañas. “Me interesaba más el contrapunto y la armonía que tirarme cuatro o cinco horas tocando el violín todos los días”, recuerda. Estudió el bachillerato de Ciencias Tecnológicas, un “trato” para no molestar a sus padres, pero al mismo tiempo empezó a alternar el arco con la batuta. Entró en el Musikene —el Centro Superior de Música del País Vasco— para estudiar composición y con solo 20 años decidió trasladarse a Estados Unidos para especializarse en la composición de música para cine en la New York University (NYU).. Ya no volvió a España: se quedó para dedicarse a la composición de música para cine en uno de los epicentros de la industria audiovisual. Allí ha estrenado algunas piezas para cortometrajes, pero este verano ha vuelto a España para presentar su primer gran proyecto aquí: la banda sonora de Los futbolísimos 2, segunda entrega de la adaptación a la gran pantalla de la saga de libros de Roberto Santiago, uno de los grandes fenómenos de literatura juvenil de los últimos años. La película se estrena este viernes en los cines españoles, dirigida por Miguel Ángel Lamata.. Pregunta. ¿Por qué decidió ir a estudiar y trabajar en Nueva York?. Respuesta. Te puedo decir el momento exacto en que puse en Google: cuál es el mejor sitio para estudiar música de cine. Pensé que si me presentaba a la mejor universidad del mundo para estudiar esto y me valoraban y me cogían, sería otro empujón para dedicarme a esto.. P. ¿No había ninguna universidad española en esa lista?. R. No. En un conservatorio superior, por ejemplo, que es la vía normal si estudias música, estás más centrado en tocar.. P. ¿Hay un desinterés por la composición para cine en España?. R. No hay representación. Se pueden contar con los dedos de una mano los compositores españoles conocidos que se dedican a esto aquí.. P. ¿A qué lo atribuye? Con 303 largometrajes el año pasado, España es el segundo país europeo con más producción.. R. No se oye mucho hablar de la composición, la prensa no habla de ello. Y eso resulta en que menos niños quieran dedicarse a esto, menos oferta, menos escuelas…. P. Tampoco es una profesión especialmente entregada a la fama, ¿no?. R. Si lo que quieres es gloria, lo peor que puedes hacer es ser compositor de cine porque cuando has hecho tu trabajo excelentemente es cuando menos se nota.. P. ¿Cómo nace su colaboración en Los futbolísimos 2?. R. Fue hace mucho, cuando tocaba en la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca, el compositor Fernando Velázquez nos dirigió un día. Yo le comenté que estaba interesada en hacer composición. Cuando fui a Estados Unidos, mantuvimos el contacto y se ha convertido en un amigo. Y él habló a los productores de mí.. P. ¿Cómo ha sido el trabajo con Miguel Ángel Lamata, el director?. R. Una delicia. Desde el primer momento nos entendimos perfectamente.. P. ¿Es difícil que esto suceda?. R. Las cosas básicas suelen entenderse muy rápidamente, pero hay un subtexto muy sutil que a veces es más difícil.. P. ¿En este tipo de proyectos normalmente está limitado el margen de creatividad?. R. Cada persona es un mundo. Hay veces que se mezcla un poco todo y los productores tienen opiniones, el director tiene otra y te quedas ahí en medio… A mí me gusta la parte de negociación o de conversación entre el compositor y el director, de tener dos ideas creativas que al final tienen que confluir.. P. ¿Ha sido difícil hacer valer su voz siendo una mujer tan joven?. R. Sí, ser mujer y joven lo hace más difícil. El primer pensamiento que la gente tiene, sobre todo cuando trabajas con una orquesta con gente mayor, es: “Ésta que me va a enseñar a mí”. Me pasó al grabar la banda sonora de Los futbolísimos. No pasa nada, es un poco cultural también, pero yo creo que internacionalmente si eres una mujer joven se asume que no tienes mucha idea de lo que hablas.. P. ¿No pasa nada? ¿No ha tenido consecuencias en su carrera?. R. Nunca voy a decir me siento discriminada por ser mujer. La verdad es que nunca sabes los proyectos que no te tocan, de esos no te enteras.. P. Ha hecho proyectos sobre la realidad migratoria en EE UU o sobre el apartheid… nunca algo para niños, nunca una comedia como ahora.. R. Lo primero que Miguel Ángel, el director, me dijo fue: “No quiero que esto tenga música de niños. Esta es una película en la que los protagonistas son niños, pero las emociones y las aventuras que pasan son completamente reales”. Es una banda sonora para adultos.. P. ¿Cómo ha construido esa música?. R. Hemos llevado todo a los extremos, que es lo que hace el contraste y que la comedia salga más.. P. ¿Cómo ha sido el trabajo con la orquesta?. R. En EE UU he aprendido a ser muy eficiente. Teníamos dos días y medio de ensayo para 87 minutos. Y el primer día me apartó el ingeniero de sonido y me dijo: “Oye, Alba, si seguimos con este ritmo, acabamos toda la banda sonora hoy y hemos contratado a la orquesta por dos días”.. P. ¿Hay otras diferencias entre ambos mundos?. R. Sí, en la idiosincrasia del trabajo. En España, por ejemplo, tú sacas una oposición y listo. Se nota que muchas de esas orquestas que llevan años con plazas fijas se van deteriorando porque la gente coge la plaza a los 20 y a los 50 ya no tienen el mismo nivel. En EE UU cada tres meses hacen una prueba y si no eres el mejor no estás. Se valora mucho más el resultado y estar siempre en ese primer nivel.. P. ¿Ha logrado un equilibrio entre exigencia y calidad de vida?. R. Yo ahora me quiero centrar más en proyectos de calidad, menos cantidad, y un nivel de vida más tranquilo. Y por eso acabo de mudarme de Nueva York a Austin (Texas).. P. Su generación se enfrenta a un futuro dominado por la IA, ¿piensa que es una amenaza a su trabajo?. R. Lo veo como una herramienta. El temor nunca ha dado nada positivo. Va a venir y no podemos hacer nada para cambiarlo. Nuestra labor como artistas, en vez de quejarnos, es utilizarla en nuestro favor.. P. ¿Usted ya lo hace?. R. La utilizo para cosas que no son creativas, pero que me dan más tiempo para crear. En vez de tirarme una hora haciendo presupuestos, lo hago en diez minutos.. P. Toda la idiosincrasia de la rapidez y eficiencia de la que habla de EE UU parece casar muy bien con la IA.. R. El arte es una expresión del ser humano, no una ejecución de algo. La expresión del ser humano solo la puede hacer el ser humano. Todo evolucionará y nos tendremos que adaptar, pero no lo veo como una amenaza.. Seguir leyendo
Después de una década de formación y trabajo en Nueva York, la creadora firma su primer gran proyecto en España. “En este país no hay ningún lugar para estudiar música para cine”, afirma
A los cinco años, Alba S. Torremocha (Salamanca, 32 años) ya tenía un violín entre las manos. A los siete, lo tocaba en el Conservatorio Profesional de Música de su ciudad. Pero lo que verdaderamente le fascinaba era entender lo que salía de sus entrañas. “Me interesaba más el contrapunto y la armonía que tirarme cuatro o cinco horas tocando el violín todos los días”, recuerda. Estudió el bachillerato de Ciencias Tecnológicas, un “trato” para no molestar a sus padres, pero al mismo tiempo empezó a alternar el arco con la batuta. Entró en el Musikene —el Centro Superior de Música del País Vasco— para estudiar composición y con solo 20 años decidió trasladarse a Estados Unidos para especializarse en la composición de música para cine en la New York University (NYU).. Ya no volvió a España: se quedó para dedicarse a la composición de música para cine en uno de los epicentros de la industria audiovisual. Allí ha estrenado algunas piezas para cortometrajes, pero este verano ha vuelto a España para presentar su primer gran proyecto aquí: la banda sonora de Los futbolísimos 2, segunda entrega de la adaptación a la gran pantalla de la saga de libros de Roberto Santiago, uno de los grandes fenómenos de literatura juvenil de los últimos años. La película se estrena este viernes en los cines españoles, dirigida por Miguel Ángel Lamata.. Más información. Los mil senderos profesionales de un graduado en Música. Pregunta. ¿Por qué decidió ir a estudiar y trabajar en Nueva York?. Respuesta. Te puedo decir el momento exacto en que puse en Google: cuál es el mejor sitio para estudiar música de cine. Pensé que si me presentaba a la mejor universidad del mundo para estudiar esto y me valoraban y me cogían, sería otro empujón para dedicarme a esto.. P. ¿No había ninguna universidad española en esa lista?. R. No. En un conservatorio superior, por ejemplo, que es la vía normal si estudias música, estás más centrado en tocar.. P. ¿Hay un desinterés por la composición para cine en España?. R. No hay representación. Se pueden contar con los dedos de una mano los compositores españoles conocidos que se dedican a esto aquí.. P. ¿A qué lo atribuye? Con 303 largometrajes el año pasado, España es el segundo país europeo con más producción.. R. No se oye mucho hablar de la composición, la prensa no habla de ello. Y eso resulta en que menos niños quieran dedicarse a esto, menos oferta, menos escuelas…. P. Tampoco es una profesión especialmente entregada a la fama, ¿no?. R. Si lo que quieres es gloria, lo peor que puedes hacer es ser compositor de cine porque cuando has hecho tu trabajo excelentemente es cuando menos se nota.. P. ¿Cómo nace su colaboración en Los futbolísimos 2?. R. Fue hace mucho, cuando tocaba en la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca, el compositor Fernando Velázquez nos dirigió un día. Yo le comenté que estaba interesada en hacer composición. Cuando fui a Estados Unidos, mantuvimos el contacto y se ha convertido en un amigo. Y él habló a los productores de mí.. La compositora Alba S. Torremocha, el martes pasado en Madrid.Álvaro García. P. ¿Cómo ha sido el trabajo con Miguel Ángel Lamata, el director?. R. Una delicia. Desde el primer momento nos entendimos perfectamente.. P. ¿Es difícil que esto suceda?. R. Las cosas básicas suelen entenderse muy rápidamente, pero hay un subtexto muy sutil que a veces es más difícil.. P. ¿En este tipo de proyectos normalmente está limitado el margen de creatividad?. R. Cada persona es un mundo. Hay veces que se mezcla un poco todo y los productores tienen opiniones, el director tiene otra y te quedas ahí en medio… A mí me gusta la parte de negociación o de conversación entre el compositor y el director, de tener dos ideas creativas que al final tienen que confluir.. P. ¿Ha sido difícil hacer valer su voz siendo una mujer tan joven?. R. Sí, ser mujer y joven lo hace más difícil. El primer pensamiento que la gente tiene, sobre todo cuando trabajas con una orquesta con gente mayor, es: “Ésta que me va a enseñar a mí”. Me pasó al grabar la banda sonora de Los futbolísimos. No pasa nada, es un poco cultural también, pero yo creo que internacionalmente si eres una mujer joven se asume que no tienes mucha idea de lo que hablas.. P. ¿No pasa nada? ¿No ha tenido consecuencias en su carrera?. R. Nunca voy a decir me siento discriminada por ser mujer. La verdad es que nunca sabes los proyectos que no te tocan, de esos no te enteras.. P. Ha hecho proyectos sobre la realidad migratoria en EE UU o sobre el apartheid… nunca algo para niños, nunca una comedia como ahora.. R. Lo primero que Miguel Ángel, el director, me dijo fue: “No quiero que esto tenga música de niños. Esta es una película en la que los protagonistas son niños, pero las emociones y las aventuras que pasan son completamente reales”. Es una banda sonora para adultos.. P. ¿Cómo ha construido esa música?. R. Hemos llevado todo a los extremos, que es lo que hace el contraste y que la comedia salga más.. P. ¿Cómo ha sido el trabajo con la orquesta?. R. En EE UU he aprendido a ser muy eficiente. Teníamos dos días y medio de ensayo para 87 minutos. Y el primer día me apartó el ingeniero de sonido y me dijo: “Oye, Alba, si seguimos con este ritmo, acabamos toda la banda sonora hoy y hemos contratado a la orquesta por dos días”.. P. ¿Hay otras diferencias entre ambos mundos?. R. Sí, en la idiosincrasia del trabajo. En España, por ejemplo, tú sacas una oposición y listo. Se nota que muchas de esas orquestas que llevan años con plazas fijas se van deteriorando porque la gente coge la plaza a los 20 y a los 50 ya no tienen el mismo nivel. En EE UU cada tres meses hacen una prueba y si no eres el mejor no estás. Se valora mucho más el resultado y estar siempre en ese primer nivel.. P. ¿Ha logrado un equilibrio entre exigencia y calidad de vida?. R. Yo ahora me quiero centrar más en proyectos de calidad, menos cantidad, y un nivel de vida más tranquilo. Y por eso acabo de mudarme de Nueva York a Austin (Texas).. P. Su generación se enfrenta a un futuro dominado por la IA, ¿piensa que es una amenaza a su trabajo?. R. Lo veo como una herramienta. El temor nunca ha dado nada positivo. Va a venir y no podemos hacer nada para cambiarlo. Nuestra labor como artistas, en vez de quejarnos, es utilizarla en nuestro favor.. P. ¿Usted ya lo hace?. R. La utilizo para cosas que no son creativas, pero que me dan más tiempo para crear. En vez de tirarme una hora haciendo presupuestos, lo hago en diez minutos.. P. Toda la idiosincrasia de la rapidez y eficiencia de la que habla de EE UU parece casar muy bien con la IA.. R. El arte es una expresión del ser humano, no una ejecución de algo. La expresión del ser humano solo la puede hacer el ser humano. Todo evolucionará y nos tendremos que adaptar, pero no lo veo como una amenaza.
EL PAÍS