El chef José Andrés hacía más de tres años que no pisaba el plató de El Hormiguero. La última vez que estuvo, en mayo de 2022, ya dio pistas de la vergüenza que le producen determinadas cosas en esta vida y de la importancia de estar del lado «de la humanidad». Anoche, José Andrés regresaba a El Hormiguero para presentar su nuevo libro, Cambia la receta. Porque no puedes construir un mundo mejor sin romper unos cuantos huevos, y para divertirse. Divertirse se divirtió, pero hay determinadas cosas con las que uno no se puede divertir, sino solo mantener «la esperanza».. Seguir leyendo
El chef José Andrés fue anoche a El Hormiguero a divertirse, como todos los invitados, pero… «pensaba que era un programa de comedia». Sí, lo es, pero no. Su labor durante la dana, en Ucrania, en Gaza, en Israel y en tantos otros sitios da al chef la potestad para que ponga la cara colorada a muchos
El chef José Andrés hacía más de tres años que no pisaba el plató de El Hormiguero. La última vez que estuvo, en mayo de 2022, ya dio pistas de la vergüenza que le producen determinadas cosas en esta vida y de la importancia de estar del lado «de la humanidad». Anoche, José Andrés regresaba a El Hormiguero para presentar su nuevo libro, Cambia la receta. Porque no puedes construir un mundo mejor sin romper unos cuantos huevos, y para divertirse. Divertirse se divirtió, pero hay determinadas cosas con las que uno no se puede divertir, sino solo mantener «la esperanza».. Entró en el plató de El Hormiguero como una estrella de rock, con gafas incluidas, e incluso recriminando (en buen tono) a Pablo Motos que no le metiera prisa y al público que no le aplaudiera, pues «no os he cocinado». Y se sentó para recibir el primer halago de Pablo Motos. La visita de José Andrés había hecho que el chef Rafael Vidal preparase horas antes del inicio del programa una paella valenciana para las 140 personas que conforman el equipo de El Hormiguero. Ya se los había ganado. Aunque no hubiera habido paella se los hubiera ganado igual. «¡Viva la paella valenciana! ¡Viva Valencia!», gritó el chef, entregado de tal manera al programa que recordaba a los invitados más entregados del show de Jimmy Kimmel. Para centrar la atención, nada mejor que fuegos artificiales.. La paella fue la excusa perfecta para hablar de la labor que World Central Kitchen, la ONG del chef que lleva comida a las zonas más devastadas del mundo, realizó durante la dana. Porque hay una realidad que ni el mayor de los shows puede menospreciar: World Central Kitchen fueron los primeros en llegar a la Comunidad Valenciana y han sido los últimos en irse. Y es que por mucho que Carlos Mazón ya haya dimitido, lo ocurrido en la Comunidad Valenciana a Pablo Motos le sigue doliendo como si hubiera ocurrido ayer. No pudo dejar de preguntarle cómo era posible que su ONG llegase antes que la ayuda que tenían que haber mandado las instituciones, la clase política.. José Andrés, que tampoco quiso meterse en demasiados charcos ni soltar demasiadas barbaridades, aunque podría haberlo hecho perfectamente, porque motivos para ello tiene, fue muy claro, tanto que no se puede poner ni un pero a lo que dijo, a cómo puso la cara colorada a muchos, a todos, desde Pedro Sánchez hasta Carlos Mazón, desde el PSOE al PP. Con una frase fue más que suficiente: «Cuando la clase política lo único que hace es echarse las culpas los unos a los otros, es el pueblo, Valencia entera, los ciudadanos españoles, sin saber de qué partido político era cada uno, lo que estuvimos ahí respondiendo. España entera estuvo ahí. Y esa es la España que queremos».. El chef José Andrés, anoche en El Hormiguero.ATRESMEDIA. Hablaba demasiado rápido José Andrés, y aun así se le entendió perfectamente lo que dijo. Si World Central Kitchen llega antes que nadie a cualquier catástrofe humanitaria es porque en sus principios no existe la frase «y tú más», solo existe «la urgencia de hoy es ayer». «Siempre intentamos llegar antes que los huracanes, pero luego hay situaciones como esta de la dana», arrancó José Andrés para explicar cómo funciona su ONG.. «Cuando vimos el parte meteorológico teníamos a la gente preparada. No esperamos, nos movemos. Tuvimos que activarnos como nunca antes nos habíamos activado en Europa. La emergencia no puede esperar a mañana, hay que empezar hoy. Nunca nos reunimos, sino que empiezas a acudir a cada pueblo, a hablar con cualquier líder local, con ancianos… Hay que estar ahí. Lo primero que hicimos es dar mis satélites de Starlink a la Guardia Civil de Paiporta. Son cosas tan sencillas como tener un satélite para poder mantenerse en contacto», relató el chef, mientras en tu cabeza pensabas ‘¿cómo es posible que él, un chef, llegase antes que quien tenía que llegar y diera lo primero que se necesitaba?’.. «A día de hoy podría haber otra dana y todavía no se han aprobado las obras para que los ríos no vuelvan a desbordarse. Podría volver a pasar lo mismo. Hay que dar solución a esto ya. Nosotros entrenamos a un sinfín de voluntarios y les capacitamos por si, ojalá que no, vuelve a pasar algo así estemos preparados». Lo pudo decir más alto, pero no más claro.. Sabe de lo que habla José Andrés. World Central Kitchen no solo estuvo en la dana; está en todos los lugares donde se necesita comida, agua, pero también esperanza —40 negocios de alimentación han levantado desde que ocurriese la terrible dana—. Están en Ucrania, están en Gaza, están en Israel, incluso cuando una bomba israelí mató a siete de los voluntarios de su ONG. Y te preguntarás, ¿por qué sigues?. Por esto: «El día de los atentados del 7 de octubre, World Central Kitchen estaba dando de comer a Israel. Al día siguiente, cuando Israel empezó a atacar Gaza, también fuimos a Gaza. Tenemos que estar en ambos lados, tenemos que estar del lado de la humanidad. Hamás no hace a todos los palestinos culpables y si hay un presidente que ha rebasado los límites de la humanidad como es Netanyahu, no pensar que representa a todos los israelíes. Estoy cansado de tener que elegir un bando. Es la humanidad la que tiene que ganar y vencer».. Sí, había que hablar del libro porque para eso estaba José Andrés en El Hormiguero, aunque es verdad que cuando tienes un invitado como él, un cocinero que ha montado una ONG que está en todas partes, que llega antes que nadie, que se queda hasta el final, que se enfrenta a lo peor y a lo mejor del ser humano, que se fue de España con 52 dólares en el bolsillo y acabó siendo un chairman de la Administración de Joe Biden, lo del libro es lo de menos, aunque lo que cuenta en el libro explica todo lo anterior.. El libro habla, según explicó anoche el chef, de que muchas veces las cosas no van como has planeado, de que «no vas a tener todos los ingredientes siempre». «¿Y qué haces? ¿Te bloqueas, paras? No, cambias la receta, te adaptas. Libérate. Luego hay cosas que van a suceder que no te van a ir bien, cuando suceda, adáptate. Dale la vuelta a la tortilla. Que se te quema el arroz, pues arroz quemado al estilo José Andrés».. Así se adaptó él cuando en cuestión de 72 horas, tras un encuentro con su gran amigo Ferran Adrià, con el que trabajaba en El Bulli, no salió todo lo bien que se esperaba, se plantó en la embajada americana, pidió su visado y se fue a las Américas. Sin nada, pues aquellos 52 dólares se los cobró un taxista, y mira ahora.. «He trabajado con muchas Administraciones, incluso con la primera de Trump. Yo estaba como chairman de la asociación de alimentación y deporte. Es algo honorífico, pero trabajas con equipos de fútbol americano, de la NBA, para que utilicen los estadios para promover la salud. Ganó Trump, yo dimití, pero él se pensó que me echaba». Y conminó entonces a Pablo Motos a que invitara a El Hormiguero a Donald Trump: «Te daría un gran show». Y regresó a la humanidad, a la victoria de la humanidad para alzar la voz contra «la caza de inmigrantes» que Trump está llevando a cabo en EE. UU.. «Es un momento de tristeza», denunció. «Yo soy un emigrante, lo he sido en mi propio país y fuera de él (…) Esas personas se merecen ser ciudadanos de EE. UU. Gente buena que contribuye. Alguno malo, sí, pero unos pocos no pueden repercutir en la mayoría. Hemos pasado a una caza. No es normal que una madre esté llevando a su hijo al cole y la separen de él. Hay formas y formas de controlar la inmigración. Las formas en las que están tratando a los inmigrantes no tienen cabida en el siglo XXI», sentenció. A otros tantos les puso la cara colorada.. Quedaba la última pregunta, una que no encajaba, que se salía del marco como un brochazo equivocado: «¿Si tú fueras presidente de izquierdas o derechas cómo abordarías que no hubiera presupuestos?». No sé si Pablo Motos esperaba que José Andrés se viniera más arriba de lo que estaba, pero no, no le hizo falta: «Un gobierno es una empresa. Las empresas tienen unos presupuestos. En una democracia tiene que haber reglas de juego. Si no hay presupuestos tiene que haber elecciones y así obligamos a que oposición y Gobierno trabajen conjuntamente». Dicho queda, tantas cosas quedaron dichas. Si sirvieran de algo…
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