Es difícil imaginar que 15 minutos de televisión puedan provocar un temblor como el que provocaron las Campanadas esta Nochevieja. Quince minutos de televisión dan para mucho o para poco. Pueden ser los minutos en los que se decida un Mundial, pueden ser los minutos de la final de tu serie favorita, pueden ser los minutos en los que se elija al ganador de un reality, pueden ser los minutos en los que se cuente la gran noticia del año o pueden ser, como sucedió este martes en la Puerta del Sol, los 15 minutos en los que David Broncano, LalaChus, Alberto Chicote y Cristina Pedroche vivieron una simbiosis histórica, imposible de imaginar hace unos meses.. Seguir leyendo
Antena 3 y La 1 despidieron 2024 y recibieron a 2025 con un regalo televisivo que se recordará para siempre: David Broncano y LalaChus en un balcón; Cristina Pedroche y Alberto Chicote, en el de al lado. Presidiendo todo como un dios omnipresente, el mítico cartel de Tío Pepe. ¿Qué más se puede pedir?
Es difícil imaginar que 15 minutos de televisión puedan provocar un temblor como el que provocaron las Campanadas esta Nochevieja. Quince minutos de televisión dan para mucho o para poco. Pueden ser los minutos en los que se decida un Mundial, pueden ser los minutos de la final de tu serie favorita, pueden ser los minutos en los que se elija al ganador de un reality, pueden ser los minutos en los que se cuente la gran noticia del año o pueden ser, como sucedió este martes en la Puerta del Sol, los 15 minutos en los que David Broncano, LalaChus, Alberto Chicote y Cristina Pedroche vivieron una simbiosis histórica, imposible de imaginar hace unos meses.. Como cuatro mellizos separados al nacer de dos en dos, Antena 3 y La 1 decidieron compartir edificio, piso y casi balcón. Unos pegados a los otros, los otros pegados a los unos, y sobre ellos, como un dios omnipresente, el mítico cartel de Tío Pepe. Allí se plantaron los cuatro, sobre las cabezas de 15.000 personas que abarrotaban la Puerta del Sol para despedir 2024 y recibir 2025. Dos veteranos, Cristina Pedroche y Alberto Chicote, y dos novatos en el difícil arte de dar las Campanadas, David Broncano y LalaChus.. No era una elección fácil. Ver las Campanadas con Broncano y LalaChus y arriesgarse, o ver las Campanadas con Cristina Pedroche y Alberto Chicote, y esperar al minuto 58 de las 23:00 horas para que La Pedroche se quitase el traje y llegase por los pelos a las 12 campanadas. Difícil elección para un espectador que, en el año que se ha ido, ha vivido una de las batallas televisivas más memorables de la historia de la televisión de las últimas décadas. Sí, en esta también ha sido protagonista David Broncano.. Porque David Broncano, que llegó al lado de LalaChus descendiendo con un arnés el tejado sobre el que descansa el Tío Pepe, fue la elección de la Televisión Pública para recibir 2025 y para intentar quitar el reinado de las Campanadas a Cristina Pedroche. Hasta mañana a primera hora no se sabrá quién fue el vencedor del último y primer momento televisivo del año. En realidad, aunque jefazos, periodistas y espectadores queramos saber quién se llevó el triunfo, lo importante de estas Campanadas, más allá del dato, fue que la televisión ha revivido gracias a un chaval de Jaén y al esfuerzo de una cadena por seguir siendo la más vista.. Han sido muchos los presentadores que han repetido muchas veces que la competencia siempre es buena porque te hace ponerte las pilas. Las pilas en Antena 3 ya estaban puestas desde hace tiempo, pero se han vuelto a recargar. Lo que se vivió en las Campanadas fue mucho más que ver qué hacía David Broncano y LalaChus o con qué vestido iba a sorprender Cristina Pedroche. Lo que se vivió en las Campanadas es que la televisión, lo que ocurre en la televisión, genera un interés que ya pocas cosas consiguen.. La 1 y Antena 3 jugaron su propia partida de póker con sus ases. La 1, con David Broncano y LalaChus, no defraudaron porque hicieron lo que mejor saben hacer: tomarse todo con pitorreo, humor y vacile. Antena 3 tiró de lo que hace tres años los convirtió en líderes de las Campanadas: impactar. Impactó Cristina Pedroche con un vestido para el que, efectivamente, el público no estaba preparado, como ella misma advirtió semanas antes. Un vestido que transformó a Cristina Pedroche en una chandelier, fabricado por 8.500 cristales de su propia leche materna, y estructurado por 40 pezones, con los que La Pedroche quiso lanzar un mensaje por la protección de los niños, de la mano de UNICEF.. Cristina Pedroche muestra su vestido en las Campanadas.ATRESMEDIA. Cada año ocurre lo mismo con el vestido de Cristina Pedroche y con las Campanadas: críticas, aplausos, lovers, haters… Y a ella le sigue dando igual. Lo disfrutó como lo lleva haciendo desde hace 10 años. Sin embargo, en esta ocasión hubo un detalle que se ha visto pocas veces en La Pedroche: había nervios. Tal vez por su recién anunciada nueva maternidad, tal vez porque las emociones estaban «a flor de piel», como ella misma confesó durante las Campanadas, tal vez porque no era un vestido fácil de llevar ni tampoco de defender, o, tal vez, porque a escasos metros estaban LalaChus y David Broncano haciendo de las suyas. Sí, haciendo de las suyas.. Durante la retransmisión de las Campanadas en las cadenas que estaban en la Puerta del Sol —este año solo Antena 3 y Telemadrid— se coló en varias ocasiones el ruido de fondo de los gritos entregados de las miles de personas agolpadas bajo el reloj de la Puerta del Sol. Los culpables: LalaChus y David Broncano. Fueron ellos los que jalearon al público presente, asomándose en varias ocasiones al balcón. Primero para intentar el grito de guerra de La Revuelta, «¡Televisión… Españolaaaaaaa!»; después, para simplemente darse un baño de masas —ya que das las Campanadas, al menos déjate querer—; y, por último, simplemente para hacer una demostración de fuerza.. ¿Hubo algo especial en las Campanadas de David Broncano y LalaChus? ¿Algo mítico, algo que generase marca, algo que fuese particularmente recordado por sus Campanadas? La respuesta es no. ¿Por qué? Porque no lo necesitaban, porque David Broncano es consciente de que ahora mismo va sobrado, de que con ser él mismo ya tiene el éxito asegurado. No necesita ni una capa, ni un vestido, ni atragantarse con las uvas, ni dar un discurso del que todo el mundo hable, ni equivocarse con los cuartos. Jugar así es mucho más fácil. Y ellos jugaron.. Jugaron a fabricar una Revuelta de tan solo 15 minutos. Con su bombo, con sus megáfonos, con el momentazo de la noche cuando, en pleno directo, se pusieron a saludar a Cristina Pedroche y a Alberto Chicote, y no pararon hasta que sus mellizos, separados al nacer, se fueron a publicidad y les saludaron con caras nerviosas que parecían decir «ya están los bobos estos tocando las pelotas» o, más bien, «Broncano, Lala, no es el momento». Les dio igual que se pudieran haber cargado la exclusiva del vestido, aunque Cristina Pedroche no se quita la capa hasta que no es el momento y siempre es en directo; les dio igual si les hubieran saludado o no porque, si no lo hubieran hecho, hubieran seguido hasta el infinito y más allá. Es lo que tiene improvisar, y LalaChus y David Broncano es lo que hicieron. Si tenían guion o escaleta, dio la sensación de que no tenían nada preparado, que iban a lo loco y que solo estaba cerrado el momento carillón, cuartos y campanadas. En eso, RTVE no se la jugó.. Les dejaron hacer todo lo que quisieron. Descender del tejado, subir a algunos de los trabajadores que están siempre en la Puerta del Sol disfrazados de muñecos para que los niños se hagan la foto, tocar el bombo, llamar a Cristina Pedroche y Alberto Chicote, mostrar una estampita de la vaquilla de El Grand Prix (y que se liase parda con quienes lo vieron como una ofensa a Dios), pedir una vivienda digna y clamar porque en 2025 dejemos de criticar los cuerpos ajenos (olé), pero el momento Campanadas ya no fue de ellos, no fuese que la liaran parda.. Ese momento lo controló RTVE al cien por cien. Silencio: las 12 uvas no se iban a dejar en sus manos. Mientras en el balcón de al lado Pedroche y Chicote sacaban a pasear la experiencia, en el balcón de LalaChus y David Broncano se hizo el silencio y se dejó que la realización de «¡Televisión… Españolaaaaaaa!» hiciera lo más difícil, lo que verdaderamente podría haberse convertido en una cuestión de Estado si David Broncano o LalaChus la hubiesen cagado. Pero no, no se dio ni la opción. En RTVE son muy listos. Dejaron que hicieran los 14 minutos y 30 segundos previos a las Campanadas y, después, cogieron los mandos de la nave. El show debe continuar…
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