En ocasiones, el amor se manifiesta como un delicioso sancocho de gallina, un cuchuco de trigo con espinazo, o unos frijoles borrachos. El grupo conocido en Colombia como las madres de Soacha lo entiende muy bien. Este grupo a menudo se relaciona con el sufrimiento, puesto que varios de sus hijos fueron asesinados por las fuerzas del orden, especialmente en 2008, y posteriormente se les presentó como guerrilleros abatidos en enfrentamientos. Han estado buscando justicia durante casi veinte años. En los últimos cuatro años, varias de ellas han estado trabajando juntas en un libro que las conecta más con la manera en que experimentan su amor a diario junto a sus hijos. Esto se refleja en actividades cotidianas como amasar una arepa para el desayuno o la forma en que cortan la cebolla. Los verbos cuidar y cocinar se complementan perfectamente, algo que refleja este libro en el que han estado trabajando: ‘Para el Alma’. Por ejemplo, Gloria Martínez menciona que a su hijo, Daniel Alexander Martínez, le gustaba mucho cocinar y que, en su último encuentro, él se encargó de preparar el desayuno. «Yo había preparado los frijoles y tenía arroz, él ya había hecho el calentado», recuerda. «Mami, quería hacerte una sorpresa», le comentó Daniel, mientras le agregaba un hígado encebollado.
‘Para el Alma’ es un libro de recetas que recopila los sabores preferidos de varias mujeres en sus hogares y actualmente está en busca de fondos para su impresión. «La comida es el idioma del amor», afirma la escritora del libro.
En ocasiones, el amor se manifiesta como un delicioso sancocho de gallina, un cuchuco de trigo con espinazo, o unos frijoles borrachos. El grupo conocido en Colombia como las madres de Soacha lo entiende muy bien. Este grupo a menudo se relaciona con el sufrimiento, puesto que varios de sus hijos fueron asesinados por las fuerzas del orden, especialmente en 2008, y posteriormente se les presentó como guerrilleros abatidos en enfrentamientos. Han estado buscando justicia durante casi veinte años. En los últimos cuatro años, varias de ellas han estado trabajando juntas en un libro que las conecta más con la manera en que experimentan su amor a diario junto a sus hijos. Esto se refleja en actividades cotidianas como amasar una arepa para el desayuno o la forma en que cortan la cebolla. Los verbos cuidar y cocinar se complementan perfectamente, algo que refleja este libro en el que han estado trabajando: ‘Para el Alma’. Por ejemplo, Gloria Martínez menciona que a su hijo, Daniel Alexander Martínez, le gustaba mucho cocinar y que, en su último encuentro, él se encargó de preparar el desayuno. «Yo había preparado los frijoles y tenía arroz, él ya había hecho el calentado», recuerda. «Mami, quería hacerte una sorpresa», le comentó Daniel, mientras le agregaba un hígado encebollado.
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