Hace 30 años Regina dos Santos cantaba aquello de «ya viene el negro zumbon / Bailando alegre el baion». Ella trajo a España hace mucho, mucho tiempo el carnaval brasileño, la sangre ardiente, lo que ahora se llama twerking y antes era menear el culo al ritmo de samba. Anoche Cristina Pedroche devolvió ese espíritu a las Campanadas. Cinco minutos le fueron más que suficientes a la vallecana para volver a dejar a media España (por no decir a España entera) con la boca abierta. Sí, Cristina Pedroche lo volvió a hacer, Cristina Pedroche volvió a impactar con su vestido, con su mensaje, con el significado de un traje que, tal y como advirtió hace unas semanas, «el público no estaba preparado para ello».. Seguir leyendo
Cristina Pedroche lo ha vuelto a hacer. Hasta mañana no se sabrá si volvió a ser la reina de las Campanadas o si David Broncano y LalaChus recuperaron el trono de La 1. Sin embargo, nadie le puede quitar a Cristina Pedroche que sólo ella podía hacer lo que hizo anoche
Hace 30 años Regina dos Santos cantaba aquello de «ya viene el negro zumbon / Bailando alegre el baion». Ella trajo a España hace mucho, mucho tiempo el carnaval brasileño, la sangre ardiente, lo que ahora se llama twerking y antes era menear el culo al ritmo de samba. Anoche Cristina Pedroche devolvió ese espíritu a las Campanadas. Cinco minutos le fueron más que suficientes a la vallecana para volver a dejar a media España (por no decir a España entera) con la boca abierta. Sí, Cristina Pedroche lo volvió a hacer, Cristina Pedroche volvió a impactar con su vestido, con su mensaje, con el significado de un traje que, tal y como advirtió hace unas semanas, «el público no estaba preparado para ello».. Porque más allá del traje carnavalero, de la corona de plumas, de los taconazos de brillantes, del espíritu del negro zumbón, el vestido de Cristina Pedroche este año ha sido algo inédito, único, muy loco, extravagante, utópico, hiperbólico, esperpéntico a lo Valle-Inclán… Ponga usted los adjetivos que quiera porque, aunque para Cristina Pedroche el traje tiene un significado muy claro, para el resto del mundo será lo que a cada uno le dé la gana. Ese es el éxito de Cristina Pedroche. Ella se pone lo que a ella le viene en gana y el resto opina, también, lo que le da la gana. Un quid pro quo de manual.. Este año, la presentadora ha alzado su voz de la mano de UNICEF España a favor de la infancia para visibilizar la importancia de proteger a cada niño y cada niña frente a cualquier tipo de violencia, abuso y explotación. Estaba claro que tras su maternidad y el anuncio de la que viene, las Campanadas de Cristina Pedroche de 2024 no podían ir de otra cosa más que de eso. Pero, ¡ay del que crea que Cristina Pedroche se iba a conformar con algo simple, claro, sencillo y comprensible! El espectáculo debe continuar que cantaba Freddie Mercury.. Y el espectáculo ha continuado con un vestido ideado por Josie y diseñado por VIVASCARRIÓN, que combina innovación y tradición con un profundo significado. Creado con técnicas de alta sombrerería, el diseño ha incluido croché de algodón y 8.500 cristales creados a partir de gotas de leche materna cristalizada que son «un símbolo de protección», resultado del trabajo de la joyera Belén Mazas, de la firma Morir de Amor. Sí, tal cual lo está leyendo 8.500 cristales creados con leche materna de la propia Cristina Pedroche. Si esto no es superarse que baje Dios y lo vea.. Las gotas de leche materna las conservó Cristina Pedroche durante su primera maternidad, para ser transformadas en elementos decorativos que adornaban toda la estructura. Ahora, que vengan y digan que Cristina Pedroche no se prepara las Campanadas y que la colocan en la Puerta del Sol como un maniquí. ¡Y una leche! Nunca mejor dicho. ¿Quién guarda durante casi un año su leche materna para hacer después el vestido de las Campanadas? Sólo puede ser ella: Cristina Pedroche. Hace no tantos años era Ramonchu y su capa en La 1 y desde hace nueve años es Cristina Pedroche y su vestido, políticamente correcto o incorrecto. Para gustos colores.. El resultado, aparte de que a más de uno se le cayeran las uvas de la boca, es lo que se llama un mecano-chandelier del que emergen más de 40 pezones manando leche materna cristalizada, y que Josie ha definido como «una deidad femenina asociada a la maternidad, la tierra, la fertilidad, la agricultura y la vida; como lo fueron Deméter, Isis, Parvati, Lat, Kubaba, Coatlicue, Cibeles, Houtu, o Hepat».. Da igual si mañana la victoria de las audiencias de las Campanadas se la ha llevado David Broncano y LalaChus, porque lo que ha hecho Cristina Pedroche este año es insuperable, se mire por dónde se mire. Ya pueden decirle misa, ya pueden ponerla verde, ya pueden llamarla de todo que Cristina Pedroche ha vuelto a hacer lo que lleva haciendo nueve años, que nos caigamos de culo.. Dirán que se puede impactar de muchas maneras y que la elegida por Cristina Pedroche no es la mejor. Pues mire usted, para que un mensaje llegue también es importante el envoltorio. Y, sin duda alguna, el de Cristina Pedroche es el mejor de todos, no porque sea más bonito o más feo, sino porque es de lo que hoy, mañana y pasado va a hablar todo el mundo. Tuve un jefe hace mucho tiempo que siempre nos decía lo mismo: «Lo importante es que hablen de ti, bien o mal, eso da igual». Pues eso. La pregunta ahora es si a quien tiene que llegar ese mensaje está más pendiente de lo que se dice o de si el vestido enseña, no enseña o es medio pensionista.. Cristina Pedroche, con su espectacular e inédito traje de las Campanadas.ATRESMEDIA. Que a nadie se le olvide que esto son las Campanadas, que esto es Nochevieja, que es la noche en la que se dice adiós a un año y se da la bienvenida a otro, que es diversión, locura, exceso… En definitiva, que es espectáculo. El éxito de Cristina Pedroche es saber combinar todo esto y, además, aprovechar para lanzar un mensaje que con que lo escuche uno ya habrá valido la pena. Señoras y señores, esto es televisión, nada más y nada menos. No es un debate sobre el estado de la Nación ni el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado. Esto es diversión, show, fiesta, distracción. No nos quebremos la cabeza, que la cosa no es para tanto, que con esto la sangre no llega al río.. El mensaje de Cristina Pedroche de este año era por lo mejor que tenemos, por los niños, por su protección, por su cuidado. Cristina Pedroche aguantó las lágrimas como pudo. Lo dijo, tenía los nervios «a flor de piel». Su traje fue todo un símbolo, el suyo, el de los niños, el de las madres, el del futuro. fue «luz», como una especie de «lámpara», aunque en realidad fue digno de un sambódromo.. «2024 ha sido un año de cambio, de hacer catarsis, de aprender de la vida, de mi hija. A través de sus ojos estoy aprendiendo a vivir de nuevo la Navidad. Proteger a los niños es nuestra responsabilidad. En este año marcado por conflictos me siento tremendamente orgullosa a unirme a UNICEF. Unamos fuerzas», fue el breve, brevísimo mensaje de Cristina Pedroche. Para el año que viene, si eso, que en lugar de en el minuto 56 de las 23.00 horas que lo haga antes. Para ver el vestido y, sobre todo, para escucharla y para entenderla.. Hoy día, más de 473 millones de niños y niñas -más de uno de cada seis en todo el mundo- viven en zonas afectadas por conflictos. Pero la violencia también se da en los lugares donde los niños y niñas deberían estar más protegidos: sus hogares y sus escuelas, y también en el entorno digital. «Tenemos el deber de luchar para garantizar el bienestar de cada niño y niña, como bien común: para que puedan soñar, para que puedan alcanzar todo su potencial y que todos sus sueños se conviertan en realidad. Al 2025 le pido paz, tolerancia y responsabilidad». Y si para ello, Cristina Pedroche se tiene que poner un mecano-chandelier fabricado con 8.500 cristales de su leche materna, conformando 40 pezones, pues se lo pone.. Hace mucho tiempo que el vestido de Cristina Pedroche dejó de ser el vestido de todos para ser el vestido de ella y de nada más que ella. Es su significado, es su apuesta, es su cuerpo, es su sentimiento y es lo que ella quiere que sea. Que le caerán críticas a diestro y siniestro, que nadie lo dude, pero que nadie olvide que el carnaval de anoche de Cristina Pedroche es su fiesta. Y al que no le guste, que no mire.. Y ya, que Cristina Pedroche se emociona… (Y todos).
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