Llegó anoche el final de la primera temporada de La Revuelta y con él llegaron las explicaciones o, al menos, el poder entender lo que ha ocurrido toda esta semana con el programa en el que pocos sabían en qué día estaban ni cuándo se estaba emitiendo. ¿Críticas? Muchas, pues La Revuelta anoche dejó claro que no es para todos los públicos. ¿Alabanzas? Por supuesto. Faltaría más. Cuando un programa de televisión remueve el avispero, se sale de lo habitual y nace con tantos críticos como adeptos, cualquier cosa que haga, buena, mala o regular, recibirá tantas críticas como aplausos. Otra cosa es que te guste o te disguste de verdad. Lo vivido esta semana en La Revuelta demuestra que es un programa que ha venido para marcar sus ritmo y sus normas, y el que lo quiera que le compre y el que no que lo deje donde lo encontró.. Seguir leyendo
Cerró La Revuelta anoche su primera temporada en RTVE. La cerró con Joaquín Reyes y con la explicación de por qué las emisiones de esta semana del programa han sido una locura de principio a fin. ¿Osadía? Mucha. ¿Insolencia? También. ¿Genialidad? Según para quien
Llegó anoche el final de la primera temporada de La Revuelta y con él llegaron las explicaciones o, al menos, el poder entender lo que ha ocurrido toda esta semana con el programa en el que pocos sabían en qué día estaban ni cuándo se estaba emitiendo. ¿Críticas? Muchas, pues La Revuelta anoche dejó claro que no es para todos los públicos. ¿Alabanzas? Por supuesto. Faltaría más. Cuando un programa de televisión remueve el avispero, se sale de lo habitual y nace con tantos críticos como adeptos, cualquier cosa que haga, buena, mala o regular, recibirá tantas críticas como aplausos. Otra cosa es que te guste o te disguste de verdad. Lo vivido esta semana en La Revuelta demuestra que es un programa que ha venido para marcar sus ritmo y sus normas, y el que lo quiera que le compre y el que no que lo deje donde lo encontró.. Si el miércoles ya hubo un aluvión de críticas de los espectadores por el caso absoluto que se vivió en el programa diciendo que era martes cuando era miércoles, sin saber dónde estaba la invitada ni cuándo se iba a emitir la grabación, el de anoche fue el no va más de lo absurdo. Un ‘por mis santas pelotas que hago y emito el programa como a mí me dé la gana y que lo vea quien esté capacitado para ello’. Y es que, anoche, por fin, se entendió el caos que se ha vivido durante todas las emisiones de La Revuelta de esta semana.. Eso sí, como en todo caos, casi nada tenía sentido, un cajón desastre en el que se puede llegar a explicar ciertas cosas, pero que otras son imposibles, pues son el resultado de los pensamientos de David Broncano. De hecho, lo que sí que se entendió anoche es que el emitir los programas grabados de esta semana sin orden y concierto fue una decisión que tomó David Broncano en medio de la grabación del que iba a ser el primer programa. La razón y el ‘culpable’: Joaquín Reyes. Tampoco está muy claro por qué David Broncano decidió tras recibir al humorista que lo mejor fuera que el primero fuera el último porque era lo que mejor encajaba con Joaquín Reyes como invitado. Nada ha encajado esta semana en La Revuelta.. Es que resulta difícil hasta explicarlo. A ver, vayamos a ello. RTVE pidió a La Revuelta alargar una semana más la temporada por cuestiones de parrilla -resumiendo porque necesitaba una semana más para poder grabar algo de La Garita, el programa que sustituye a Broncano-. Como el equipo de La Revuelta tenía previsto que sus vacaciones comenzarían el 26 de agosto, fue ese día cuando decidieron grabar un maratón de cuatro programas en una sola tarde. Los programas que se emitirán el 7, 8, 9 y 10 de julio. Hasta aquí todo bien. No hay nada épico en grabar cuatro programas de un tirón, pues es lo habitual en los concursos, pero en La Revuelta quisieron convertirlo en algo histórico.. El lunes 7 cuando se supone que se tenía que emitir el primer programa grabado se emitió otro, pero con una parte montada, la parte en la que Jorge Ponce sale al escenario con una pizarra para explicar el tema de las grabaciones y la línea temporal. Resulta que el programa del lunes no era el primero grabado, a saber cuál era, pues el primer programa grabado fue el que se emitió anoche en el último programa de la temporada de La Revuelta. De locos, sí.. Aunque durante toda la semana, David Broncano se ha encargado de recordar que esto era un favor, pues se lo había pedido RTVE, que se iba a grabar todo el tirón, que no se iba a montar, que iba todo el contenido, la realidad fue otra porque obviamente claro que ha habido montaje, pues si el lunes emitieron la explicación de Jorge Ponce, anoche lo volvieron a hacer. ¿Por qué? Porque anoche se emitió íntegro el que tenía que haber sido el primer programa de esta semana para que todo el mundo entendiera qué estaba ocurriendo en La Revuelta. Pero no.. En La Revuelta quieren ser tan fuera de lo común que todo vale. Por valer, vale todo, otra cosa es que todo el mundo lo compre, y esta claro que, pese a los buenos datos de audiencia cosechados en la temporada -cierra siendo el programa más visto de La 1- no todo el mundo lo compra. La despedida de anoche era imposible de comprar, pues el espectador no se enteró de lo que estaba pasando ni de por qué se estaba emitiendo contenido que ya se había emitido el lunes hasta que a David Broncano le dio la ventolera y decidió que el programa de anoche que tenía que ser el primero en emitirse, iba a ser el último.. ¿Qué provocó esto? Pues una aluvión de críticas de espectadores a los que les era imposible seguir el programa y entenderlo. A ver, lo innovador está genial, pero cuando lo innovador se convierte en elitista -es decir, sólo comprensible y agradable para unos pocos- deja de ser genial. La despedida de esta semana de La Revuelta se ha convertido en eso, en un chascarrillo para unos pocos, en unos programas en los que tenías que poner en funcionamiento toda la materia gris para entender un poco lo que estaba sucediendo. Es que ni aun viendo el porqué de todo esto anoche, uno llega a comprender del todo por qué David Brancano decidió en plena grabación del programa 1 que iba a ser el último porgrama en emitir.. De lo de anoche, lo único que encajaba sin demasiado esfuerzo para el espectador fue el inicio y el final. En el inicio, chocaba volver a ver el decorado de La Revuelta, desaparecido durante toda la semana porque claro se fue quitando mientras se iban grabando las entregas y al final no había decorado, pero fue lo que se emitió al principio. Chocaba que no había público. Chocaba todo porque lo que habíamos visto lunes, martes y miércoles era lo que tenía que haber sido el final.. Eso sí, lo único que encajó fue el arranque de David Broncano: «Ha sido una temporada muy larga, muy exitosa. La primera en Televisión Española y estamos muy contentos. A nivel de audiencias es verdad que durante unos meses fuimos líderes por encima de El Hormiguero, de septiembre a enero de media ganamos (…) Luego es verdad que ellos han retomado su puesto y a partir de enero y febrero nos ganaban todos los días. Pero el programa nuestro ha sido, en mi opinión, la mejor temporada que hemos hecho, con grandes momentos. A nivel de calidad ha estado muy bien». El típico balance que todos los programa suelen hacer cuando se despiden por las vacaciones.. Y entonces entró Jorge Ponce y La Revuelta emitió lo mismo que había emitido el lunes para rellenar tiempo, pues lo que algo queda claro, porque lo dijo David Broncano varias veces, es que necesitaba contenido e iba a haber muchos silencios para rellenar. No sé si hubiera sido mejor más silencios y no repetir más de 15 minutos de programa. «Lo que es absurdo es lo que ha hecho RTVE poniendo el orden que le ha dado gana»; «Nivel bajísimo de los últimos programas»; «¿Qué está pasando en La Revuelta?», fueron algunas de las preguntas de anoche y críticas a lo que los espectadores estaban viendo.. A la última, tal vez, haya respuesta. Lo que pasó en La Revuelta es que el cetro de ser el programa que llegó a La 1 para cambiar La 1 lo han asumido demasiado bien. La libertad que ha tenido La Revuelta a la hora de hacer sus contenidos pocos programas de televisión la tienen y menos en una televisión pública, pero La Revuelta sí que la ha tenido y ha hecho gala de ella, pues así estaba en el contrato. Esa libertad y esa osadía es de lo que hicieron gala anoche. Si David Broncano decide que los programas se van a emitir al revés, sin orden ni concierto, se emiten así y que el espectador se las apañe. Es decir, la despedida de La Revuelta y de David Broncano anoche es mejor ejemplo de lo que ha sido La Revuelta este año y de lo que ha supuesto para la televisión.
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