A ver cómo explico lo que está sucediendo esta semana en La Revuelta para que lo entienda todo el mundo. Aviso, es difícil, pues parece que lo que ha hecho el programa de David Broncano para mantener esta semana de emisión es algo insólito, inconcebible, portentoso, y, la realidad, es que es algo más que habitual en la televisión. Lo que ocurre es que, como es habitual, La Revuelta, valga la redundancia, le ha dado la vuelta a una práctica muy normal en los programas de televisión. Ahora bien, una cosa es venderlo como algo prodigioso porque así son ellos, y otra muy distinta convertir lo normal en un absoluto caos muy difícil de comprar que, más que parecer que La Revuelta es lo más undergorund que uno se puede encontrar en la televisión, es que La Revuelta ha hecho los programas de esta semana con la intención de que quede claro que si pides más de lo que uno quiere dar, el resultado nunca va a ser el mejor.. Seguir leyendo
Para que La Revuelta pudiera estar una semana más emitiendo antes de irse de vacaciones, el pasado jueves el equipo del programa grabó del tiró todos las emisiones de esta semana. No hay nada prodigioso en ello, aunque quisiesen venderlo así. Sin embargo, anoche quedó patente el caos absoluto
A ver cómo explico lo que está sucediendo esta semana en La Revuelta para que lo entienda todo el mundo. Aviso, es difícil, pues parece que lo que ha hecho el programa de David Broncano para mantener esta semana de emisión es algo insólito, inconcebible, portentoso, y, la realidad, es que es algo más que habitual en la televisión. Lo que ocurre es que, como es habitual, La Revuelta, valga la redundancia, le ha dado la vuelta a una práctica muy normal en los programas de televisión. Ahora bien, una cosa es venderlo como algo prodigioso porque así son ellos, y otra muy distinta convertir lo normal en un absoluto caos muy difícil de comprar que, más que parecer que La Revuelta es lo más undergorund que uno se puede encontrar en la televisión, es que La Revuelta ha hecho los programas de esta semana con la intención de que quede claro que si pides más de lo que uno quiere dar, el resultado nunca va a ser el mejor.. Vamos intentar explicarlo. RTVE pidió a La Revuelta y a David Broncano que alargase las emisiones del programa una semana más de lo previsto antes de cerrar temporada e irse de vacaciones. Es decir, que en lugar de terminar el 4 de julio acabase el 11 de julio. ¿Las razones? Muchas. Primero, que La Revuelta ha sido el programa estrella de La 1 de esta temporada; segundo, que si se mantenía una semana más sería una semana en la que no competiría con El Hormiguero, pues el programa de Pablo Motos se fue de vacaciones la semana pasada; tercero, que el programa que va a sustituir a La Revuelta este verano, La Garita, tenía que grabarse y, probablemente, no se llegaba a poder empezar esta semana; cuarto, que La 1 quiere mantener el segundo puesto en el ranking de cadenas y cuanto más mantuviera el programa más visto de la cadena pública, pues más puntitos se suma a la audiencia media de La 1. Hasta aquí, todo comprensible.. Ahora bien, la pregunta es: ¿se gana más manteniendo una Revuelta de saldo, como ha sido la de esta semana, o se pierde más? Las audiencias de La Revuelta de esta semana en la que no tiene competencia no han mejorado, con lo cual aquí se mantiene todo como estaba. Lo peor es que La Revuelta de esta semana no ha sido La Revuelta de toda esta temporada, pues han sido cuatro programas grabados todos en el mismo día, con las ganas de un equipo de irse de vacaciones y con el añadido de que en La Revuelta siempre intentan hacer de lo normal algo fuera de lo común. A veces les sale bien y otras, como está ocurriendo esta semana, no salen tan bien. Por mucho que a uno le guste La Revuelta y David Broncano lo que se ha visto esta semana, especialmente, lo que se vio anoche, no hay por dónde cogerlo. Ninguna cadena -parece ser que a excepción de La 1- ‘compraría’ un programa como el de anoche, completamente caótico, desganado e incoherente.. Los más fans del programa, lo aceptarán porque cuando uno es fan de algo es muy complicado ver los errores, pero habrá seguidores habituales que no entiendan la emisión de anoche de La Revuelta y la manera de hacerlo por mucha Revuelta que uno sea. A ver, es verdad que anoche había fútbol, semifinal del Mundial de Clubes entre el PSG y el Real Madrid, pero hacer un 7,3% de cuota de pantalla, igual es un aviso que no se debería pasar por alto. Sí, El Hormiguero, la reposición de El Hormiguero, hizo poco más de un 8%, pero era una reposición y volvió a ganar a La Revuelta por más de un punto.. Lo que ha ido haciendo David Broncano y el equipo de La Revuelta a lo largo de esta semana es ir emitiendo los programas grabados el pasado jueves un poco sin orden ni concierto. El que se emitió el lunes parece ser que fue el último en grabarse y el que se emitirá esta noche parece ser que fue el primero, aunque esto es una conjetura porque es imposible saber de qué manera se han estado emitiendo los programas.. Primero, por mucho que Jorge Ponce asegurase este lunes que lo que habían hecho era historia de la televisión, pues habían grabado cinco programas -sumando el del jueves pasado- en un solo, fue el propio David Broncano el que le corrigió, y con toda la razón. Todos los concursos de la televisión se graban así: en dos o tres jornadas se graban tres o cuatro programas seguidos. ¿El espectador se entera cuando se emite de que a lo mejor está viendo un programa grabado hace 15 días? ¿A qué no? Los concursos no lo dicen, se organizan, hacen su trabajo y aquí paz y después gloria. En La Revuelta, no.. Si Jorge Ponce contó el hito realizado por La Revuelta, lo hizo consciente de lo que hacía y consciente de lo que podía ocurrir. Lo que hacía porque el decorado de La Revuelta no era el habitual, porque ya estaban en la pista de despegue a las vacaciones y, ¡qué leches!, porque ellos pueden. Y lo que podía ocurrir, pues lo que ocurrió anoche que La Revuelta comenzó sin cabecera, sin público, sin saber qué programa era el que iban a graba, sin que supieran si la invitada estaba o no, sin hombre mágico, con David Broncano y Ricardo Castella intentando poner un poco de orden y concierto y con el equipo sin saber muy bien cuál era la emisión que estaban a punto de grabar. Resultado: el caos y el público, como diría Yoda, «mí entender no».. Para muchos lo que se vivió anoche en el arranque de La Revuelta seguro que es algo extraordinario, una genialidad… ¿Y si lo que ocurrió anoche y se vio lo hiciera otro programa? Ya no sería tanta genialidad. Es genial porque es La Revuelta y es David Broncano y es como el hijo predilecto, todo se le perdona y todo es maravilloso haga lo que haga. En realidad es más maquillar el hacer algo por obligación y con pocas ganas y venderlo como si fueras lo más guay del mundo. Eso de genial tiene poco, que es un arte que el ser humano lleva en su ADN.. La Revuelta arrancó anoche su penúltima entrega de la temporada justo al terminar un emplazamiento publicitario La 1, mostrando al presentador y a sus colaboradores hablando fuera de cámaras, intentando averiguar cuál era el programa que tenían que grabar. «A ver quién va el jueves… ¿Hoy es martes no?», preguntaba el David Broncano mirando la escaleta junto al equipo de producción. Ni bombo, ni público, ni aplausos, ni nada de nada.. Con el teatro completamente vacío, con el equipo de producción colocando el decorado, con David Broncano preguntando si el que se iba a grabar era el del martes, con Sergio Bezos advirtiendo del caos, con Ricardo Castella insistiendo en que no había ningún problema porque el que se iba a grabar el del martes -recordemos que anoche era miércoles- y con Grison vacilando con que llamaba a su mujer para decirle que llegaría de madrugada arrancaba La Revuelta.. «Seguid grabando que esto es contenido», señalaba el presentador deLa Revuelta a su equipo. «Desde fuera parece que habéis perdido la cabeza. No entiendo qué día es», advertía Sergio Bezos, el único que parecía entender que lo que estaba ocurriendo era un caos absoluto. Es que por no saber no se sabía ni quién era la invitada, y cuando se supo que era Ingrid García-Jonsson no se sabía si estaba, y cuando ya parecía que sí, que estaba o que iba a llegar en cinco minutos no se tenía claro si era lunes, martes, miércoles o Viernes Santo.. «Ayer pudo ser confuso, pero hoy se va a entender todo», le decía Broncano a su equipo, en referencia a que como se estaba grabando el del martes, es decir, el segundo después de explicar la maratón de grabaciones el lunes, pues el público lo iba a entender. La historia es que el público estaba viendo el programa del martes un miércoles. Ni montaje, ni postproducción… ¿Para qué? ¡Qué más da! Si se lo van a ‘comprar’ igual. Es lo que tiene cuando se exige lo justo y necesario.. La pregunta que me surge es si permitirían cosas como ésta a otros programas de televisión. No vale ya con decir eso de que ‘es que es su esencia’, es que ‘son así de rebeldes’, es que ‘son unos gamberros’. Esto no es un anuncio en el que pide a Aliexpress y te llega algo irreconocible. Esto no son las rebajas de la televisión. Esto no es un mercadillo en el que lo primero que agarres del montón para la saca. Se puede hacer lo mismo, con la misma guasa, con la misma rebeldía, con el mismo gamberrismo y no parecer que estas comprando en oportunidades.. «Menuda chapuza está siendo la última semana de La Revuelta. Espero que el último programa justifique este desorden», escribió anoche un espectador. Igual, igual lo que para algunos parece innovados y salirse de la norma escrita, en realidad, no es tan bueno.
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