El director de orquesta afronta su última temporada en la Filarmónica de Los Ángeles con la que revolucionó la vida cultural de la ciudad Leer
El director de orquesta afronta su última temporada en la Filarmónica de Los Ángeles con la que revolucionó la vida cultural de la ciudad Leer
Aterrizó en Los Ángeles con la aureola de ser una de las grandes promesas de la música clásica y se marcha, rumbo a Nueva York, convertido en una de las figuras más carismáticas y reconocibles de ese universo, 17 años más tarde. Poco podía sospechar entonces el joven Gustavo Dudamel (Barquisimeto, Venezuela, 1981) que aquella decisión de dejar atrás el prestigio de las grandes plazas europeas para instalarse en la soleada California habría de cambiar por completo su carrera y revolucionar culturalmente una urbe descomunal como Los Ángeles.. El jueves, bajo el colosal espacio del Walt Disney Concert Hall de Frank Gehry, comenzó una larga despedida con la presentación de la que será su última temporada como director musical y artístico de la Filarmónica de Los Ángeles, a la que llegó con solo 28 años en 2009. «Entonces no entendía para nada la ciudad, era muy joven y todo era muy surrealista», recordó el venezolano, que entonces se veía a sí mismo como «un animal interpretativo» en su forma de encarar la dirección de orquestas. «No puedo decir que fue amor a primera vista, pero sí un profundo entendimiento entre ambos».. Para su última temporada, que la filarmónica ha bautizado como Gracias, Gustavo, Dudamel dirigirá 14 programas diferentes, comenzando en septiembre con el estreno mundial de una obra de la compositora ganadora del premio Pulitzer Ellen Reid, comisionada por la Filarmónica de Los Ángeles y la Filarmónica de Nueva York. En octubre, el sudamericano dirigirá un par de ballets de Stravinsky, El pájaro de fuego y La consagración de la primavera, y después se atreverá con la Segunda Sinfonía de Mahler. También llevará a la filarmónica a una gira de dos semanas por tres países: Corea, Japón y Taiwán.. No faltarán en su repertorio varios programas con Beethoven como protagonista, además de piezas de Wagner, Strauss, Schumann o el compositor venezolano Ricardo Lorenz. En marzo, trabajando junto a uno de sus íntimos amigos, el director de cine mexicano Alejandro González Iñárritu, le hará un homenaje a Los Ángeles y el mural de Judith Baca de North Hollywood, «para entender la preciosa mezcla de culturas que significa Los Ángeles», con una sinfonía.. «Es bonito ver que estamos cerrando un capítulo en un estado tan hermoso de nuestra relación», analizó el venezolano. «No es el final, solo se abre un nuevo capítulo». En el zurrón, decenas de conciertos en el Walt Disney Concert Hall y el Hollywood Bowl -entre ellos recitales junto a cantantes de pop como Natalia Lafourcade, Carlos Vives, Café Tacuba o el genio de las bandas sonoras John Williams-, la dirección de la banda sonora del West Side Story de Spielberg y hasta una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.. Dudamel recuerda con claridad su primer concierto en la ciudad y «la primera semana loca en Los Ángeles en la que tuve que estrenar dos obras monumentales», los cientos de amigos que ha hecho y el nacimiento de su hijo Martín en la urbe californiana, el 1 de abril de 2011. «Yo soy el que tengo que estar agradecido a Los Ángeles, no al revés».. Por delante, el reto de devolver lustre a la Filarmónica de Nueva York como su nuevo director musical y creativo a sus 44 años, una institución que antes lideraron mitos como Gustav Mahler, Leonard Bernstein o Zubin Mehta. Moviendo los hilos está la mujer que lo contrató para brillar en Los Ángeles, Deborah Borda, y que ahora ha orquestado el traspaso de poderes de una gran urbe estadounidense a otra. «Es un encaje sensacional», decía Borda a The New York Times tras anunciar la noticia. «Estoy feliz por nuestra orquesta y por nuestra ciudad». No es de extrañar. Han contratado a un genio.
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