Las indirectas entre Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana son habituales cuando coinciden en antena, como sabrán los espectadores de las tardes de Telecinco. . Seguir leyendo
Ha ocurrido durante la transición de El diario de Jorge a TardeAR del 2 de diciembre
Las indirectas entre Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana son habituales cuando coinciden en antena, como sabrán los espectadores de las tardes de Telecinco.. Y tras lo sucedido el 2 de diciembre podemos añadir una nueva a la lista. Ha sido durante la transición de El diario de Jorge (2024-) a Tarde AR (2023-) cuando Jorge Javier le ha lanzado un irónico mensaje a Ana Rosa, dejando caer la influencia que ella tiene en la cadena de Fuencarral.. Sin embargo, nada hacía presagiar lo que vendría después, ya que la conversación entre estos dos pesos pesados de Mediaset ha comenzado con un inocente «¿Qué me cuentas?» de Vázquez. «¿Has visto este fin de semana que está todo el mundo y todas las redes revueltas porque David Bustamante ha aparecido en un concierto con otro cambio de imagen, un poco más rellenito? Bueno, pues para que nadie se preocupe, le hemos preguntado y vamos a contar qué es lo que nos ha dicho», le ha respondido ella.. Posteriormente, Jorge quiso saber si su homóloga sabría lo que iba a hacer él tras escuchar el cebo sobre Bustamante. «Irte corriendo al camerino a poner la tele. Por cierto, ¿tú tienes tele en el camerino?», le ha preguntado Quintana, ya que en el de la presentadora no hay, como ha revelado.. «Sí, claro que tengo tele en el camerino. Luego me voy a hacer un vídeo para que lo veas. ¿Qué te piensas, que te miento?», le ha retado en directo. «No, no, si yo estoy aquí para protestar porque yo no tengo», ha querido dejar claro la también productora.. Y ahora sí, antes de despedirse, Jorge le ha soltado su dardo envenenado que le ha provocado una sonora carcajada al decirlo: «Será lo único que te queda por tener en esta cadena ya. Hasta mañana, adiós».. Una frase que hace referencia al poder que tiene Ana Rosa en Telecinco y que no ha querido negar: «Tienes toda la razón, tengo zapatos. Hasta luego».
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