El debut de la escritora colombiana, que se sirve del recurso del diario encontrado, es un relato crudo de unas vidas atravesadas por la violencia Leer
El debut de la escritora colombiana, que se sirve del recurso del diario encontrado, es un relato crudo de unas vidas atravesadas por la violencia Leer
Sé morir es el debut de la colombiana residente en Barcelona Elena Mesa, que ha publicado cuentos en revistas como Mercurio. Sé morir reconstruye la historia de su protagonista sin nombre, un joven muerto antes de los veinte, a través de unas notas a modo de diario en las que se mezclan recuerdos de infancia, adolescencia y el tiempo que pasó en un monasterio.. Tránsito. 152 páginas. 18€. Puedes comprarlo aquí.. La verdadera causa de la muerte se desvela ya en una especie de prólogo que aclara la relación entre la narradora-mediadora y el muchacho muerto: se suicidó colgándose de una soga que fabricó con los cordones de unos zapatos que le regaló su hermana.. Ese texto breve precede al diario del muchacho en el que cuenta una infancia de violencia en un barrio, «algo así como un estrato bajo cero» de los barrios, explica el protagonista, en Medellín. Todo es lumpen y violencia y miedo; violaciones en el ámbito familiar, golpizas un día sí y otro también, abortos no deseados que tratan de interrumpirse como sea, amores no correspondidos y expectativas truncadas.. Los dos protagonistas son el muchacho y su hermana -el diario está dirigido a la hermana, a modo de explicación y de justificación del acto también- y su historia compartida de terror y búsqueda de refugio el uno en el otro en un entorno absolutamente hostil que incluye también a todo el barrio («dentro de esas historias estábamos todos»). Entre tanta violencia hubo una escena que marcó al muchacho: el día en que vio el cuerpo del hijo de la vecina colgando del techo, con un cinturón al cuello. Ese día decidió que él haría lo mismo.. El libro incluye también una serie de collages, obra de Mesa, que aborda la violencia y sus huellas y presenta la escritura como consuelo. «Hay vida latiendo en el fondo de las heridas. Hay vida latiendo en el espacio que dejan los que ya no están. Yo escribo», se dice en el prólogo. Poner en palabras su infancia y sus pensamientos es el modo que encuentra el muchacho de adueñarse de su historia.
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