Ya está aquí, ya llegó, Gran Hermano 20 ha abierto sus puertas y… y hay de todo y un poco más. La gala de estreno fue la gala en la que todo parece lo mismo, pero nada es igual. Ya lo advirtieron desde Zeppelin, la productora del reality, para que Gran Hermano volviera a enganchar había que reinventarse. ¿Pero cómo se reinventan uno después de 25 años? Pues, primero, con una casa que fue anoche la protagonista de la gala de estreno; después, con un casting, que válgame Dios (y nunca mejor dicho); y, tercero, con engaños. Principalmente, engaños a los 20 concursantes con los que arrancó anoche Gran Hermano 20.. Seguir leyendo
Las puertas de la nueva casa de Gran Hermano abrieron sus puertas por primera vez en la historia para recibir a Jorge Javier Vázquez, así arrancó la vigésima edición del reality de todos los realities. Hubo fallos, sí (los nervios del directo), pero quedaron fulminados por un casting que, ojo, porque puede ser apoteósico
Ya está aquí, ya llegó, Gran Hermano 20 ha abierto sus puertas y… y hay de todo y un poco más. La gala de estreno fue la gala en la que todo parece lo mismo, pero nada es igual. Ya lo advirtieron desde Zeppelin, la productora del reality, para que Gran Hermano volviera a enganchar había que reinventarse. ¿Pero cómo se reinventan uno después de 25 años? Pues, primero, con una casa que fue anoche la protagonista de la gala de estreno; después, con un casting, que válgame Dios (y nunca mejor dicho); y, tercero, con engaños. Principalmente, engaños a los 20 concursantes con los que arrancó anoche Gran Hermano 20.. Por dónde empezamos, pues parafraseamos a Jorge Javier Vázquez mientras entraba a las instalaciones donde se encuentra la nueva casa de Gran Hermano: «La madre de todas las fiestas». El casting de GH 20 es un polvorín. Ahora todo parece un anuncio de compresas en el que todos quieren saber a qué huelen las nubes, pero la mochila con la que entran la mayoría de los elegidos… ¡Mare de deu!. Sí, la cosa va de Dios, va de rencillas familiares, va de amigas que se quedan fuera, va de sueños sin cumplir, va de bellezas con la autoestima por las nubes (¿ves lo del anuncio?) que aseguran ser unas rompecorazones, va de «donde pongo el ojo, pongo la bala», va de «profundas creencias religiosas», va de «pasión, fe y drama»… Va de que Gran Hermano tiene que volver a ser Gran Hermano, pero dejando de serlo.. Por eso anoche, la gala de GH 20 comenzó con un hecho histórico. No fueron los concursantes los primeros en pisar la casa, sino que lo hizo el propio Jorge Javier Vázquez, que estaba igual o más nervioso que los propios concursantes. Perdió el pinganillo nada más entrar, se quedó sin guía con la que seguir el programa y ocurrió lo que sólo ocurre cuando un programa es en directo, cuando la emoción te desborda y cuando todo es nuevo. De repente, con las dos primeras concursantes en entrar en la casa (Desirée y Rocío), Jorge Javier Vázquez le comunicaba que sólo entraba una, Desirée.. La imagen era la de ellas llorando amargamente y sin consuelo. Y, de repente, como por arte de birlibirloque, se metían unas imágenes de ellas dos en otra parte de la casa, mientras se escuchaba el pío pío de otro concursante que estaba en el confesionario (vestido de loro y aceptando entrar sin poder hablar) para de nuevo volver al centro de la casa con Jorge Javier Vázquez diciendo: «Se ha colado algo… Pero estamos en directo. Son las diez y veinte. A punto de ser las diez y veinte». Se montó el drama en las redes sociales acusando al programa de estar emitiendo en falso directo. ¿Y si lo que ocurrió es que desde realización se metió un plano anterior que se había grabado segundos antes? Es que no es sólo nueva la casa, sino también todo el control de realización. Los nervios del estreno, que diría María Asquerino.. Duró el drama unos minutos, pues luego todo volvería a la normalidad, volvería a seguir conociendo concursantes. ¡Y qué concursantes! Son muchos, pero mención especial se merece Paula. Sus «plegarias han sido atendidas», como bien dijo Jorge Javier Vázquez. Esta joven de 27 años viene de Crevillente (Comunidad Valenciana). Se define como una chica de «profundas creencias religiosas»: «Mi fe es muy importante». Y acude a la casa de GH dispuesta a darlo todo y hacerse con el ansiado maletín. Jesús y la Virgen, por encima de todo. Dios, por encima de todo. ¡Maravilla!. Pero para historia la de Diego. A ver, cómo explico esto. Diego y Marcos son dos hermanos que se presentaron al casting. Ambos fueron elegidos, pero resulta que no se hablan. Una bronca monumental hace menos de un mes por el negocio familiar hizo imposible que Marcos entrase en la casa de GH.. «Ayer llevamos a tu hermano a un hotel y le retiramos el móvil», le relató Jorge Javier Vázquez, ya en plató, a Marcos, después de que la hermana de ambos, presente en el plató, tuviera que abandonarlo a petición de éste. «Es el protocolo habitual para los concursantes antes de entrar a la casa. Acto seguido te llamamos a ti para confirmarte que también eras concursante y tu respuesta nos dejó muy sorprendidos: no querías coincidir con tu hermano bajo ningún concepto».. «Yo creo que no tiene arreglo y no he venido a estar discutiendo con una persona. Para mí ya no existe. Se ha portado bastante mal», entonaba Diego desde la nueva sala de expulsión. En ese momento Diego se enteraba de que Marcos había renunciado a entrar a la casa, lo que aseguraba que «era de esperar» y le hacía reaccionar: «Se lo agradezco de verdad. Lo primero que no quería era hacer daño a mamá, siento que no haya podido cumplir su sueño, siempre lo ha sido y no el mío. Espero que algún día se pueda solucionar esto».. «Yo no quiero que mi sueño se convierta en la pesadilla de Gran Hermano, para mí y los míos puede ser muy duro. Yo tengo una opinión de mi hermano de esa discusión que no va a salir de mí en ningún momento, todas las historias tienen dos versiones y la mía me la guardo. Lo siento, pero no soy concursante», explicaba Marcos. Aunque su sueño no se ha esfumado.. Pero es que Marcos no va a desaparecer de la escena, pues desde el próximo domingo es uno de los nuevos colaboradores de El debate de GH, que presentará Ion Aramendi. Vamos, que esto huele a que vamos a estar con el soniquete de su no entrada hasta que entre.. ¿Os acordáis del momento separación entre Desirée y Rocío? Pues después de que esta última cediera su lugar a su amiga y volviera al plató entre lágrimas con Jorge Javier Vázquez, Rocío sí que iba a ser concursante de Gran Hermano 20, pero con una condición: vivir en el llamado Oasis de la casa sin ser descubierta y hasta que la organización decida que puede entrar a formar parte del resto de concursantes. Comienza la tortura.. La misma que van a vivir Íñigo y Edurne. El primer juego de Gran Hermano 20 fue buscar un huevo escondido en la casa. Quien lo encontrase se libraría de la primera expulsión, pero tendría que vivir en una jaula. Lo encontró Íñigo y eligió a Edurne, con la que pocos minutos antes había entrado. Ya os voy diciendo que Íñigo ya se está arrepintiendo de haber aceptado. Empiezan los juegos del hambre. A dormir a una caseta del jardín convertida en jaula para salvarse de una expulsión que no existe.. Lo peor es que no hay nominaciones ni tampoco expulsiones. En la última edición de Gran Hermano fue una de las normas que se cambiaron, pues en una semana o menos no daba tiempo a conocer a ninguno de los concursantes y siempre se expulsaba al que peor caía, pero también al que más juego podía dar en el reality. Esta vez se ha repetido la historia, con la diferencia de que Gran Hermano ha cometido el primer engaño: los concursantes sí que creen que va a haber expulsión.. «Atención porque esta edición no va a contar durante las primeras semanas, no te digo cuántas, con nominaciones», reveló Ion Aramendi en su visita anoche al plató, y que explicará con más detalle este domingo durante El Debate. Jorge Javier conectaba entonces con la casa para anunciar a los concursantes un giro drástico de los acontecimientos que no se podían imaginar: «De momento, en Gran Hermano no hay nominaciones». Sin embargo, la alegría dura poco cuando explica el motivo por el que no tendrán lugar: «Todos estáis en peligro. Todos estáis nominados». Mentira de las gordas para que empiecen a sentir el miedo corriendo por todos los poros de su piel. ¡Cabrones!. «Lo habéis oído bien, Gran Hermano 20 rompe las normas. La audiencia está votando y uno de vosotros está pasando sus últimos minutos en la casa porque la expulsión es esta misma noche». Y es que el engaño iba a ir a más. Los concursantes de la casa lo vivieron como una expulsión real pero son los habitantes de Oasis, donde ya estaba Rocío, Noah, novia de Sofía; y Cristian, participante de Uno de GH 20, que son los que tienen que decidir quién abandonará la casa de Tres Cantos para unirse a ellos teniendo en cuenta que vivir en esta localización «tiene sus peligros». Dudaron entre Desirée y Sofía, y acabaron eligiendo con piedra, papel o tijera a Sofía. Comienza la vida en Gran Hermano 20.
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