En ‘Los nombres de Feliza’, Juan Gabriel Vásquez cuenta la historia de una escultora cuyo padre la enterró en ausencia como una forma de castigo por un pecado, que fue exiliada por una democracia, y que finalmente falleció en París de dolor.
En ‘Los nombres de Feliza’, Juan Gabriel Vásquez cuenta la historia de una escultora cuyo padre la enterró en ausencia como una forma de castigo por un pecado, que fue exiliada por una democracia, y que finalmente falleció en París de dolor.
En la nueva novela de Juan Gabriel Vázquez, Los nombres de Feliza (Alfaguara), hay una escena donde el personaje Feliza Bursztyn asiste a una fiesta con otros artistas colombianos que han sido cautivados por la revolución cubana de 1959. Una persona cuenta los países latinoamericanos bajo dictaduras militares o de extrema derecha: Uruguay, Chile, Argentina, Paraguay… Bursztyn luego detiene la cuenta con una broma: «Todos excepto Colombia, porque Colombia no requiere un gobierno militar». Los nombres en Feliza son irónicos y ambiguos pero también precisos y personales, enmarcados como una biografía ficticia mientras que fundamentalmente es un libro sobre Colombia. El personaje principal, Feliza Bursztyn (1933-1952), fue una artista de Bogotá que creció en medio de los expresionistas abstractos en Nueva York y estuvo en París justo antes de 1968. Sin embargo, decidió regresar a Bogotá hasta que un gobierno supuestamente liberal la expulsó del país por una improbable acusación de colaborar con el terrorismo. Bursztyn regresó a Francia y luego falleció de tristeza, como señaló Gabriel García Márquez en un conocido obituario. Vasquez afirma: «Mis esfuerzos se han centrado en aclarar el significado de’murió de tristeza'». ¿Qué debemos aprender de Feliza Bursztyn? ¿Cómo es tu conexión con Colombia? Sus padres eran socialistas judíos de Polonia. Llegaron a Bogotá inesperadamente y prosperaron.
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