¿Es posible hacer un talent culinario que vuelva a atraer a los espectadores? ¿Es posible superar a las decenas de concursos de cocina que ya existen? ¿Es posible darle una vuelta a MasterChef y no errar en el intento? Sí, lo es. Es lo que anoche demostró Next Level Chef, la vuelta de tuerca del, precisamente, rey de los talent culinarios. Sí, Next Level Chef es tal pasmo de programa que es imposible no verlo un minuto y no quedarse enganchado.. Seguir leyendo
Next Level Chef se estrenó anoche en Telecinco dejando a los espectadores ojipláticos. La brutal dinámica del juego, los nervios de los concursantes, la rapidez del talent culinario demostró que se pueden seguir haciendo concursos de cocina y que sigan entreteniendo
¿Es posible hacer un talent culinario que vuelva a atraer a los espectadores? ¿Es posible superar a las decenas de concursos de cocina que ya existen? ¿Es posible darle una vuelta a MasterChef y no errar en el intento? Sí, lo es. Es lo que anoche demostró Next Level Chef, la vuelta de tuerca del, precisamente, rey de los talent culinarios. Sí, Next Level Chef es tal pasmo de programa que es imposible no verlo un minuto y no quedarse enganchado.. Lo que se vio anoche en el estreno de Next Level Chef en Telecinco es que todavía queda hueco para llevar aún más al límite el arte (o no) de cocinar. Un acierto absoluto de Shine Iberia, productora del programa, y de Mediaset, el contar con Blanca Romero como presentadora del formato; un acierto los tres jueces y mentores, Francis Paniego, Rakel Cernicharo y Marcos Morán, que pese a no ser grandes conocidos televisivamente hablando, lo que mostraron anoche es una capacidad impresionante para poner los pelos como escarpias, para llevar al límite a los concursantes y, sí, también, para mandarles a tomar viento fresco cuando más necesario es.. El funcionamiento de Next Level Chef es muy sencillo: tres tipos de cocinas divididas en tres plantas, el ático, el primer piso y el sótano. La primera, la cocina de tus sueños con todos los utensilios necesarios y los que no se necesitan también, y con la posibilidad de ser los primeros en coger de la plataforma elevadora que atraviesa los tres pisos los mejores productos para cocinar. El primer piso corresponde a una cocina normal, con lo justo y necesario. Y el sótano… ¡ay, el sótano! El sótano es el horror. Suciedad, electrodomésticos rotos, utensilios hechos una marranada y prácticamente inservibles, y, sobre todo, que quien cocina en el sótano es el último en poder coger los ingredientes.. En el lado de los sufridores (y son muy sufridores), 15 concursantes, que anoche fueron 21, pues el primer programa de Next Level Chef era precisamente el cierre del casting. Entre ellos, cocineros profesionales, influencers y cocineros amateurs. Y aquí está una de las claves de Next Level Chef: el casting. Tal vez te preguntes cómo van a competir chefs profesionales con influencers o con cocineros amateurs, pues Next Level Chef logra que la cosa esté nivelada. No sólo que esté nivelada sino que parezca posible que un influencer pueda cocinar mejor que un chef o que un cocinero amateur tenga más habilidades que un chef profesional.. Pero por encima de todo, lo que anoche demostró el estreno de Next Level Chef es que se puede seguir haciendo un concurso de cocina y entretener. Se puede ser rápido, ir a lo esencial, dejarse de gilipolleces y centrarse en ver cómo 15 personas se ‘acuchillan’ en medio de unos cocinados que son una bomba explosiva. Para eso están los tres jueces y mentores. Lo de Rakel Cernicharo es de lo mejor que ha dado la televisión en los últimos tiempos. ¡Menudo descubrimiento! La chef es una monstrua televisiva aún por descubrir. Se come la pantalla, se come al resto de sus compañeros y se come a los concursantes. Por no hablar de Marcos Morán y Francis Paniego que, aunque ya sorprendieron en sus apariciones en MasterChef, lo de anoche en Next Level Chef fue de otro nivel.. Cómo fue ese momento de Francis Paniego con una de las concursantes de su equipo, Noelia, a la que pone tan sumamente nerviosa que cuando tiene que colocar su plato en la plataforma, el plato sale volando y el pescado acaba plasmado en una de las baldas de la plataforma. «Estoy indignada», clamaba la pescadora, completamente histérica, agarrándose el delantal por no agarrar el cuello de Francis Paniego. Por no hablar del momento en el que Rakel Cernicharo se pone a probar uno de los platos durante la primera prueba y directamente lo escupe en la cara de quien lo había hecho. Sin medias tintas.. Pero no fueron los únicos momentos sorprendentes de la noche. En un solo programa y aquello parecía La matanza de Texas. Cortes, quemaduras… Si esto pasa en el primer programa, ¿qué va a ser lo siguiente? ¿Amputaciones? Fue la consecuencia de precisamente una de las ventajas de Next Level Chef: aquí no hay prácticamente tiempo para pensar. Y la competitividad. Si algo demostró anoche Next Level Chef es que al programa se va a competir y no hay amigos ni nada de nada. Cada uno, y así lo hicieron saber los jueces en varias ocasiones, juega individualmente, aunque forme parte de un equipo. Y te puedo asegurar que la mayoría de los concursantes han ido a ganar.. Que se lo digan a Roro, sí, la influencer que cocina para demostrar su amor a su novio y que no hace muchos meses recibió una oleada de haters por considerar que lo que muestra en sus vídeos en las redes sociales es la imagen de la mujer sumisa, entregada a un hombre. Pues, señoras y señores, Roro es una loba con piel de cordero. Debajo de esa vocecilla de hada del bosque y de esa imagen de niña que no ha roto un plato en su vida, se esconde una bestia con la que hay que tener mucho cuidado.. Tras la primera prueba de la noche donde se descartaron los seis participantes que no iban a formar parte de Next Level Chef -una «injusticia», según algunos de ellos-, los jueces y mentores formaron sus equipos con los que van a competir entre ellos para ser el ganador del talent. Con los equipos formados, la suerte eligió en qué piso cocinaría cada uno. El equipo de Roro, el de Rakel Cernicharo, cayó al sótano. La prueba no tenía mucha historia. De la plataforma bajaron tres tipos de pescado. Cada piso fue cogiendo uno de ellos que había que repartir entre los cinco miembros de los equipos. El que lo limpiara sería el que repartía. Y ya se sabe, el que parte y reparte, se lleva la mejor parte. Eso es lo que hizo Roro. La influencer se quedó con más de la mitad del pescado y repartió las migajas al resto. «Aquí no hay compañerismo». ¡Claro que sí!. No fue la única. En el equipo de Marcos Morán está Melissa, una chef profesional que, como ella misma se describió, tiene «los ovarios muy grandes». ¡Vaya si los tiene! Hizo lo mismo que Roro, pero siendo aún más clara. Ella limpió el pescado, pues ella hizo lo que le dio la gana con el pescado. Es decir, se quedó lo mejor, dio lo siguiente a su compadre y el resto se quedó a verlas venir. Cómo sería la cosa que hasta el propio Marcos Morán se la llevó a un apartado de la cocina para decirle que lo que había hecho no era equitativo.. En el ático, mientras tanto, el equipo de Francis Paniego disfrutaba del lujo de tener todo lo top para cocinar. No hubo tanta mala baba a la hora de repartir, pero sí que alguno que otro ya fue mostrando la patita por debajo de la puerta a la hora de cocinar. Aquí sí que se apagan hornos o se les baja la temperatura a los demás. Lo dicho, aquí no hay amigos y todos han venido a ganar. De hecho, en la presentación de cada uno de los concursantes, la frase más utilizada fue precisamente esa: «He venido a ganar». Y si para ganar hay que pisar cabezas, pues se pisan.. Como dijo anoche Rakel Cernicharo, «¿dónde me he metido?».
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