Premio Pulitzer, hombre de mil ciencias e incansable observador de pájaros, gérmenes y personas, en un año publicará la secuela de su ensayo ‘Crisis’. Esta vez se centra en las circunstancias en las que un líder marca la diferencia en instantes clave Leer
Premio Pulitzer, hombre de mil ciencias e incansable observador de pájaros, gérmenes y personas, en un año publicará la secuela de su ensayo ‘Crisis’. Esta vez se centra en las circunstancias en las que un líder marca la diferencia en instantes clave Leer
Suele hablarse tópicamente de vocación renacentista para referirse a quienes son capaces de brillar en varias disciplinas al mismo tiempo. La catalogación no puede ser más precisa en el caso del profesor Jared Diamond, que parece haber acumulado el saber de varias vidas en una sola. Antropólogo, historiador, biólogo, geógrafo, sociólogo, politólogo… De él se ha dicho -con permiso de José Echegaray- que debería ser el primer científico en ganar el Nobel de Literatura, ya que ha simultaneado su labor investigadora con la capacidad divulgadora en más de 600 artículos y en ensayos superventas como Colapso (2006), El mundo hasta ayer (2013), Sociedades comparadas (2016), Crisis (2019) y, por supuesto, Armas, gérmenes y acero (1998), que le valió el premio Pulitzer de No ficción.. Diamond (Boston, Estados Unidos) empezó su carrera observando aves en Papúa Nueva Guinea y se convirtió en un experto en ver la evolución de la Humanidad a la luz de sus grandes cambios. ¿Por qué desaparecieron algunas de las más grandes civilizaciones del pasado?¿Por qué ciertas enfermedades no afectan igual a poblaciones de distinto origen étnico? Para profundizar en esos momentos-bisagra de la Historia le ha resultado de gran ayuda su don de lenguas. «He aprendido algo de 13 idiomas diferentes. El español fue el quinto que estudié. Tuve un amigo mexicano en la universidad que me ayudó y pasé un verano en Perú y un año sabático en Chile. Llegué a dominarlo», explica… en inglés. «¿Qué pasó? Que después estudié italiano y son tan parecidos… Hoy puedo leerlo, pero no hablarlo», lamenta.. El profesor emérito de Geografía en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) dedica ahora sus días a tocar el piano, escuchar a Bach, leer historias de Sherlock Holmes con su esposa y escribir, por supuesto.. Varias de las entrevistas que he leído para preparar ésta coinciden en describirle como una persona optimista. Usted tiene 88 años. ¿Dónde encuentra motivos para el optimismo cuando se levanta de la cama y mira por la ventana? Parece que ser pesimista se ha convertido en el espíritu mayoritario en Occidente…. Hay motivos para ser optimista respecto al mundo. También hay motivos para ser pesimista. Yo me considero cautelosamente optimista. Con esto quiero decir que veo al menos un 51% de probabilidades de que vayamos por el buen camino y no más del 49% de que vayamos por el malo. ¿Cuáles son esos motivos para ser optimista? Repasemos los problemas más difíciles a los que se ha enfrentado el mundo en los últimos 50 o 60 años. Por ejemplo, hemos erradicado la peor enfermedad a la que se ha enfrentado el ser humano en la era moderna: la viruela. Mi padre revisaba el frigorífico todas las noches antes de acostarnos para asegurarse de que no tuviera ninguna fuga. De haberla tenido, nos habrían encontrado muertos al día siguiente. En la década de 1940, los gases refrigerantes fueron reemplazados por los clorofluorocarbonos (CFC). Desgraciadamente, estos destruyeron la capa de ozono. Costó décadas de disputas, porque algunos países querían seguir produciéndolos, pero al final alcanzamos un acuerdo y los eliminamos. También alcanzamos un acuerdo para que los cargueros que navegan en alta mar tuvieran doble casco. Llegamos a un acuerdo para acotar las zonas económicas exclusivas de cada país. Y así sucesivamente… Eran problemas enormes y los resolvimos, lo que me hace ser cautelosamente optimista en relación a otros.. Usted es un hombre de ciencia. En realidad, de muchas ciencias. ¿Qué consejos le daría a quien asume el relato fatalista sin comprobar si se sustenta o no en datos objetivos?. Le diría dos cosas. La primera, que aunque compre la narrativa fatalista, mantenga la boca cerrada, porque si le dice a la gente que no hay esperanza nadie hará nada. La segunda, que echase un vistazo a las cosas que se han conseguido. Al progreso de Europa, por ejemplo. Yo nací en 1937 y recuerdo muy bien cómo era la primera vez que vine, en 1950. Cada vez que alguien cogía un tren de España para ir a Francia, éste se paraba en la frontera una hora para que los viajeros presentaran sus pasaportes y cambiasen dinero. Europa, a pesar de dos terribles guerras en el siglo XX, ha logrado ser una unidad. Es un gran avance que los jóvenes de hoy olvidan porque no saben cómo era antes.. ¿Estuvo siguiendo las evoluciones de la Cumbre del Clima de Belém (Brasil)? Se había dicho que era la cumbre climática más importante de la década, pero parece que lo que se debate en estos foros interesa cada vez menos a la opinión pública…. La atención de la opinión pública se dispersa en múltiples direcciones. Hay problemas más inmediatos que el cambio climático para cada uno de nosotros, porque no nos acostamos por la noche con el miedo de despertarnos al día siguiente y que la temperatura haya subido 10 grados de golpe. Uno se va a la cama preocupado por si la guerra en Ucrania ha empeorado. O, si es estadounidense, por si su gobierno decide invadir Venezuela. Vemos el calentamiento global de la misma manera que alguien observa cómo su matrimonio se derrumba: no piensa que se vaya a terminar a la mañana siguiente.. ¿Confiaba en que de esa cumbre saliera algún impulso real y efectivo contra los retos medioambientales que ponen en peligro nuestra supervivencia?. Habría sido poco realista pensar que de esta cumbre saldría una solución, igual que nadie espera arreglar un matrimonio en crisis en un minuto. Lo que debemos esperar es que los debates continúen y que las cumbres se celebren cada año. Los países más importantes del mundo -excepto uno- coinciden en que tenemos un gran problema. El único país importante que no acudió a la COP30 fue Estados Unidos. Los gobiernos de muchos estados, como el de California, sí reconocen su importancia. El gobierno federal, no. Pero éste no durará para siempre. Así que, una vez más, soy cautelosamente optimista.. Ha repetido desde hace 20 años que «la isla de Pascua es una metáfora del mundo actual», aludiendo a la degradación de su entorno y al aislamiento de sus habitantes cuando la situación implosionó a finales del siglo XIX. Es una metáfora poderosa procedente de su libro Colapso y que circula recurrentemente conforme se aceleran los planes de billonarios como Elon Musk y Jeff Bezos respecto a la exploración espacial y al sueño de que el ser humano sea una especie interplanetaria.. Escribí que la isla de Pascua, aislada en el Océano Pacífico, es como una representación de la Tierra, aislada en el espacio. Cuando los habitantes de Pascua se vieron en apuros debido a la destrucción de su hábitat, no había nadie que pudiera ayudarlos. Si nosotros seguimos haciendo daño al planeta, los extraterrestres de la nebulosa de Andrómeda no van a venir a ayudarnos. Tenemos que resolver nuestros propios problemas. ¿La solución será, como propone Musk, colonizar Marte? Lo dudo. Si no podemos gestionar la Tierra, mucho menos podremos gestionar Marte. Es terriblemente caro pensar en hacer algo así. Además, es un lugar inhóspito. A quien prefiera vivir en Marte a hacerlo en Barcelona o Andalucía sólo puedo desearle buena suerte.. ¿Querer colonizar el espacio implica asumir que la Tierra ha llegado a un punto de no retorno?. Ni siquiera Musk cree que la Tierra ha llegado a un punto de no retorno. Pero es el hombre más rico del mundo. Podría hacer muchas cosas con su dinero para solucionar los problemas del mundo, en vez de gastarlo en cohetes.. He estado releyendo su ensayo ‘Crisis’ (2019) a raíz de los puntos de inflexión que ha vivido el mundo en los últimos años, como la pandemia del coronavirus, la invasión rusa de Ucrania o la guerra entre Hamas e Israel. No sé si le han entrado ganas de hacer una secuela titulada ‘Policrisis’…. ¡Me han entrado y la he escrito! Justo ahora se está traduciendo al castellano.. ¡No me diga!. La secuela se centra en las circunstancias en las que un líder puede marcar la diferencia. España ha tenido recientemente líderes que han marcado la diferencia. Franco, sin duda, la marcó. Y Juan Carlos I también. Si el Rey de España se hubiera quedado de brazos cruzados durante el intento de golpe de Estado y la toma del Parlamento, España sería un país muy diferente ahora mismo. En el libro abordo la figura del líder no sólo en la política, sino también en los negocios, los deportes o la religión. ¿Por qué la religión con más creyentes en el mundo surgió en el Imperio Romano a finales del siglo I d. C. en lugar de en el este de Irlanda o en cualquier otro lugar? Eso es lo que trato de explicar.. ¿Su próximo libro tiene ya fecha de lanzamiento?. Si todo va bien, el libro estará disponible en España en otoño de 2026 o a principios de 2027 en Debate, la maravillosa editorial que ha publicado todos mis libros en los últimos 20 años. No hay todavía una fecha concreta porque el texto lo recibieron hace, creo, tres semanas y no sé si ya han empezado a traducirlo.. Menciona usted a Franco. Hoy es un día muy especial aquí en España [la entrevista se realizó el 20 de noviembre] porque se cumplen 50 años de su muerte.. Decía que Franco fue un líder que marcó la diferencia. Hay millones de españoles que tienen motivos para odiarlo. Y hay millones de españoles que tienen motivos para admirarlo. Cuando las guerras civiles terminan, los vencedores suelen eliminar a los vencidos. En la posguerra española se produjo una represión a gran escala. Sin embargo, al final de la Guerra Civil estadounidense [1861-1865], los vencedores no eliminaron a los vencidos. El presidente del bando perdedor, Jefferson Davis, fue encarcelado durante un año. Después volvió a ser libre y se convirtió en rector de una importante universidad estadounidense. Me pregunto por qué la Guerra Civil tuvo consecuencias tan diferentes en España y en EEUU.. Me interesan mucho los 12 pasos que propone para salir de una crisis nacional. En particular el paso número seis, el que se refiere a la identidad nacional y al orgullo colectivo. Estamos viendo en los últimos años cómo una oleada de nacionalpopulismo sacude el planeta. ¿Qué pasa cuando los símbolos y las políticas se usan para acentuar la diferencia con los otros en vez de como pegamento social? ¿No es precisamente el reforzamiento del orgullo nacional lo que están explotando los movimientos de ultraderecha?. Es una buena pregunta, y también muy delicada. España tiene motivos para sentirse orgullosa de su identidad nacional. Igual que los alemanes, los italianos o los británicos. Pero en los años 50 los líderes políticos europeos se dieron cuenta de que si seguían sintiéndose tan orgullosos de sus identidades nacionales habría una Tercera Guerra Mundial con 50 millones de muertos en el continente. Así que pusieron las bases para ir asumiendo progresivamente una identidad paneuropea. La primera vez que escuché decir «Nosotros, los europeos» fue en 1970 y de boca de un lituano. Pensé que estaba loco, pero se trataba de un gran paso adelante en la construcción de esta identidad supranacional. Hoy la UE es uno de los cinco actores más poderosos del mundo.. En los últimos años se ha hablado de la amenaza nuclear quizá como no se había hecho desde los tiempos de la Guerra Fría. ¿Por qué ha afirmado que ahora hay más peligro de que estalle una guerra nuclear por error que en 1980?. Si Putin fuera tan insensato como para lanzar un ataque nuclear, Dios no lo quiera, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia borrarían Rusia de la faz de la Tierra. Incluso el malvado dictador de Corea del Norte se abstiene de usar este tipo de armamento, porque si lo hiciera EEUU podría eliminar a toda la población de su país en 24 horas. Me preocupan mucho menos las armas nucleares que el cambio climático, el agotamiento de los recursos y la desigualdad social.. Escribió hace casi 20 años ‘¿Por qué es divertido el sexo?’, y eso me obliga a preguntarle por el descenso de las relaciones sexuales en su país, el mío y prácticamente en todo el mundo. ¿El sexo ha dejado de ser divertido? Si es así, ¿por qué?. El sexo sigue siendo divertido, pero es cierto que la frecuencia de las relaciones sexuales ha caído en todo el mundo. ¿Por qué? Uno de los principales motivos remite a lo que usted y yo estamos haciendo ahora: mirar una pantalla. En los últimos 20 o 30 años la comunicación humana se ha vuelto cada vez más indirecta. La gente no pasa la mayor parte del tiempo hablando directamente con otra persona, sino frente a una pantalla mirando y escuchando una conversación, ya sea la de un ordenador o la de un móvil. Y no solo dedica menos tiempo a la comunicación directa, sino que está perdiendo las habilidades para hacerlo. Conozco bien a las jóvenes generaciones estadounidenses -mis hijos tienen ya treinta y tantos- y sus habilidades sociales son pésimas. Cuando tienen una cita no saben mantener una conversación. Y cuando están una relación no saben cómo manejarla.. Gracias a su ensayo ‘Armas, gérmenes y acero’ se convirtió en una de las personas más solicitadas por los medios de comunicación cuando sobrevino la crisis del coronavirus. Está claro que, como sociedad, no aprendimos demasiado de aquella crisis, lamentablemente. ¿Hay algún ritual o procedimiento que Jared Diamond haya incorporado a su vida diaria desde la pandemia?. No, porque ya había incorporado esas lecciones décadas antes. Como biólogo he hecho trabajos de campo en Papúa Nueva Guinea desde 1964. Sé por experiencia propia que allí pueden suceder cosas malas. En cada viaje me pasó algo. Sufrí un accidente aéreo, me perdí, me puse enfermo… Aprendí a tener en cuenta que algo puede salir mal y a prepararme para ello. Estoy acostumbrado a los accidentes de barco o de coche. Y estoy acostumbrado a las pandemias. Fui muy cuidadoso respecto al Covid. Tuve cuidado al salir y al usar mascarillas. Me vacuné y lo sigo haciendo, de hecho acabo de recibir mi segunda dosis este año. Hay un término médico para referirse al hecho de vivir constantemente con miedo: paranoia. Yo sufro de paranoia práctica. Mi estudio está en el segundo piso de mi casa y para llegar a él tengo que subir por una escalera. La subo 50 veces al día y siempre me agarro a la barandilla porque la causa más común -y al mismo tiempo evitable- del deterioro de la calidad de vida de las personas de mi edad es una caída.. En ‘Crisis’ analizaba los problemas que tenía Estados Unidos en ese momento y los que podría tener en el futuro. Escribió que la situación entonces se correspondía con una crisis de desarrollo lento. ¿Esa visión ha empeorado?. Diría que sí, debido a la situación política. Para resolver cualquier crisis, ya sea matrimonial, familiar o nacional, lo primero que hay que hacer es reconocer que existe. Durante mucho tiempo, los líderes políticos estadounidenses han negado que hubiera crisis. Una vez reconocida, lo siguiente es asumir la responsabilidad. El gobierno, sobre todo en los últimos años, en lugar de reconocer los problemas que tiene o provoca EEUU, le ha echado la culpa Canadá o a México. Pero insisto, los grandes problemas de EEUU son causados por los estadounidenses y por nuestro gobierno.. En cualquier otro contexto histórico, una película como ‘Civil War’ (2024) hubiera sido catalogada como ciencia ficción y hoy parece un escenario plausible…. En Estados Unidos hablamos de estados azules [de mayoría demócrata] y estados rojos [de mayoría republicana]. Este año el gobierno federal ha estado enviando efectivos de la Guardia Nacional e incluso soldados del ejército sobre todo a los estados demócratas. En este preciso momento hay fuerzas armadas del gobierno en ciudades de Carolina del Norte como Charlotte. Los gobernadores de los aproximadamente 16 estados demócratas (California, Nueva Jersey, Nueva York, etc.) podrían ponerse de acuerdo entre para no obedecer las leyes del gobierno federal ni las decisiones del Tribunal Supremo alegando pérdida de credibilidad. Si eso ocurriese, el gobierno federal podría enviar tropas. Así que esa posibilidad que usted comenta existe. Si la situación se deteriorase todavía más, podría estallar una guerra civil.. ¿Planea un último viaje a Papúa Nueva Guinea?. No. Como decía usted al principio de la conversación, tengo ya 88 años. En la selva hay que estar en plena forma física. Si uno sufre un accidente allí tendría que caminar durante tres días para salir. Un joven de 21 años quizá pueda conseguirlo, pero yo no. Así que no volveré.
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