Desde estas navidades, Paula Vázquez es uno de los rostros de la Televisión Pública. Primero, en la gala Inocente, Inocente; después con Bake Off: famosos al horno; esta semana presentando el Benidorm Fest y, como si le sobrase tiempo, también ha acudido al programa de Henar Álvarez, Al cielo con ella, donde mostró su lado más gamberro, pero también desveló más de lo esperado. . Seguir leyendo
A pesar de tener una agenda repleta de compromisos, Paula Vázquez, presentadora de Bake off: famosos al horno y del Benidorm Fest estuvo en el programa de Henar Álvarez, Al cielo con ella, donde desveló más de lo esperado
Desde estas navidades, Paula Vázquez es uno de los rostros de la Televisión Pública. Primero, en la gala Inocente, Inocente; después con Bake Off: famosos al horno; esta semana presentando el Benidorm Fest y, como si le sobrase tiempo, también ha acudido al programa de Henar Álvarez, Al cielo con ella, donde mostró su lado más gamberro, pero también desveló más de lo esperado.. Uno de los secretos que la presentadora reveló a Henar Álvarez fue la cláusula de conciencia que siempre impone en todos sus contratos y que sorprendió a más uno. Paula Vázquez se niega a hablar de corazón, de ella y de otras personas.. «Nunca he querido hacer corazón, me niego a hacerlo porque me parece que es lo más machista que hay», aseguró la gallega. Paula Vázquez explicó que entre las razones de negarse a hacer corazón, una de ellas es que nunca ha visto en «una revista donde en la portada haya un tío, y si lo hay es porque es el hijo de una famosa o el marido de una mujer conocida». «Me niego a juzgar la vida de una mujer, pero antes era muy normal», sentenció.. La vida profesional de Paula Vázquez siempre ha estado muy ligada a la televisión, medio en el que se mueve como pez en el agua. Fue en 2008 y ya con varias tablas a sus espaldas, cuando dio el salto a la fama total al convertirse en la presentadora de Pekín Exprés (Cuatro), año en el que también se convirtió en la conductora de Fama, ¡a bailar!. Una vez terminó el concurso de coreografías, en 2011, volvió a la cadena donde se inició, Antena 3, para presentar las Campanadas junto a Carlos Sobera.. Meses después presentó otro talent show, El número uno, hasta 2013, año en el que se convirtió en la responsable del debate del programa Top Chef. Un nuevo reto se sumó a su larga lista de éxitos y despidió la última noche del año junto a Ana Simón. En enero de 2014, la modelo tuvo que dejar de trabajar con Atresmedia debido a que su contrato no fue renovado. Fue entonces, cuando la gallega desapareció del panorama audiovisual durante tres años. Con el tiempo, confesó que este parón fue debido a la ansiedad y a la depresión.. Así, Paula Vázquez recordó a Ángeles Martín, quien presentaba uno de los programas en los que ella comenzó sus trabajos en televisión, La vuelta de la fama. La presentadora comparó lo que le sucedió a Marín con lo que le pasó a Sonia Martínez, defenestrada por salir en topless en una revista: «Ella -Ángeles Martín- era una tipa que venía de hacer un millón de cosas, pero salió en una portada haciendo topless y nunca jamás la volvieron a contratar en televisión. Algo muy parecido a lo que le ocurrió a Sonia Martínez».. Con esta historia, Paula Vázquez explicó por qué establece la cláusula de conciencia en sus contratos de no hablar de la vida privada de nadie. «Yo tengo una cláusula de objeción de conciencia donde digo que no hablo de la vida privada de ninguno de mis concursantes. Así sea una persona que viva de las revistas. Me da igual», afirmó.. Para Paula Vázquez, la vida personal de las personas que participan en los concursos en los que ella es presentadora le da exactamente igual. «Me interesa lo generosa que es por darnos sus derechos de imagen mientras está en el programa, y sólo hablo del programa», aseguró. Incluso contó que algunas veces le han pedido que pregunte a algún concursante, por ejemplo, si su marido cocina, «y es como mira, pregúntalo tú». «Así que sí, tengo objeción de conciencia», sentenció.. De hecho, esta cláusula de objeción de conciencia le vino de una antigua compañera, que hacía lo mismo que ella con el corazón, pero con la edición de los toros. «Me dijo que era objetora de conciencia porque no editaba toros. Así que descubrí un lugar legal que podía pedir. En realidad no pido cosas que serían más obvias como un camerino. Yo pido mi cláusula de objeción de conciencia. Yo sí creo en el entretenimiento», finalizó, arrancando el aplauso de Henar Álvarez, que muy sorprendida no dudó en decirle que sus palabras le había devuelto «la esperanza» en las personas que trabajan en los medios de comunicación. «Me has hecho volver a creer en la gente que trabaja en los medios de comunicación», concluyó Álvarez.
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