No es ningún secreto que Pablo Motos e Isabel Preysler dejaron hace tiempo de ser simplemente conocidos. Son amigos. Una relación extraña que, tal vez, a muchos no les encaja, pero que, superando la sorpresa, es lo que ha llevado a que Isabel Preysler haya encontrado en El Hormiguero un lugar de paz y armonía en el que, pese a tener cámaras a su alrededor, se sienta casi como en casa. ¿Y qué ocurre cuando uno se siente como en casa? Que uno se olvida de lo que hay alrededor y de las consecuencias de lo que uno dice o hace. Solo por esto, el que Isabel Preysler se haya convertido en la nueva colaboradora de la mesa de actualidad de El Hormiguero es la fantasía con la que muchos medios soñaron; es la fantasía de Pablo Motos; es la fantasía de Tamara Falcó; y por qué no, también es la fantasía de Isabel Preysler.. Seguir leyendo
Tener a Tamara Falcó y a Isabel Preysler sentadas frente a frente en un plató de televisión hace no tanto tiempo era la fantasía de muchos. Tener a Isabel Preysler como contertulia de actualidad, ni te cuento. Te guste más o te guste menos, al César lo que es del César: Pablo Motos ha logrado la fantasía de muchos
No es ningún secreto que Pablo Motos e Isabel Preysler dejaron hace tiempo de ser simplemente conocidos. Son amigos. Una relación extraña que, tal vez, a muchos no les encaja, pero que, superando la sorpresa, es lo que ha llevado a que Isabel Preysler haya encontrado en El Hormiguero un lugar de paz y armonía en el que, pese a tener cámaras a su alrededor, se sienta casi como en casa. ¿Y qué ocurre cuando uno se siente como en casa? Que uno se olvida de lo que hay alrededor y de las consecuencias de lo que uno dice o hace. Solo por esto, el que Isabel Preysler se haya convertido en la nueva colaboradora de la mesa de actualidad de El Hormiguero es la fantasía con la que muchos medios soñaron; es la fantasía de Pablo Motos; es la fantasía de Tamara Falcó; y por qué no, también es la fantasía de Isabel Preysler.. Isabel Preysler ha sido y es la reina de corazones desde tiempos a los que casi la memoria no alcanza. Siempre ha estado vinculada, le gustase o no, a la prensa del corazón (ahora la llaman «la crónica social») y, por tanto, siempre lo que ella decía se llevaba al terreno de lo superficial, del cuore, del cotilleo, del aquelarre. Aunque siempre ha interesado lo que hiciese, con quién lo hiciese o cómo lo hiciese, nunca importaba saber por qué lo hacía o cuál era realmente el pensamiento de Isabel Preysler en cada uno de esos actos a los que rodeaban cientos de flashes.. Eso no ha cambiado, haga lo que haga, a su alrededor siempre va a tener a la prensa intentando capturar el más mínimo detalle de su vida. Por eso, te guste más o te guste menos; te parezca pasado de moda o televisión vintage; estés de acuerdo o no con ella y con sus opiniones, que Isabel Preysler se siente en un programa de televisión para hablar «libre» de lo que le dé la real gana es, efectivamente, una fantasía que solo podía conseguir Pablo Motos. ¿Será este el principio de la carrera como colaboradora de Isabel Preysler? ¿Ha abierto El Hormiguero la puerta de toriles? Tiempo al tiempo.. Tamara Falcó abraza a Isabel Preysler en El Hormiguero.ATRESMEDIA. Si a esto, que ya de por sí es el ensueño de muchos, le sumas que en esa misma mesa también está Tamara Falcó y que puedes tener ambas mano a mano, con un toma y daca por el que, insisto, cualquier programa hubiera pagado, entonces la fantasía se duplica. Que Isabel Preysler se siente en la mesa de actualidad de El Hormiguero no es solo por su amistad con Pablo Motos, sino porque en esa mesa está también Tamara Falcó, su hija. Hay que decirlo, te guste o no te guste Tamara Falcó, el momentazo televisivo de madre e hija hablando de si Tamara Falcó tiene todavía su habitación intacta en casa de su madre, o de si su madre se equivocó al escribir el nombre de un novio americano de Tamara en su libro, es… sí, fantasía.. Se estrenó anoche Isabel Preysler en la tertulia de actualidad de El Hormiguero. Se sentó a la derecha del Padre, Pablo Motos; le tocó, esta vez sí, su lado bueno; se colocó al lado izquierdo de su hija como en una partida de ajedrez, pero en lugar de proteger al rey, protegiendo a la reina. Y funcionó. Funcionó porque, pese a las mariposas intestinales de un estreno, Isabel Preysler se soltó lo que su categoría le permitió soltarse. Es decir, no vayamos a pensar que ahora Isabel Preysler se va a convertir en una Sarah Santaolalla o en un Antonio Naranjo, ante todo chairm. Pero sí que fue consciente de que no podía hacer lo que muchas veces ha hecho su hija en el tiempo que lleva como colaboradora de El Hormiguero: callar, esperar y hablar solo cuando se requiera. Anoche, y esta es otra de las fantasías, Tamara Falcó había cenado lengua. Es lo que tiene tener a «mum» —como llamó a Isabel Preysler varias veces anoche— a tu lado. La protección maternal es un poder inexplicable.. Y arrancó la mesa de actualidad, como no podía ser de otra manera, aceptando que cada uno de los tertulianos de la mesa le hiciesen una pregunta de su nuevo libro (esto también va de promoción, que la Policía no es tonta). Comenzó Cristina Pardo, tirando para lo suyo, para la política, para «las guerras intestinas que había en el PSOE con los guerristas» cuando Isabel Preysler estaba con Miguel Boyer. Porque a Cristina Pardo lo que más le ha llamado la atención del libro es cuando Boyer le aconsejó a Isabel Preysler que no hiciese una publicidad con Galerías Preciados porque se acababa de producir la expropiación de Rumasa, dueña entonces de, precisamente, Galerías Preciados. La ética, dijo Cristina Pardo. Y preguntó: «¿Crees que hoy pasaría lo mismo?». Y respondió: «Hoy ya han avanzado mucho. En esa época menos. Ahora ya todo se permite». Clara y concisa. Para qué enrollarse, que luego te lías y no sabe uno dónde acaba.. Juan del Val habló de la portada, Nuria Roca de su época loca (si es que alguna vez hubo alguna en la vida de Isabel Preysler) con Carmen Martínez-Bordiú, y llegó el momento de la hija preguntando a la madre (¡fantasía!). Se hizo el silencio. Fueron segundos, pero no hay otro lugar como la tele para que un silencio de dos segundos se transforme en el gran vacío. «Tengo bastantes preguntas», soltó Tamara Falcó. «Te dejan una», intervino su madre. «En el libro hablas sobre todo de la familia y en esta época de tu vida en la que hablas de todo», arrancó Tamara Falcó. «Sí, me siento muy libre para hablar de todo». Pues ya sabes por qué está en El Hormiguero.. Pablo Motos concedió entonces una bula a Tamara Falcó. Solo ella podía hacerle una pregunta más a Isabel Preysler. Ya te digo que anoche Tamara Falcó había cenado lengua. «De todas las cosas que cuentas, ¿hay algo que desearías haber hecho distinto?», preguntó Tamara Falcó. «Por supuesto, no puedo decir que todo lo haya hecho bien. Hay cosas que, si tuviera que repetir, las haría de otra forma». Cualquier otro hubiera repreguntado «qué cosas», pero era el primer día y mejor no avasallar, mejor entrar en la actualidad, mejor hablar de la fontanera del PSOE, de los casos de acoso sexual que acechan al partido, y más teniendo a Isabel Preysler, que vivió «esas guerras intestinas».. Hubiera sido una sorpresa que Isabel Preysler se posicionara en defensa de Pedro Sánchez. No es noticia lo que dijo sobre el presidente del Gobierno ni sobre la situación del PSOE: «Es insostenible. Y ahí sigue, sigue y sigue». Y no lo repitió una vez, hubo una segunda. «Es de no creer. Lo que dice Cristina, es insostenible y te crees que no lo es. Y siguen, siguen, siguen». Y esto es todo lo que iba a decir Isabel Preysler sobre esto. Como Forrest Gump cuando dice la frase «y esto es todo lo que tengo que decir al respecto» para referirse al discurso que intenta dar sobre la guerra de Vietnam en una manifestación, donde su micrófono es desconectado.. Y, de nuevo, como en cada mesa de actualidad de El Hormiguero, al PSOE y a Pedro Sánchez le cayeron hostias como panes. Isabel Preysler guardaba silencio (hay silencios que dicen más que las palabras) y Tamara Falcó raja que te raja. ¡Oye, que la experiencia es un grado!. Buscó Pablo Motos un tema en el que Isabel Preysler se sintiese más cómoda, aunque yo creo que ahora Isabel Preysler está cómoda con cualquiera. La experiencia es un grado y los años dan esa potestad de que, para lo que me queda en el convento… Y hablaron de la decoración navideña de Kim Kardashian, del árbol de «cuatro metros de Nuria Roca», de cómo Tamara Falcó campa a sus anchas por la casa de su madre. «Mi casa es un club», sentenció Isabel Preysler. Siempre con una sonrisa, siempre con ese chairm con el que seguramente ya nació, siempre perfecta, impoluta, divina. Porque, como cantaba Melody, «una diva es valiente, poderosa…». Una diva también es Isabel Preysler. Insisto, te guste más o te guste menos.
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