Paula Vázquez, presentadora de Hasta el fin del mundo, calificó hace unas semanas en la presentación del programa a Anabel Dueñas y Rocío Carrasco como «las disfrutonas». El programa no se había estrenado todavía y era difícil saber si Vázquez, buena amiga de la hija de Rocío Jurado, estaba exagerando o era la realidad. Tras cuatro episodios ya emitidos (esta noche se emite el quinto), se puede decir que Paula Vázquez no mentía.. Seguir leyendo
Rocío Carrasco volvió a la televisión y, en particular, a la televisión pública con Bake Off: famosos al horno. Se sintió bien, estaba bien. Le llegó poco después la oferta para un reality en el que la supervivencia y el compañerismo marcan la aventura: Hasta el fin del mundo. No ha descubierto nada nuevo sobre ella, pero revela que ha sido «liberador»
Paula Vázquez, presentadora de Hasta el fin del mundo, calificó hace unas semanas en la presentación del programa a Anabel Dueñas y Rocío Carrasco como «las disfrutonas». El programa no se había estrenado todavía y era difícil saber si Vázquez, buena amiga de la hija de Rocío Jurado, estaba exagerando o era la realidad. Tras cuatro episodios ya emitidos (esta noche se emite el quinto), se puede decir que Paula Vázquez no mentía.. El viaje de Rocío Carrasco y Anabel Dueñas en Hasta el fin del mundo es, efectivamente, el viaje de dos amigas que dejan atrás sus cargas y simplementen quieren disfrutar de la orportunidad que les ha dado Zeppelin TV, productora de Hasta el fin del mundo, y RTVE. Y aunque Rocío Carrasco ya había vuelto a la televisión y, en particular, a la televisión pública, con Bake Off: famosos al horno, la experiencia de este reality, reconoce, ha sido una «liberación».. «Me he dado cuenta de que sigo siendo la que fui», afirma Rocío Carrasco, que ha calificado su aventura como «la mejor experiencia que he vivido en mi vida». Conforma el equipo azul con Anabel Dueñas, que también ha tenido buenas palabras para este reto: «No me lo pensaría para volver».. Hasta el fin del mundo recorre ocho países (Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile), más de 15.000 kilómetros en total y una media de 1.500 kilómetros en cada etapa. Los participantes han pasado por distintos ecosistemas: las selvas y volcanes de Costa Rica; el eje cafetero colombiano; los humedales de la región del Litoral en Corrientes y la Patagonia, en Argentina; o Tierra del Fuego. Además, han conocido las distintas culturas prehispánicas: incas, quechuas, aimaras, aimachas, Guna Yala o paracas.. Cuenta Rocío Carrasco que cuando le llegó la oferta lo primero que hizo fue hablarlo con su marido, Fidel Albiac. «Me dijo: «A ver, gorda, ¿tú estás bien? ¿Crees que lo puedes hacer? ¿Estás bien emocionalmente para hacerlo? ¿Te apetece?». Y mi respuesta a todo fue que sí», nos cuenta Rocío Carrasco, la cual revela que lo hizo «para reafirmarme en lo que yo estaba sintiendo».. «Yo no he descubierto nada sobre mí porque yo sé muy bien quién soy». Rocío Carrasco. Casi todos los participantes de Hasta el fin del mundo aseguran que este viaje emocional les ha descubierto muchas cosas sobre ellos mismos. Todos, menos Rocío Carrasco. La hija de Rocío Jurado es muy clara cuando le preguntas qué ha descubierto de ella misma que no conociera al enfrentarse a situaciones verdaderamente límites. «Yo no he descubierto nada sobre mí porque yo sé muy bien quién soy», asegura, mientras Anabel Dueñas la interrumpe: «Sí, que tú no haces pipí en cualquier baño y aquí lo has hecho». «Hombre, porque o lo hacía o explotaba», responde Carrasco entre risas.. En los cuatro capítulos que se han emitido hasta el momento, el espectador ha podido descubrir no sólo la excelente relación que ambas mantienen -«para mí Anabel es como una hermana»-, sino también lo diferente que puede llegar a ser una persona cuando no tiene limitaciones. Esta es la liberación a la que hace referencia Rocío Carrasco: el no tener que vivir con la presión del foco mediático constantemente, ni de las miradas, ni de los juicios sociales.. «Los dos meses que he estado en el anonimato han sido una puta maravilla», dice sin tapujos. Y eso que a cada pareja de Hasta el fin del mundo les seguía constantemente un equipo con su cámara y con varios redactores para captar todo su viaje. «Sabes que llevas una cámara encima, que está grabando todo y que lo va a ver todo el mundo, pero, al final, es el hecho de no sentirte observada constantemente, el no sentirte juzgada en el momento en el que lo estás haciendo y viviendo. Todo esto para mí ha sido muy importante. Ha sido liberador, me ha hecho disfrutar como una niña porque he podido hacer lo que me daba la gana. Si no quería maquillarme no lo hacía, si quería salir con los pelos sin peinar también, si iba con un calcetín de cada color me daba igual», explica Carrasco.. Anabel Dueñas y Rocío Carrasco, en una de las etapas de Hasta el fin del mundo.RTVE. A la que sí le ha cambiado su concepto de sí misma es a Anabel Dueñas, con la que Rocío Carrasco se deshace en elogios, y asegura que «va a ser el gran descubrimiento de este programa». En parte, sí lo está siendo por, precisamente, no ser tan conocida como su otra mitad, pero también porque Hasta el fin del mundo le ha demostrado que es capaz de hacer muchas más de las que ella creía y, sobre todo, le ha empujado «a superar mis miedos». Todos los concursantes tienen que sobrevivir con una ínfima cantidad de dinero por lo que no pueden viajar entre grandes lujos. Ahorran en alojamiento, en comida, en transporte y, por supuesto, le echan mucha jeta y mucho curro.. «Hemos hecho de todo», dicen las dos al unísono. «Hemos trabajado en la cocina de un chiringuito, haciendo comidas, sirviendo. Hemos trabajado con animales en granjas (pese a que Anabel Dueñas tiene terror a los animales); hemos cargado carbón; hemos floreado llamas (algo similar a errar, pero poniendo pompones de colores a las llamas en las orejas); hemos pastoreado…», relatan, «y hasta Anabel ha cogido una llama al lazo», dice Carrasco, orgullosa de su compañera.. «Si ya pensaba que es una luchadora, una guerrera por todo lo que le ha tocado vivir, después de esta experiencia, puedo decir que para mí es una heroína de Marvel». Anabel Dueñas. Ninguna de las dos ha descubierto nada nuevo de la otra, pero Hasta el fin del mundo les ha ayudado a consolidar más aún su amistad. Es Anabel Dueñas la que al preguntarla por lo que más le ha sorprendido de Rocío Carrasco responde emocionada y seria: «Si ya pensaba que es una luchadora, una guerrera por todo lo que le ha tocado vivir, después de esta experiencia, puedo decir que para mí es una heroína de Marvel».. Revela Anabel Dueñas uno de las decenas de momentos que vivieron durante la grabación del programa para hablar de «la felicidad» de Rocío Carrasco duante el viaje. Se refiere a una de las etapas en las que Rocío Carrasco se puso a bailar en mitad de una plaza. «Hacer eso en España es imposible», reconoce la hija de Rocío Jurado. O la etapa en la que ambas le dio mal de altura (se encontraban a 3.800 metros) y mantuvieron una conversación en la que ni siquiera sabían cómo se llamaba una y cómo se llamaba la otra.. «Hasta el fin del mundo es un formato completamente diferente a cualquier reality y programa de supervivencia», dice Carrasco. «Es un formato de aventuras, pero es un formato puro. Es compañerismo, es vivencias, es hombro con hombro», sentencia.. Tal es así que el día que terminó la aventura ninguna de las dos pudo contener las lágrimas. Durante más de 24 horas, confiesan, estuvieron llorando junto al equipo de Zeppelin TV que les acompañó en los 15.000 kilómetros. «Reconozco que yo tenía una dicotomía, un rollo raro en mi cabeza, porque no quería que terminara, pero al mismo tiempo estaba loca por volver a casa. En mi cabeza había un orden: mi marido, mi baño y mi casa. Pero a la vez no quería separarme de todo lo que había vivido».
Televisión
