El lunes, Pablo Motos, al enumerar los invitados de esta semana, paró un momento en la visita de Andy y Lucas, recordando que hace unos meses el dúo había acudido al programa para dar la exclusiva de su retirada, pero aún hoy seguían tocando. El presentador de El Hormiguero advertía con humor que les iba a pedir explicaciones. Y eso es lo que se esperaba cuando anoche Andy y Lucas se sentaron en El Hormiguero. Sin embargo, lo que pasó fue muy distinto.. Seguir leyendo
Nadie esperaba que la visita de Andy y Lucas a El Hormiguero se convirtiera en el derrumbe de Lucas; nadie esperaba que Lucas se rompiese en mil pedazos; nadie esperaba que Lucas pidiese perdón por llorar
El lunes, Pablo Motos, al enumerar los invitados de esta semana, paró un momento en la visita de Andy y Lucas, recordando que hace unos meses el dúo había acudido al programa para dar la exclusiva de su retirada, pero aún hoy seguían tocando. El presentador de El Hormiguero advertía con humor que les iba a pedir explicaciones. Y eso es lo que se esperaba cuando anoche Andy y Lucas se sentaron en El Hormiguero. Sin embargo, lo que pasó fue muy distinto.. Efectivamente, la entrevista comenzó por separación. Pablo Motos les reprochaba con sorna que en su última visita a El Hormiguero habían dado la exclusiva del final del dúo musical y que todavía estaban subiéndose a los escenarios. Entre risas, el grupo explicó que sí, que cuando lo contaron se iban a separar, pero que al final la cosa se ha ido liando y liando, «se ha salido de madre», y les ha sido imposible dejar de dar conciertos.. «Íbamos a hacer cuatro conciertos de despedida nada más, pero poco a poco eso se ha ido ampliando. Yo es que soy de esos que se tiran horas despidiendo. Este año sí que es verdad que nos despedimos, el último concierto será este 10 de octubre en el Palacio de Vistalegre de Madrid», confirmaba Andy. Era Lucas el que confesaba sin pudor que sí, que han aprovechado el tirón de la despedida para dar más conciertos -«hay que ser franco y natural»- y, al igual que su compañero, confesaba que les cuesta «mucho» despedirse «porque nos gusta mucho nuestra profesión y nos encanta la música». «No sé cómo vamos a llevarlo el día que lo dejemos», sentenciaba.. Hasta aquí, todo previsible. Andy y Lucas habían utilizado El Hormiguero para dar la exclusiva de su despedida de los escenarios y de la música, y Andy y Lucas tenían que volver a El Hormiguero a dar las explicaciones oportunas sobre algo que todavía no ha ocurrido. Esto era lo esperado, lo anunciado por Pablo Motos el día anterior, pero cuando Andy y Lucas van a El Hormiguero siempre hay algo que se sale de, digamos, lo habitual. Esta vez no iba a ser diferente. Iba a ocurrir algo que no sólo iba a sorprender a los espectadores y al público presente en El Hormiguero, sino que iba a dejar impactado al propio Pablo Motos.. Hace unos meses, unos días después de la terrible DANA, Lucas se convirtió en el protagonista de las redes sociales por su nariz. La nariz del cantante había cambiado, estaba extraña, diferente, nadie sabía por qué y, como suele suceder más habitualmente de lo que debería ser, Lucas se convirtió en la diana de las mofas, de los chistes, de informaciones que nada tenían que ver con la realidad. Pese a lo que parece ser fue un auténtico acoso y derribo, por lo que relató anoche Lucas, el artista no se pronunció en ese momento, no quiso dar ninguna explicación, pese a que se llegaron a decir cosas muy bárbaras. Guardó silencio y lo sufrió en silencio. Hasta anoche.. Después de que Andy revelase que lleva años acudiendo al psicólogo y que con la despedida del grupo sus visitas a este se han incrementado porque «todo me afecta mucho y creo que el año que viene voy a tener que visitarlo más», Pablo Motos cortó de repente la entrevista: «Lucas, hablemos del tema de tu nariz. ¿Qué ha pasado?». Ya sólo la pregunta sorprendía. Aunque era visible que a la nariz de Lucas efectivamente le había pasado algo, nadie se podía imaginar que el presentador de El Hormiguero preguntase tan a bocajarro por un tema que, de primeras, no es nada cómodo para un invitado. La respuesta de Lucas, que rompió con todos los esquemas, demostró que seguramente fue el propio Lucas quien le pidió a Pablo Motos que le preguntase directamente por su nariz para que el cantante pudiese «por primera vez y última» dar las explicaciones que durante todos estos meses no había querido dar «porque yo no tengo que dar explicaciones de nada».. «Ha sido muy difícil de gestionar», arrancó Lucas ya con el rostro desencajado. «Cuando salió la noticia de mi nariz, había sucedido días antes la DANA de Valencia y yo me avergonzaba de que se hablara más de mi nariz que de la DANA», continuó el artista, cada vez más descompuesto. «Tengo hijos, les dicen cosas en el colegio, tengo también una madre a la que le ha dado un ictus hace poco y se han dicho cosas maquiavélicas, diabólicas sobre mí». Y Lucas se rompió. No pudo casi ni terminar la frase. Comenzó a llorar, incapaz de continuar. «Lo siento, lo siento», repetía una y otra vez con las manos en su rostro.. Pablo Motos intentaba calmarlo, intentaba poner un poco de calma para que Lucas pudiese continuar, pero la rabia de Lucas y el dolor que su rostro mostraba por tantos meses de insultos eran más fuertes que las ganas de este de contar la realidad. «Se han dicho cosas, drogas…», conseguía decir. Y las lágrimas volvían. La tensión y el desconsuelo se habían apoderado de El Hormiguero. Andy intentaba darle el apoyo necesario para poder seguir. «Lo siento, de verdad que lo siento», repetía una y otra vez Lucas. Quien ha hecho televisión sabe que los silencios en un directo, por muy poco que duren, son casi como vivir en primera persona una escena de Alfred Hitchcock. Y así se vivió en El Hormiguero.. «Me hice una cosa estética y no hice caso a los médicos, y ese es mi error», sentenció entre lágrimas Lucas. «Sí, mi error fue no ser un buen paciente y no hacer caso a los médicos, pero lo que no entiendo es que vaya a un restaurante y se acerque una mujer y se meta con mi nariz delante de mis hijos. ¿Y qué haces? ¿No reaccionas? ¿Te enfrentas a ella? Sé que es el precio de la fama… Lo siento, lo siento muchísimo», relató Lucas, volviéndose a romper por completo.. Era Pablo Motos el que, viendo que la tensión del momento era perjudicial para Lucas, intervino en un intento por calmar al artista: «Me sorprende que en este país se monta la de Dios por la gordofobia y ocurra esto», soltó el presentador, haciendo referencia a lo ocurrido con LalaChus tras las Campanadas y comparando lo ocurrido con la cómica y lo ocurrido con Lucas. La realidad es que las dos cosas son deleznables; las dos cosas demuestran que, en algún punto, «se ha perdido la cabeza».. «Es que primero fue la gordura y ahora la nariz», intervino Lucas, recordando los años en que recibió innumerables críticas y comentarios por su aumento de peso. «Me cuesta contar esto, pero nosotros vamos casi todos los años a los hospitales con los niños sin hacer propaganda de ello, y tres días antes de lo de mi nariz estuvimos en uno. Tenía la misma nariz y de eso no se informó», contó Lucas, muy enfadado.. «Yo me hice un retoque estético en la nariz porque tenía una desviación del tabique, no hice caso a los médicos en cuanto a las gasas y a las pomadas que tenía que ponerme y no cicatrizó bien, soy el culpable, pero creo que cada uno debe hacer con su vida lo que quiera sin hacer daño a nadie, y a mí me han perseguido y me han dicho de todo sin ningún respeto y sin ninguna educación. Hay a muchos que se les va la cabeza», continuó entre lágrimas. «Las redes sociales tendrían que tener un DNI delante. Como las casas de apuestas. Se puede escribir cualquier cosa, cualquier, cualquier cosa, y da igual el nivel de brutalidad. Y vamos todos como borregos», expuso con dureza, mientras Andy y Pablo Motos le daban toda la razón.. «Por favor, pido que me respeten, que esta es la cara que voy a tener los próximos meses hasta que pueda volver a arreglármela. Tampoco creo que esté tan mal», sentenció envuelto en llanto y mientras seguía pidiendo perdón al programa por el duro momento.. «Ya está», sentenció. Lo que había venido a decir ya lo había dicho. «¿Te has quedado a gusto?», le preguntó Pablo Motos, intentando quitar un poco de dramatismo al momento. «Uf, muchísimo. Habla ahora tú, Andy, que yo no puedo». Pero Andy tampoco podía. Ver así al que es casi como tu hermano, en directo, en el programa más visto de la televisión, no tiene que ser plato de buen gusto.. Siguió entonces Pablo Motos, preguntando por los conciertos en el extranjero. Parece que la cosa se calmó, pero en el plató de El Hormiguero se quedó un aura de rabia, de angustia, de desazón; las que traía consigo después de muchos meses Lucas, las que muchos personajes sufren cada día en las redes, a las que desde hace tiempo «nos hemos acostumbrado».
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