¿Quién en España puede decir que evitó la muerte porque no se subió a un coche con James Dean? ¿Quién en España puede decir que salvó la vida a Jackie Kennedy en un avión porque tapó su ventanilla rota con el bolso? ¿Y quién en España puede decir que Marlon Brando entró a su cocina y le pidió unos huevos fritos? En efecto, solo hay una respuesta: Sara Montiel.. Seguir leyendo
Valeria Vegas lleva a HBO Max la vida de Sara Montiel a partir de este viernes con Súper Sara, la mujer que hizo todo antes que tú. En tres episodios nos muestra a la Sara de Hollywood, a la del cuplé, la sexy y a María Antonia Abad
¿Quién en España puede decir que evitó la muerte porque no se subió a un coche con James Dean? ¿Quién en España puede decir que salvó la vida a Jackie Kennedy en un avión porque tapó su ventanilla rota con el bolso? ¿Y quién en España puede decir que Marlon Brando entró a su cocina y le pidió unos huevos fritos? En efecto, solo hay una respuesta: Sara Montiel.. «Cuento la verdad y nada más que la verdad», afirmaba la manchega en una de las tantas entrevistas que dio durante su intensa vida. Ficción o no, la vida de María Antonia Abad, conocida por todos como Sara Montiel, está cargada de leyendas, humor y atrevimiento.. Valeria Vegas (Valencia, 1985), quien saltó a la fama tras publicar las memorias de La Veneno, ha decidido recopilar la vida de la manchega más internacional -con el permiso de Pedro Almodóvar- en un documental de tres capítulos, el primero de los cuales ya está disponible en HBO Max. Súper Sara es el título de esta serie, al igual que la canción que Saritísima publicó en 1990 y que fue versionada por Hidrogenesse en 2022.. «Esta señora necesita que su historia se cuente y se cuente bien», afirma la escritora y periodista. «No entendía cómo se hacían documentales de otras grandes estrellas como Lola Flores o Raphael y Sara Montiel no tenía uno». «Me parecía de delito», recalca.. Para Vegas, la Montiel fue pionera de muchas cosas en un país que «había superado una posguerra» y vendía «glamour, sexy y Hollywood». «Seguramente nuestras abuelas no ubicaban California en el mapa, pero sabían por Sara Montiel que eso existía», menciona. Y es que Súper Sara se había codeado «con estrellas como Liz Taylor o Alfred Hitchcock».. La autora de ¡Digo! Ni puta ni santa ha contado con la ayuda de la hija mayor de Sara, Thais Tous, para la labor de documentación: «A ella le pareció genial porque quería reivindicar la figura de su madre, aunque ella no aparezca». «Rebuscad lo que sea, igual aparecemos ahí de pequeñitos bañándonos desnudos», le dijo Tous a Vegas. Y es que en este documental vemos en esos momentos «a Antonia, no a Sara Montiel».. «Sara Montiel siempre fue víctima de una sociedad machista». En tres episodios Súper Sara traza un perfil de la ciudadana más ilustre de Campo de Criptana. Desde sus inicios con Fernando Fernán Gómez, el documental explora su paso por Hollywood, su retorno a España gracias a El último cuplé o su conversión en objeto de burlas por parte de la prensa del corazón del cambio de siglo.. «En este país lo que hagas los últimos 15 años se come todo lo demás», lamenta Vegas. Y añade: «Sara Montiel siempre fue víctima de una sociedad machista. La locura en una mujer que tiene 20 años y es muy guapa queda como atrevimiento, cuando tienes 60 eres la loca de los gatos». La escritora lo explica con el ejemplo de Carmen Sevilla, «una señora decente que dice que llegó virgen al matrimonio y que iba tapada con su botón hasta arriba; Sara en el 95 volvió a posar para Interviú».. Para Valeria Vegas «ya en los 80» la prensa fue muy cruel con la Montiel: «Todo el rato se la cuestionaba por ser una mujer que se salía de la norma». No obstante, la escritora matiza que gozó de un periodismo «amable» durante casi toda su vida, pero que de pronto «el mundo del corazón cambió». «Todo valía, entraba Loli Alvárez y entraba Sara Montiel; todos los personajes valían lo mismo», explica. «Esa democratización del corazón fue maravillosa, pero Sara fue víctima un poco de todo eso».. Sara Montiel marcó el camino que más tarde recorrerían Antonio Banderas, Penélope Cruz o Úrsula Corberó. Su primera película en Hollywood, después de haber triunfado en México, fue Veracruz (Robert Aldrich, 1954) junto a Gary Cooper o Burt Lancaster. «Sara era la única que había pisado esa tierra de manera exitosa. Además, se casó con un director de westerns americano [Anthony Mann]», recuerda Vegas.. Valeria Vegas durante el rodaje de Súper SaraHBO Max. La periodista propone una anécdota que ilustra la importancia del legado de Saritísima. En 1983, Mercedes Milá entrevistó a Ana Belén en su programa Buenas noches en Televisión Española. Milá le pregunta a la cantante sobre quién admiraba de pequeña. Ana Belén contestó: «Yo quería ser como Sarita Montiel». «Es alucinante», exclama Vegas. «Si para Ana Belén Sarita era su top, imagínate a cuánta gente le habrá pasado».. El nombre completo del documental es Súper Sara, la mujer que hizo todo antes que tú. Y, en efecto, para Vegas, Saritísima fue la primera «en un montón de cosas». Como ejemplo destaca que fue «el primer icono LGTBI; no te puedes ir al siglo XIX a buscar porque no había musas mediáticas». «Fue esa primera mujer que vivió el empoderamiento con naturalidad cuando no se acuñaba el término». Sara vivió todo cuando no existía el concepto de edadismo. A las pruebas nos remitimos», recalca la escritora. «Es que una mujer que se casa por lo civil, que eso aquí no existía, vuelve a España y se divorcia del americano… ¿Qué eres?». «No había estado para ponerle a Sara Montiel en el DNI porque no existía el divorcio, pero era una señora divorciada», apunta.. Sara no sentía culpa. Ni siquiera cuando se casó con un hombre más joven en un «circo mediático». La Montiel solo se detuvo cuando estuvo «a punto de perder a sus hijos, que eran lo más sagrado», defiende Vegas. «Los conservadores de este país la veían como una pecadora pública máxima, pero a la vez hacía que la gente fuese al cine y engrosaba la taquilla». «Se lo podía permitir porque era Sara Montiel», menciona. «Es muy raro que hiciera todo sin culpa por esta cosa que arrastramos de la culpa judeocristiana, y Sara no la tenía».. «Sara Montiel tenía un nivel de humor que ni los Monty Python». Vegas considera que Liz Taylor fue sagrada en EEUU y «se casó con un señor que también tenía 40 años menos, era fontanero y lo había conocido en una clínica de desintoxicación». «En Argentina, Isabel Sarli es sagrada; y en Inglaterra, Joan Collins. A Sara en España no la pusimos en ese pedestal los últimos años», defiende Vegas.. Sin darse cuenta, Valeria Vegas reivindica en su documental una vejez libre. «¿Por qué la prensa tenía que decir ‘No te pongas transparencias que estás gorda, pareces Freddy Krueger con las uñas, no se asusten que ha salido sin maquillar…’?'», se pregunta. Pero Saritísima se reía de sí misma, ese es el gran poder de Súper Sara. Vegas rememora la ocasión en la que la manchega fue a Tómbola a contar que se había hecho un lifting y sacó una bolsa con carteras. En ese momento las repartió diciendo: «Con la piel que me ha sobrado os doy esto». Vegas lo tiene claro: «Esto es un nivel que ni los Monty Python».. El documental termina con un sabor agridulce y con la sensación de que no le hicimos justicia a Sara Montiel. «En sus últimos años giramos la cabeza», lamenta la periodista. Aun así, revela: «Quien la quiso de verdad, la quiso antes, después, y la quiere ahora». Pero queda la esperanza de la elección: «Si no te gustan sus últimos años, quédate con la Sara que quieras: la de Hollywood, la del cuplé, la sexi… Había muchas Saras para elegir».
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