Para Juan y Medio todo lo que dijo durante la entrevista en Lo de Évole sobre la soledad de los mayores, sobre cómo se les trata, sobre el cariño que necesitan le parecen «perogrulladas» porque, sin quitarse merito, es algo que está ahí y que todos vemos. Cuando Susanna Griso le preguntó esta mañana en Espejo Público si le había sorprendido el impacto de su entrevista a Jordi Évole, Juan y Medio respondió que no lo sabía porque en su cabeza no cabe que algo que la sociedad ve tenga que venir alguien como él a ponerlo encima de la mesa y, sobre todo, que sorprenda.. Seguir leyendo
Tras su aplaudida entrevista en el estreno de la nueva temporada de Lo de Évole, Juan y Medio, uno de los rostros más conocidos de la televisión, ha visto como sus palabras han trascendido la pantalla. Hoy, en Espejo Público, el presentador ha entrado en directo para hablar de los mayores, pero han sido los mayores los que le han dado la sorpresa
Para Juan y Medio todo lo que dijo durante la entrevista en Lo de Évole sobre la soledad de los mayores, sobre cómo se les trata, sobre el cariño que necesitan le parecen «perogrulladas» porque, sin quitarse merito, es algo que está ahí y que todos vemos. Cuando Susanna Griso le preguntó esta mañana en Espejo Público si le había sorprendido el impacto de su entrevista a Jordi Évole, Juan y Medio respondió que no lo sabía porque en su cabeza no cabe que algo que la sociedad ve tenga que venir alguien como él a ponerlo encima de la mesa y, sobre todo, que sorprenda.. Su entrevista en Lo de Évole ha sido muy aplaudida y ha provocado que Juan y Medio y sus palabras hayan trascendido la pantalla. La realidad es que Juan y Medio hace esto cada tarde en su programa en Canal Sur, pues él les da a los mayores el sitio y el respeto que se merecen.. De hecho, ha entrado en directo en Espejo Público para volver a insistir en todo esto, pero esta vez ha sido él el que sí que se ha llevado la sorpresa. Juan y Medio ha insistido sobre la importancia de su programa y el bien que le hace a los mayores, pues «todavía mucha gente no ve con buenos ojos o les choca que una abuela y un abuelo o dos abuelas se besen en la boca en la calle. Es motivo de escándalo».. «La gente cree que se es joven toda la vida, pero eso no es así. El paso de los años nos va a poner a todos en nuestro sitio. Sólo tienes que ver cómo se ha tratado hasta ahora a la gente y vienen aquí a contarlo, evidencian una dejadez y, a veces, un nivel de exigencia que roza la crueldad», denunció el presentador.. Juan y Medio es consciente porque lo vive todos los días desde hace 16 años de esa «crueldad», de esa «exigencia», de esa «dejadez» de una generación que, como le dijo a Évole, no ha vivido su propia vida sino siempre para los demás. «Lo que llevo mal es que gente hornada, trabajadora, que ha criado hijos, que no ha levantado la voz en la sociedad, no comprenden por qué tienen que sufrir. No entienden que han tenido una vida honrada, para los demás, cumpliendo con todo lo que le pedía la sociedad, por qué están ahora en una mesa camilla, completamente abandonados, sin esos seres que ellos han criado apoyándoles. No entienden por qué tienen que estar esperando la muerte. La vida así, para ellos, no tiene sentido ninguno», sentenció.. Su programa pone en valor a esas personas mayores, les da lo que más necesitan, compañía; les da respeto; les da cariño… «Tu programa era impensable hace 30 o 40 años, que vaya la gente mayor, los viejos, las viejas, a buscar pareja», le dijo Jordi Évole el domingo. Era impensable porque «antes las familias se hacían cargo de ellos, ahora no», sentenció Juan y Medio. «La gente que nos ve en una inmensa mayoría son los que fueron mis mayores. Nos ve más la gente del campo que la de la ciudad. Es una gente de clase media y baja, a la que le han vivido su vida. No han vivido su vida, se la han vivido otros. No han tomado las decisiones de su vida, sino que lo ha hecho la sociedad, que les ha metido la presión para que se casen, aguanten casados, trabajen sin derechos. Entonces, los padres mandaban,la Iglesia y la moral imperante constreñían y no había libertad política. Todo esto condiciona. Esta gente trabajaba y trabaja».. Unas palabras que ha ampliado en Espejo Público: «Están sometidos a una ley no escrita de que no deben de molestar, sus hijos no se fían de ellos para que busquen pareja, pero sí para que se queden con sus nietos cuando llega el fin de semana. Contradictorio y muy egoísta», insistió como ya lo hizo en lo de Évole.. Le preguntó entonces Gonzalo Miró si creía que esto podía cambiar o si se consideraba escéptico. «No, siempre queda la esperanza», respondía el presentador, «pero es que como no cambie me voy a cabrear. ¿Vosotro me conocéis a mí cabreado? Falta sensibilidad, falta darnos cuenta que las personas mayores son los de más edad. Porque a mí me siguen conmoviendo las cosas de cuando era un adolescente: me fascina un charco, dejarme caer cuesta abajo con la bicicleta, besar la boca que deseo… Lo mismo que cuando tenía 15 años o 17, pero sólo que ahora tengo 32», dijo para poner un poco de humor.. Pero la sorpresa llegaba después. Espejo Público le tenía preparado una conexión con una residencia de Sevilla donde todos los mayores que allí se encontraban son fans de Juan y Medio y de su programa. El presentador no se lo esperaba, pero menos aún se esperaba las palabras que le dedicaron. Unas palabras que hicieron que Juan y Medio se emocionase y se le escapase alguna lágrima que intentó contener.. «Lo mejor que tiene Juan es su humanidad. Es tan grande que hace que las personas que cuentan sus vidas cada tarde, que han sido una tragedia, él hace que las endulcen, que pasen un rato agradable. Juan les da una esperanza», le dijo Emilio, ante un Juan y Medio intentando contenerse para no romper a llorar.. Y aunque en ese momento entraba en plató Gema López para hablar de la parte de la entrevista de Évole en la que Juan y Medio confirmaba que el gran amor de su vida era Lolita -la protagonista de este domingo de Lo de Évole-, Juan y Medio volvió a hacer lo mismo que el domingo en Lo de Évole, volvió a sacar los colores a una sociedad que no respeta a sus mayores y volvió a poner en valor la importancia que tienen para todos. Pero, sobre todo, lo que ha mostrado Espejo Público es que Juan y Medio y su programa no sólo hacen una función social sino una función necesaria.
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