«Cuando una no puede con el mar lo más fácil es volver las espaldas para no verlo». Es una de las frases de La Poncia en La Casa de Bernarda Alba. Cuando Jordi Évole entrevistó a Lolita Flores, la actriz estaba, precisamente, interpretando Poncia, escrita y dirigida por Luis Luque a partir de la obra de Federico García Lorca. Así comenzó anoche Lo de Évole con Lolita: en el teatro, entre aplausos, entre lágrimas…. Seguir leyendo
Jordi Évole le dijo a Lolita que la familia Flores era casi como una Familia Real. Lolita lo negó, pero la realidad, aunque ella lo niegue, es que los Flores son más que una dinastía, son una leyenda. Pese a todas las entrevistas que ha podido dar, pocas han tocado tan profundo como en Lo de Évole
«Cuando una no puede con el mar lo más fácil es volver las espaldas para no verlo». Es una de las frases de La Poncia en La Casa de Bernarda Alba. Cuando Jordi Évole entrevistó a Lolita Flores, la actriz estaba, precisamente, interpretando Poncia, escrita y dirigida por Luis Luque a partir de la obra de Federico García Lorca. Así comenzó anoche Lo de Évole con Lolita: en el teatro, entre aplausos, entre lágrimas…. Muchas han sido las entrevistas que Lolita ha dado en su vida. Algunas, por trabajo; otras, para sobrevivir; otras, porque no le quedaba otra; la de Évole porque sí. Tal vez por eso, pese a haber dado tantas entrevistas, pocas veces se ha visto a una Lolita así, tan a corazón abierto, tan sincera, tan en paz.. Habrá muchos que piensen, ‘pero qué más va a contar’. Pues para sorpresa de estos, mucho más. Como le dijo Jordi Évole durante la entrevista la familia Flores es como una Familia Real. Todo lo que les rodeaba, pues ahora no es tanto como antaño, era de interés público. La privacidad para ellos prácticamente no existía. «No pude despedirme de mi madre porque la tuve que compartir con toda España. 52 horas estuvo expuesta». La frase es el claro ejemplo de lo que suponían los Flores para España.. Nunca quiso ser artista, pero lo fue, pues cuando se dio cuenta que no quería, «ya estaba subida en un escenario, cobraba 150.000 pesetas por cada actuación, pagaba a los artistas, me quedaban 40.000, que era mucho dinero, y sólo tenía 17 años».. «Todos hemos hecho cosas que no nos gustaban para sobrevivir, para comer. Al principio de mi carrera triunfaba en América, pero aquí en España como que no. Y cuando murió mi madre se volvieron todos los ojos hacia mí. Estuve mucho tiempo a la sombra. La muerte de mi madre desgraciadamente liberó a la gente. Hubiera dado lo que fuera porque siguiera viva».. Porque Lolita no solo era la hija mayor de Lola Flores y El Pescaílla, era «la amiga, la confidente, el apoyo» de su madre. Sus hermanos fueron libres, y ella, por la época, por ser la primera, por innumerables razones no disfrutó de esa libertad. Cuando su madre murió, todo se rompió. Y aunque Lolita ha hablado muchas veces de aquellos 15 días de horror en los que murió Lola Flores y después Antonio, pocos saben lo que realmente sufrió Lolita y que, sorprendentemente descubrió con Jordi Évole.. «Fue algo muy inesperado que encogió el corazón a España. Y fue un palo, aseguró. «Cuando murió mi hermano iba todos los días al cementerio. Hablaba con él de las cosas que se me quedaron en el tintero, que eso me da mucha tristeza porque a lo mejor no hice lo que tenía que haber hecho. Y lo sigo pensando». Un pensamiento que la ahogó en un pozo de tristeza del que sólo consiguió sacarla su hija.. Mientras con la muerte de Lola Flores, Lolita sí concedió entrevistas, con la de su hermano ya no pudo. Y aunque volvió a trabajar, «ha muchos camerinos en España con puertas rotas, patadas en ellas, sillas golpeadas y espejos reventados». «Fue un año loco. Bebía, tomaba coca, escuchaba los discos de Moncho y me ponía a escribir y a llorar hasta las 8 de la mañana. Me lavaba la cara, llevaba a mis hijos al cole y me acostaba. Y así estuve un año y medio» hasta que su hija la salvó.. «Sólo tenía ocho años. Llamó a mi hermana y le dijo ‘tía veo a mi madre regular’. Y mi hermana me dijo ‘para, porque tu hija y tu hijo te necesitan’. Yo no sabía que se quería tanto a un hermano. Es una continuidad, es el mismo ADN por dentro y por fuera. Se le quiere tanto como a uno mismo».. De Antonio Flores, Lolita aprendió «a reconocer la mentira», porque «se le ponían los ojos vidriosos cuando mentía porque a él le daba pena». Con Antonio aprendió que «reír es lo más maravilloso del mundo». Con Antonio aprendió «el respeto a un hermano aunque fuera más pequeño». Con Antonio aprendió «a cómo se puede hacer una canción en 10 minutos». Con Antonio aprendió «a amarnos los unos a los otros». Con ella Antonio aprendió «lo que era el cuerpo de una mujer». «Cuando era pequeño hacía boquetes en el baño y me miraba». Ella nunca lo descubrió hasta que él se lo contó.. De Rosario, por contra, aprendió «la ternura, la comprensión, el amor puro y absoluto». «Es una niña con una edad, pero es una niña. Ella es una artista espectacular, es una monstrua, pero además de buena artista es un ser tierno. La más cariñosa de los tres. Si por ella fuera estaría todo el tiempo encima tuyo dándote besos. Mi hermano era más duro, más como yo. Ella es una flor chiquitita». Y Lolita llora. «No lo hago con Antonio, pero sí con Rosario».. Lolita, en Lo de Évole.ATRESMEDIA. Una entrevista de Évole da la sensación de ser algo fácil, sencillo, como si fueran sentimientos y emociones al alcance de todos. La realidad es bien distinta. Si se ve la entrevista de anoche a Lolita más de una vez, uno se percata de que para poder hacer entrevistas así tienes que generar una confianza que traslade al entrevistado a un lugar suyo, sin focos, sin cámaras. Es generar un mundo interior durante una grabación. Y es encontrar a un entrevistada tan generosa como para entrar en ese mundo. Lolita ha sido probablemente una de las entrevistas más desprendidas que han pasado por Lo de Évole.. Generosidad para hablar de su madre, de su padre, de su hermano, de su hermana, pero, sobre todo, de ella. Con sus claros y con sus oscuros, pero sin drama, sin escándalo, sin mentiras. «Das una imagen de vivir bastante en paz», le dijo Jordi Évole en un momento de la entrevista. «Ahora sí, pero he tenido y tengo mucho carácter». «¿Y cuándo lo sacas?», repreguntó Évole. «Cuando me tocan los cojones».. Habló de sus amores, del amor, del sexo, de los hombres que marcaron su vida, del día en que Paquirri, «al que amé con locura», la llamó por teléfono, mientras ella estaba en Buenos Aires con Carmen Sevilla, y rompió con ella. «Me llamó y me dijo «quiero que sepas que estoy saliendo con Isabel Pantoja». Le dije «sabes que te vas a tener que casar con ella». «Bueno ya veremos», me contestó. Isabel era otra clase de persona, yo tenía más mundo, no era virgen… Entiendo que Isabel se enamorara con él».. El amor, mejor dicho, los amores han hecho que Lolita se vuelva muy desconfiada.»Al ser Lolita Flores no sé si vienen por mí, o por Dolores González Flores o porque les gusto». Ha vivido amores de película y amores con herida. «Humillaciones como mujer. No puedo decir que me hayan maltratado, pero sí que me han manipulado psicológicamente. Un día te dicen que te quieren y al otro no te miran a la cara. Hay veces que tú quieres hacer el amor y te dice que no, que no tiene ganas. Sabes que habla con otras mujeres, que es infiel por naturaleza… Comportamientos que no tienen sentido cuando quieres a alguien». Y aún así, Lolita reconoce que una infidelidad la perdona y «la he perdonado». Más, no.. Ha querido tanto y la han querido tanto, que ahora mismo ni quiere ni tiene pareja. «A mi me gusta el sexo y soy activa, pero yo no soy de salir a buscar. Cuando tenga que ser será. Y llegará», aseguró. No tiene Satisfyer -«me regalaron uno y lo regalé»- porque Lolita necesita el tacto. «He amado mucho y me han querido mucho y he hecho el amor mucho, entonces estoy bien. No me hace falta tener un amante o tener que hacer el amor o ir a follar por follar. No me hace falta».. Lolita iba todos los días al cementerio cuando murió su hermano porque le quedaban muchas cosas por decirle. Con su madre le ocurrió mismo. «Nunca te despides del todo y menos de una madre. Hay algo que te sujeta». A Lolita la sujetan los dos, Antonio y Lola, Los Flores.
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