Con la guerra de audiencia ya terminada, al menos, en el access prime time -ahora la cosa está en las mañanas-, La Revuelta y El Hormiguero ha tomado la mejor decisión que podían tomar: dejarse de batallas absurdas y molestas, y centrarse en intentar hacer el mejor programa posible para que sea el espectador el que elija. Cuando se deja atrás las rencillas y los malos rollos sale lo mejor, y lo que ocurrió anoche en el programa de David Broncano y en el de Pablo Motos es el mejor ejemplo de que cuando se quiere se puede. Lo que El Hormiguero y La Revuelta regalaron anoche a los espectadores es muy difícil de calificar porque sólo un programa como El Hormiguero y sólo un programa como La Revuelta son capaces de convertir la televisión en un auténtico y apoteósico espectáculo. Pues lo hicieron, ¡vaya si lo hicieron!. Seguir leyendo
La batalla de audiencias entre La Revuelta y El Hormiguero ha dado paso a que los dos programas estén cada noche entregándose hasta niveles inimaginables para dos programas. Anoche, tanto David Broncano como Pablo Motos, en la misma franja horaria, uno grabado y el otro en directo, regalaron a los espectadores dos shows impresionantes
Con la guerra de audiencia ya terminada, al menos, en el access prime time -ahora la cosa está en las mañanas-, La Revuelta y El Hormiguero ha tomado la mejor decisión que podían tomar: dejarse de batallas absurdas y molestas, y centrarse en intentar hacer el mejor programa posible para que sea el espectador el que elija. Cuando se deja atrás las rencillas y los malos rollos sale lo mejor, y lo que ocurrió anoche en el programa de David Broncano y en el de Pablo Motos es el mejor ejemplo de que cuando se quiere se puede. Lo que El Hormiguero y La Revuelta regalaron anoche a los espectadores es muy difícil de calificar porque sólo un programa como El Hormiguero y sólo un programa como La Revuelta son capaces de convertir la televisión en un auténtico y apoteósico espectáculo. Pues lo hicieron, ¡vaya si lo hicieron!. Anoche, en cada uno de los programas había dos artistazos. En El Hormiguero, en pleno directo, Antonio Banderas, que acudía de nuevo al programa de Pablo Motos para promocionar su musical, Gipsy, que se puede ver en el Teatro Apolo de Madrid. Mientras, en La Revuelta, que ya sabemos todos que está grabado -juega con algo de ventaja-, estaba Leiva. El artista, que ya estuvo el jueves pasado en El Hormiguero, acudió a La Revuelta a hacer lo mismo que ya había hecho la semana pasada con Pablo Motos, a promocionar su nuevo álbum. Lo que nadie se podía llegar a imaginar es que ambos iban a transformar los dos programas en un espectáculo digno de la mejor televisión, de esa que tanto pedimos y que no siempre se concede. Esto es mucho más que tele, esto es tele y no lo ocurrió hace unos meses con la famosa berrea.. Anoche y hoy, lo vivido en La Revuelta es trending topic, está siendo aplaudido hasta casi no sentir las manos, y esto sí lo merece. Hay muchos que cuando termina la entrevista al invitado del día y se acaban las preguntas clásicas, cambia de canal y se pierde el final de La Revuelta. Pues resulta que al final de La Revuelta es cuando pasan esas cosas que al verlas te das un manotazo por tonto y por haberte esperado. Aunque suponga retrasar el prime time -anoche se volvió a retrasar el inicio de MasterChef 13- si es por cosas como la que hizo Leiva anoche con un coro gospel formado por 10 de los artistas más importantes de nuestro país, igual sí merece la pena o, igual, estaría bien que, aunque es un final apoteósico, no se deje para el final. Anoche hubiera merecido la pena ver mucho más, verlo incluso antes.. Una de las apuestas del nuevo órgano de Dirección de RTVE, especialmente de su director general, Sergio Calderón, es apostar por los programas que devuelvan la música en directo a la televisión. Lo cierto es que los talent musicales no triunfan, al menos, aquellos que no son La Voz, así que como no dan audiencias, la estrategia es aprovechar el único programa en el que pueden tener cabida actuaciones como la de Leiva de anoche, La Revuelta.. Durante la entrevista, Leiva hizo el papel que le tocaba, el de promocionar, pero adaptándose a la ‘rebeldía’ propia del programa de David Broncano. El artista le regaló a David Broncano una fotografía completamente en pelotasy aprovecharon para hablar de las manías con las que vive Leiva o de temas como que casi muere por la infección que un gato le provocó debido a una mordedura del animal en la nariz. Pero no fue esto lo apoteósico, ni mucho menos.. El artista madrileño pegó el bombazo al final del programa interpretando para el público El polvo de los días raros, una de las canciones de su nuevo disco. La sorpresa no es que Leiva cantase, que también, pues ha estado meses sin poder hablar por un problema en una de sus cuerdas vocales, sino que lo hizo acompañado de diferentes artistas del panorama musical nacional que, cubiertos por túnicas negras largas, han ido apareciendo en la sala del Teatro Príncipe de Gran Vía. Entre ellos se encontraban Dani Martín, Amaral, Rubén Pozo, su compañero en la etapa de Pereza, Iván Ferreiro, Dani Fernández, Travis Birds, Santi Balmes, vocalista de Love of Lesbian, completaron la lista de artistas que se sumaron a la impresionante e inesperada actuación, a la que también se sumaron Sergio Bezos, con su saxofón, Grison y Ricardo Castella.. No es la primera vez que sucede algo similar en La Revuelta. En el el último programa de 2024 de La Revuelta, Amaia dedicó una actuación que se llevó el sonoro aplauso de todos los espectadores al sacar su espectáculo en plena Gran Vía de Madrid con un plano secuencia que hizo las delicias del público. Lo que sucedió anoche en La Revuelta pocas veces se va a ver en televisión, incluso, se podría decir que pocas veces se va a ver sobre un escenario. Pero no fue lo único esplendoroso que sucedió anoche en la televisión: El Hormiguero, Antonio Banderas y Pablo Motos también tenían guardada su propia apoteosis.. Antonio Banderas convirtió El Hormiguero en Broadway.ATRESMEDIA. En esta temporada de El Hormiguero, Antonio Banderas ya ha estado tres veces, en cada una no ha dejado indiferente a nadie y, anoche, no iba a ser distinto. Tras una entrevista en la que el actor y productor iba a revelar algunos de los secretos que nunca ha querido contar, como que estuvo que la Primavera árabe en Túnez, que no cogió uno de los vuelos que se estrellaron en el 11-S por los pelos o que para la segundas elecciones de Obama, su casa se convirtió en think that hispano con el ex presidente incluido, Antonio Banderas y Pablo Motos quisieron convertir El Hormiguero en un pequeño gran Broadway.. El programa abrió su plató más grande, el que sólo se abre para las ocasiones especiales, y trasladó allí a todos los espectadores para hacer una obertura en la que participaron 30 de los actores de Gypsy y la orquesta sinfónica del musical que actuó en pleno directo. Y no sólo eso, hizo lo que nadie se podría imaginar que alguien pudiera hacer: levantó a Pablo Motos, le metió como un miembro más del equipo, le hizo bailar, cerrar la actuación y para remate hasta le puso a tocar la trompeta, sin tener ni puñetera idea de tocarla. «Yo hago lo que tú me pidas», le dijo Pablo Motos a Antonio Banderas, y cumplió.. Pero no fue lo que hizo con Pablo Motos, sino lo que consiguió hacer en pleno directo, para los espectadores, en un plató de televisión y con un poderío que sólo los grandes pueden hacer. Ya lo hizo con el primer musical que Antonio Banderas trajo a Madrid, pero en aquella ocasión no había tanto de todo y todo tan bien. Y, sobre todo, hacerlo en directo.. Lo que pasó anoche en La 1 y en Antena 3 es aquello que siempre dice y que, tanto Pablo Motos como David Broncano, han dicho en más de ocasión: la competencia te hace ser mejor. Cuando se han quitado de encima la batalla por las audiencias, por las franjas de estricta coincidencia y han empezado o han vuelto a pensar en realmente lo importante, los que le ven, surgen y suceden cosas tan extraordinarias como lo que La Revuelta y El Hormiguero hicieron anoche. Así, sí.
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