El cine mexicano vive un momento dulce, pese a la presencia de algunos nubarrones. Sobre todo, la incertidumbre provocada por la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a todo lo filmado fuera de Hollywood. México es uno de los mayores hubs en cuanto a producción cinematográfica aprovechando la inercia, como otras industrias, del nearshoring: el traslado estratégico a territorio mexicano para aprovechar la ventaja logística de cara al mercado estadounidense. Dos buenas noticias recientes explican la bonanza: el aumento de 115 millones de pesos en los estímulos fiscales por parte del Gobierno federal y la inversión millonaria de empresas como Netflix.. En ese contexto, acaba de nacer la Federación Mexicana de Productores de Cine (FMPC).“Estamos frente a un momento muy efervescente y realmente emocionante”, afirma Nicolás Celis, fundador de Pimienta Films, productor de la ganadora del Oscar ROMA, de Alfonso Cuarón y, desde ahora, presidente de la nueva entidad. Está conformada por tres asociaciones claves en la industria y conjunta, hasta el momento, a más de 100 productores audiovisuales, incluida la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) como miembro honorario. Sus principales propósitos: aprovechar de la mejor forma la coyuntura en la que se encuentra el cine mexicano, fortalecer al sector desde su interior y, especialmente, proteger la visión artística por encima de los intereses comerciales.. La nueva entidad surge “a partir de la necesidad urgente de contar con una representación unificada para incidir de manera efectiva en políticas públicas, defender los derechos de los productores y fomentar un ecosistema más sostenible, competitivo y diverso”, añade Celis en entrevista. Presentada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, sus fundadores avisan que todavía falta consolidarse formal y legalmente.. “A lo largo de los años, los productores nos hemos unido en varias ocasiones, pero siempre a modo de reacción ante una problemática”, afirma Gabriela Gavica, también productora de cintas como Violentas mariposas, de Adolfo Dávila. “Siempre que algo malo ocurría, nos organizábamos y salíamos al combate juntos. Pero había una falta de unión formal y continua que nos consolidara como una misma voz, no importando si eres de la vieja escuela o del mundo independiente”, agrega.. De acuerdo con el Anuario Estadístico del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), en 2024, el PIB del cine nacional ascendió a 20,722 millones de pesos, generando más de 21.000 puestos de trabajo. Tan solo en la Ciudad de México, la inversión total recibida por la industria fílmica el año pasado se estima en 10,209 millones de pesos, según datos presentados en la edición más reciente del Anuario Estadístico de la Comisión de Filmaciones de la CDMX. Por su parte, el estado de Jalisco, casa del FICG, cuenta con un atractivo cash rebate –incentivo fiscal de reembolso federal en apoyo a producciones audiovisuales– de hasta el 40% para proyectos nacionales e internacionales. Tal es el caso de Soy Frankelda, cinta de los hermanos Arturo y Roy Ambriz –y primer largometraje en stop motion en la historia del cine mexicano–, que, entre otras cosas, hará posible la realización de la edición 67 del Premio Ariel, el 20 de septiembre, por primera vez en Puerto Vallarta.. “Estamos viviendo un momento muy especial y activo”, afirma Carlos Gómez, CEO de EGEDA México, entidad que protege y gestiona los derechos de propiedad intelectual de los productores mexicanos. “La presencia de las plataformas, sus planes de producción y la gran inversión que tienen destinada para el país son súper importantes y no podemos desaprovecharla”.. Apenas en febrero pasado, la presidenta, Claudia Sheinbaum, y Ted Sarandos, director ejecutivo de Netflix, anunció una inversión inédita en México de 1,000 millones de dólares para la producción de películas y series en el país. A dicha inversión se suman dos millones de dólares adicionales para remodelar las instalaciones de los Estudios Churubusco de la Ciudad de México, donde la plataforma de streaming ha filmado ambiciosos proyectos como Bardo, de Alejandro González Iñárritu.. De acuerdo con información presentada por Netflix, Pedro Páramo, ópera prima del galardonado cinefotógrafo Rodrigo Prieto, contribuyó con más de 375 millones de pesos a la economía mexicana gracias a sus más de 50 días de rodaje en Nayarit, San Luis Potosí y la Ciudad de México. “Ser locales es muy importante para nosotros”, dijo Sarandos en la mañanera. “Por eso todas nuestras series y películas se hacen en colaboración con compañías productoras y socios locales. Todas y cada una de ellas. Esto significa que estamos invirtiendo en la comunidad creativa y ayudando a personas talentosas a encontrar su vocación en nuestro sector”, agregó.. Para Carlos Gómez, tesorero de la FMPC, inversiones multimillonarias como ésta son el ejemplo del interés de plataformas como Amazon Prime o Disney de continuar generando producciones originales en México, así como de la llegada de importantes productoras como Blumhouse. Un contexto que coloca a México al centro de una oportunidad que no se había visto en mucho tiempo. “Es un tema económico muy claro de desarrollo regional, que traerá oportunidades para todos y una gran inversión extranjera”, afirma Gómez. “La federación tiene como desafío ser un enlace entre todas las partes de la industria y articular con las autoridades la mejor forma de aprovechar esto”.. El tesorero de la FMPC afirma tener el objetivo de generar más producción nacional de propiedad intelectual y proteger la visión autoral y valores culturales por encima de intereses comerciales. “No queremos sólo trabajar para las plataformas. La maquila está bien, es parte de la industria y genera muchísimo desarrollo económico. Sin embargo, desde la federación, la visión principal es generar producciones que formen parte del patrimonio cultural del país. Queremos generar un verdadero ecosistema de productores que estén contribuyendo a esto con mentalidad empresarial y emprendedora. Tenemos muchísimas oportunidades y la única forma de hacerlo es con la unión de un grupo que canalice todo y nos haga trabajar en conjunto”.. “Somos una industria grande y consolidada”, complementa Nicolás Celis, productor de cabecera de la cineasta Tatiana Huezo (Tempestad; Noche de fuego; El eco). “Todas las plataformas ya están aquí, México es un negocio clave, hay una tradición de cine muy grande y ya hay muchas generaciones de productores. Tenemos una gran diversidad de producción en el país, con distintos tipos de cine y con muchas formas de hacerlo”.. Seguir leyendo
La Federación Mexicana de Productores de Cine nace con la aspiración afianzar el negocio y la creación en un contexto de crecimiento de inversión, pero con la amenaza de los aranceles
El cine mexicano vive un momento dulce, pese a la presencia de algunos nubarrones. Sobre todo, la incertidumbre provocada por la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a todo lo filmado fuera de Hollywood. México es uno de los mayores hubs en cuanto a producción cinematográfica aprovechando la inercia, como otras industrias, del nearshoring: el traslado estratégico a territorio mexicano para aprovechar la ventaja logística de cara al mercado estadounidense. Dos buenas noticias recientes explican la bonanza: el aumento de 115 millones de pesos en los estímulos fiscales por parte del Gobierno federal y la inversión millonaria de empresas como Netflix.. En ese contexto, acaba de nacer la Federación Mexicana de Productores de Cine (FMPC).“Estamos frente a un momento muy efervescente y realmente emocionante”, afirma Nicolás Celis, fundador de Pimienta Films, productor de la ganadora del Oscar ROMA, de Alfonso Cuarón y, desde ahora, presidente de la nueva entidad. Está conformada por tres asociaciones claves en la industria y conjunta, hasta el momento, a más de 100 productores audiovisuales, incluida la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) como miembro honorario. Sus principales propósitos: aprovechar de la mejor forma la coyuntura en la que se encuentra el cine mexicano, fortalecer al sector desde su interior y, especialmente, proteger la visión artística por encima de los intereses comerciales.. La nueva entidad surge “a partir de la necesidad urgente de contar con una representación unificada para incidir de manera efectiva en políticas públicas, defender los derechos de los productores y fomentar un ecosistema más sostenible, competitivo y diverso”, añade Celis en entrevista. Presentada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, sus fundadores avisan que todavía falta consolidarse formal y legalmente.. Jorge Sanchez, Edher Campos, Julia Cherrier, Alejandra Cárdenas, Carlos Gómez, Mónica Lozano, Armando Casas, Bertha Navarro, Nicolás Celis, Elena Fortes, Daniela Alatorre, Carlos Hernández, Miguel Ángel Marín, Gonzalo Elvira, Leonardo Zimbrón. FICG / Diego Gasca. “A lo largo de los años, los productores nos hemos unido en varias ocasiones, pero siempre a modo de reacción ante una problemática”, afirma Gabriela Gavica, también productora de cintas como Violentas mariposas, de Adolfo Dávila. “Siempre que algo malo ocurría, nos organizábamos y salíamos al combate juntos. Pero había una falta de unión formal y continua que nos consolidara como una misma voz, no importando si eres de la vieja escuela o del mundo independiente”, agrega.. De acuerdo con el Anuario Estadístico del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), en 2024, el PIB del cine nacional ascendió a 20,722 millones de pesos, generando más de 21.000 puestos de trabajo. Tan solo en la Ciudad de México, la inversión total recibida por la industria fílmica el año pasado se estima en 10,209 millones de pesos, según datos presentados en la edición más reciente del Anuario Estadístico de la Comisión de Filmaciones de la CDMX. Por su parte, el estado de Jalisco, casa del FICG, cuenta con un atractivo cash rebate –incentivo fiscal de reembolso federal en apoyo a producciones audiovisuales– de hasta el 40% para proyectos nacionales e internacionales. Tal es el caso de Soy Frankelda, cinta de los hermanos Arturo y Roy Ambriz –y primer largometraje en stop motion en la historia del cine mexicano–, que, entre otras cosas, hará posible la realización de la edición 67 del Premio Ariel, el 20 de septiembre, por primera vez en Puerto Vallarta.. “Estamos viviendo un momento muy especial y activo”, afirma Carlos Gómez, CEO de EGEDA México, entidad que protege y gestiona los derechos de propiedad intelectual de los productores mexicanos. “La presencia de las plataformas, sus planes de producción y la gran inversión que tienen destinada para el país son súper importantes y no podemos desaprovecharla”.. Alejandra Cárdenas durante la Conferencia Federación Mexicana de Productores de Cine en Guadalajara, el sábado 7 de junio de 2025.FICG / Diego Gasca. Apenas en febrero pasado, la presidenta, Claudia Sheinbaum, y Ted Sarandos, director ejecutivo de Netflix, anunció una inversión inédita en México de 1,000 millones de dólares para la producción de películas y series en el país. A dicha inversión se suman dos millones de dólares adicionales para remodelar las instalaciones de los Estudios Churubusco de la Ciudad de México, donde la plataforma de streaming ha filmado ambiciosos proyectos como Bardo, de Alejandro González Iñárritu.. De acuerdo con información presentada por Netflix, Pedro Páramo, ópera prima del galardonado cinefotógrafo Rodrigo Prieto, contribuyó con más de 375 millones de pesos a la economía mexicana gracias a sus más de 50 días de rodaje en Nayarit, San Luis Potosí y la Ciudad de México. “Ser locales es muy importante para nosotros”, dijo Sarandos en la mañanera. “Por eso todas nuestras series y películas se hacen en colaboración con compañías productoras y socios locales. Todas y cada una de ellas. Esto significa que estamos invirtiendo en la comunidad creativa y ayudando a personas talentosas a encontrar su vocación en nuestro sector”, agregó.. Para Carlos Gómez, tesorero de la FMPC, inversiones multimillonarias como ésta son el ejemplo del interés de plataformas como Amazon Prime o Disney de continuar generando producciones originales en México, así como de la llegada de importantes productoras como Blumhouse. Un contexto que coloca a México al centro de una oportunidad que no se había visto en mucho tiempo. “Es un tema económico muy claro de desarrollo regional, que traerá oportunidades para todos y una gran inversión extranjera”, afirma Gómez. “La federación tiene como desafío ser un enlace entre todas las partes de la industria y articular con las autoridades la mejor forma de aprovechar esto”.. El tesorero de la FMPC afirma tener el objetivo de generar más producción nacional de propiedad intelectual y proteger la visión autoral y valores culturales por encima de intereses comerciales. “No queremos sólo trabajar para las plataformas. La maquila está bien, es parte de la industria y genera muchísimo desarrollo económico. Sin embargo, desde la federación, la visión principal es generar producciones que formen parte del patrimonio cultural del país. Queremos generar un verdadero ecosistema de productores que estén contribuyendo a esto con mentalidad empresarial y emprendedora. Tenemos muchísimas oportunidades y la única forma de hacerlo es con la unión de un grupo que canalice todo y nos haga trabajar en conjunto”.. “Somos una industria grande y consolidada”, complementa Nicolás Celis, productor de cabecera de la cineasta Tatiana Huezo (Tempestad; Noche de fuego; El eco). “Todas las plataformas ya están aquí, México es un negocio clave, hay una tradición de cine muy grande y ya hay muchas generaciones de productores. Tenemos una gran diversidad de producción en el país, con distintos tipos de cine y con muchas formas de hacerlo”.
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