El programa en el que Víctor fue el expulsado, Ismael, el Geo valenciano, lo dijo muy claro: se iba su mayor apoyo y los que quedaban, con los que tenía que convivir y batallar por ganar MasterChef 13 no eran de su agrado ni él el de ellos. Desde entonces, y de esto ya hace unas dos semanas, en MasterChef 13 ha habido una calma chicha. Ismael se mete en pocos fregaos, va a lo suyo, intenta abrir poco la boca y ser como la ratita hacendosa, trabajar, trabajar y trabajar, y que el resto se dediquen a lo suyo. Sin embargo, hay un elemento que, aun afectando al concurso en sí, los espectadores sólo conocemos por los puñales o historietas que van saliendo en cada programa: la convivencia. . Seguir leyendo
Aunque MasterChef 13 no está siendo la edición en la que más problemas de convivencia, enfrentamientos y tensiones se están viviendo entre los concursantes, no es oro todo lo que reluce. Las rencillas entre los aspirantes existen y anoche afloraron cual malas hierbas en el campo
El programa en el que Víctor fue el expulsado, Ismael, el Geo valenciano, lo dijo muy claro: se iba su mayor apoyo y los que quedaban, con los que tenía que convivir y batallar por ganar MasterChef 13 no eran de su agrado ni él el de ellos. Desde entonces, y de esto ya hace unas dos semanas, en MasterChef 13 ha habido una calma chicha. Ismael se mete en pocos fregaos, va a lo suyo, intenta abrir poco la boca y ser como la ratita hacendosa, trabajar, trabajar y trabajar, y que el resto se dediquen a lo suyo. Sin embargo, hay un elemento que, aun afectando al concurso en sí, los espectadores sólo conocemos por los puñales o historietas que van saliendo en cada programa: la convivencia.. Los aspirantes de MasterChef conviven el tiempo que dura la grabación del talent culinario en una casa donde están aislados del resto del mundo, en la que estudian, se forman y se crean sus filias y sus fobias. Con Ismael hay más de las segundas que de las primeras. Desde el principio siempre ha sido como la nota desafinada de la escala musical. Con sus compañeros no hay todo el buen rollito que debería haber y ellos tampoco lo tienen con él. Realmente, nunca han explicado por qué de esta situación, pues en esta edición de MasterChef no hay un malo malísimo ni ninguno que sea más cruel o insoportable que el resto. Con Ismael pasa algo que se nos escapa, pero que provoca lo que ocurrió anoche.. El día que arrancó MasterChef 13 y se descubrió que una de las aspirantes iba a ser Gabriela Hinojosa, la hija pequeña del dueño de Cortefiel, las redes sociales se llenaron de comentarios que hacían de menos a la aspirante por ser la hija de quien es y por entender que venía de una situación privilegiada, pues el dueño de Cortefiel, fallecido no hace mucho, obviamente no era de tener una mano delante y otra detrás. Sin embargo, Gabriela, embarazada de cinco meses y media, ha ido demostrando programa tras programa sus capacidades culinarias, su educación, su respeto y su humildad. Es decir, ha desmontado todo lo que pudieron decir de ella al principio. De hecho, es una de las aspirantes más integradas con el grupo, a la que más quieren sus compañeros y de las más cariñosas con todos. Con todos, menos con Ismael, pero ¿quién es cariñoso con Ismael?. No es que uno sea mejor que el otro, sino que Ismael está completamente solo en esta aventura de MasterChef. No cuenta con el apoyo del llamado «eje del mal» (Yago, expulsado anoche; Ana; Gabriela, Chema y Bea) y con el resto mantiene una relación cordial y respetuosa, pero siempre manteniendo las distancias. Por algunos de los comentarios de sus compañeros en programas anteriores, Ismael lo único que hace es estudiar, estudiar y estudiar; y trabajar, trabajar y trabajar. Cuando te aíslas y te aíslan es lo que queda.. Pero anoche esa tensión latente desde hace varias semanas terminó por explotar en la prueba de exteriores. Tras una primera prueba en la que los aspirantes tuvieron que preparar platos que recordasen a diferentes partes del mundo y en la que Elena fue la mejor con un delicioso plato que dedicó a su hermana fallecida. Con Elena como la primera capitana en la prueba de exteriores, llegó el momento de elegir al segundo capitán. Fue MasterChef quien se encargó de abrir el aspersor de mierda y dejar que se empapasen todos con él.. Para elegir al segundo capitán, los aspirantes tenían que escribir en una pizarra el nombre del compañero que consideraban había hecho su peor capitanía en MasterChef 13. Hubo ganador por goleada: Ismael. Tres veces ha sido capitán y las tres ha tenido movida, eso es innegable, pero también es una realidad, como dijo él anoche cuando vio su nombre en la mayoría de las pizarras, que le tienen ojeriza, especialmente, el «eje del mal». También es verdad que cada vez que ha sido capitán sus formas no han sido las mejores, pero tampoco se ha salido demasiado de la tónica habitual. Con Ismael como el señalado, la capitanía estaba clara. Fue la chispa que encendió una mecha que acabaría por estallar tras un cocinado en el que MasterChef volvió a hacer de las suyas con el cambio de cocinas.. Ismael se prometió que en esta capitanía, donde tenían que cocinar para peregrinos del Camino de Santiago, iba a sacar su lado más amable. ¿Lo consiguió? Sí, lo hizo. Estuvo organizado, amable, centrado, sin elevar ni una sola vez la voz y con los mejores modales que se pueden tener en un momento de tensión. Por contra, Elena, capitana del equipo rojo se dejó llevar por los nervios hasta el punto que Ana estuvo a punto de hacerle una moción de censura para quitarle la capitanía. No llegó la sangre al río porque a Elena le vino de perlas el famoso cambio de cocinas. Esta vez no fue la tragedia que suele ser la putadita de cambiar de cocinas. No lo fue, porque los platos estaban bien encaminados y porque, pese al desastre de capitanía de Elena, su equipo (Chema, Ana y Gabriela) funcionaron muy bien.. Al llegar el momento del cambio de cocinas, Pepe Rodríguez se acercó por la cocina de Elena y pilló a Gabriela por banda. Con la excusa de estar en un monasterio donde la paz, la calma y la contricción mandan, quiso el juez que los aspirantes con conflictos sellasen la paz. Una excusa más para echar gasolina a las hoguera. Lo intentó con Ana y Bea, y le salió el tiro por la culata, pues los puñales de Ana a Bea vuelan por doquier, y lo intentó con Gabriela e Ismael. Tampoco le salió muy bien. Había rencor dentro de los dos. Ismael porque considera que Gabriela le eligió en una de las capitanías para putearle, y Gabriela porque sabe que Ismael ha ido diciendo por ahí que por ser hija de quien es no se merece ganar MasterChef porque no lo necesita. Ahí quedó la cosa, sin más, hasta que… hasta que llegó el momento de las valoraciones.. Los jueces, especialmente Pepe Rodríguez, volvieron a meter el dedito en la llaga, pero esta vez sin la tensión del cocinado, todo terminó por afloral. Se vio la inquina de Chema a Ismael, se vio lo molesta que estaba Gabriela con él por considerar que por venir de la familia que viene no se merece estar en MasterChef. Y todo estalló. Si minutos antes fue Ismael el que terminó llorando detrás de cámaras por las palabras de Gabriela, en esta ocasión fue Gabriela.. «Después de Sotogrande, de la segunda capitanía que me diste… Me sentaron mal los comentarios porque la intención es darme la capitanía para que me pudiera hundir», confesó Ismael, mientras Chema interrumpía para decir que no dependía de que Gabriela le diera la capitanía para hacer una buena capitanía. «Por favor Chema, estamos hablando Gabriela y yo», le espetó Ismael visibilizando ese mal rollito que hay en la convivencia de MasterChef. Se arrancó Ismael, pero Gabriela también tenía el rencor guardado. La aspirante sabe que Ismael ha hecho comentarios en los que la ha prejuzgado por ser una de las hijas del dueño de Cortefiel. Nunca lo ha ocultado, siempre lo ha dicho, que viene de una familia top, pero también que nunca ha vivido del dinero de papá. «Tú no sabes mis cuentas bancarias», le llegó a decir Gabriela a Ismael muy molesta y advirtiéndole que a ella le está costando lo mismo estar en MasterChef y que está haciendo el mismo esfuerzo o más, pues «yo llevo a un bebé de cinco meses y medio».. «Me molesta mucho que se considere que soy la niña pija que no ha trabajado en la vida porque yo llevo trabajando desde los 16 años. Me molesta que se tengan prejuicios y se hagan juicios de valor a la ligera. Yo no los hago», afirmó Gabriela entre lágrimas. Los prejuicios están ahí, pero es también están con Ismael al que no han dado ni el menor atisbo de tregua al considerar que su único objetivo en MasterChef es ganar. Bueno, es que a MasterChef se va a eso no a hacer amigos.. Se calmaron los ánimos. Ganó el equipo rojo y el de Ismael se fue a la prueba de eliminación. Volvieron a las cocinas con los ánimos más calmados, pero con la situación igual de enquistada. Ismael diciendo que ya había hablado con Gabriela; Gabriela desmintiéndole, y los demás esperando a ver si la sangres esta vez sí que llegaba al río. De momento, no llegó, pero esto no ha terminado todavía. Verás como gane Gabriela…
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