¿Puede la literatura salvarnos o, al contrario, sucumbimos bajo su acerado filo? Esa es la pregunta que plantea el francés Pierre Adrian en ‘Hotel Roma’, una íntima crónica del final del escritor italiano Leer
¿Puede la literatura salvarnos o, al contrario, sucumbimos bajo su acerado filo? Esa es la pregunta que plantea el francés Pierre Adrian en ‘Hotel Roma’, una íntima crónica del final del escritor italiano Leer
«Vendrá la muerte y tendrá tus ojos», advierte un verso inmortal que escribió el poeta del Piamonte Cesare Pavese. ¿Qué mirada debió acogerle el día que decidió suicidarse? Fue en agosto de 1950, en el Hotel Roma de Turín. La existencia era ya para él una carga insoportable. Dejó anotado: «Perdono a todos y a todos pido perdón». Resulta difícil medir el sufrimiento de la vida, el peso del final sobre un ser humano. Pavese fue uno de los grandes escritores italianos del siglo XX y falleció demasiado joven. Todos morimos demasiado jóvenes.. El novelista francés Pierre Adrian (París, 1991) se asoma en Hotel Roma a la conciencia errática de Pavese durante sus últimos días. Y lo hace desde la habitación 49, convertida en una especie de escenario metafísico. A lo largo de sus páginas hay admiración y respeto, y también un talento indudable que se sustenta en una prosa limpia y sobria, con incursiones en el mejor ensayismo; de Italo Calvino a Natalia Ginzburg, para entendernos.. Traducción de Juan Manuel Salmerón. Tusquets. 208 páginas. 19 € Ebook: 10,99 €. Puedes comprarlo aquí.. Por supuesto, Adrian no busca tanto explicar a Pavese como adentrarse en su misterio. Le ofrece su mirada aún joven y un idioma ajeno (el francés en el original, el español en la traducción) para hacerse eco de los interrogantes morales de un hombre que amó demasiado a la vida como para no comprender también la tristeza de su finitud.. El narrador sigue los pasos de Pavese con el asombro febril de lo irrevocable. Leemos: «A medida que lo acompañaba hacia la muerte, más me encariñaba con él. Mientras reconstruía minuciosamente sus últimos días, me parecía que escoltaba a un joven condenado. Quería darle una palmada en el hombro, incluso abrazarlo. Sí, quería abrazar a Pavese».. Adrian no busca reconstruir su biografía sino captar una atmósfera y reconocerse en un alma herida, en el fuego interior de un hombre agotado. Los temas son universales: la soledad y el amor, la lucha contra los demonios interiores y la creación artística. El tiempo permanece embalsamado, justo allí donde se abre el abismo de la muerte.. Hotel Roma se convierte de este modo en una meditación sobre la intimidad. ¿Puede la literatura salvarnos o, al contrario, sucumbimos bajo su acerado filo? Tampoco este libro puede ofrecernos una respuesta definitiva a la pregunta. Importa poco, porque nos encontramos ante una obra magnífica que sirve como puerta de entrada al universo emocional de uno de los más grandes escritores italianos de los últimos cien años.
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