Fue una de las supervivientes, junto a su familia, del tsunami del Índico. Ahora publica un cuento, Kokoro y el mar’, y es ponente en ‘El tiempo de las mujeres’ Leer
Fue una de las supervivientes, junto a su familia, del tsunami del Índico. Ahora publica un cuento, Kokoro y el mar’, y es ponente en ‘El tiempo de las mujeres’ Leer
María Belón (Madrid, 1966) se graduó en Medicina, montó una vida y un viaje a Tailandia estuvo a punto de llevársela por delante. Ella es una de las supervivientes, junto a toda su familia, del tsunami del Índico de 2004 e involutariamente también fue la protagonista de Lo imposible, la película de Juan Antonio Bayona sobre aquel fenómeno. Ahora, acaba de publicar un cuento, Kokoro y el mar, para colaborar con Médicos sin fronteras y también es una de las ponentes de El tiempo de las mujeres, que organiza EL MUNDO.. Han pasado 21 años del tsunami del Índico, ¿cómo ha cambiado su vida?. El cambio de mi vida ha sido paulatino, no han sido unos polvitos mágicos como todo el mundo cree que nos pasa. Yo sé que el cambio de mi vida no va a acabar hasta el día que yo cierre los ojos y me muera. Ahora le doy valor a todo lo que me pasa, ya nada es bueno o malo para mí. Intento aprender algo siempre. Eso me lo ha dado visitar la muerte y regresar.. ¿Cuál ha sido su gran despertar?. Uf, ¡qué difícil! Me voy a poner cursi, todo en la vida tiene un propósito de amor, de ayudarnos a acercarnos a la esencia de lo que somos. Y somos solo amor.. Algo más tendrá que haber ahí dentro.. Habrá cosas que nos van alejando y distrayendo, pero somos una chispa de amor universal. Yo esa experiencia la tuve bajo el mar y luego he leído para entenderla. Todas las tradiciones místicas te dicen lo mismo, que somos un manojo de amor. Antes casi todo lo que hacía era por miedo, ahora intento que sea por amor.. Usted y toda su familia sobrevivieron a un tsunami con más de 230.000 personas muertas. ¿Qué sentimiento le genera ese hecho?. Los psicólogos y la gente que ha pasado por esto lo transforma en una palabra horrorosa, muy de la cultura judeocristiana, que es la culpa del superviviente. Yo me peleé mucho con ese concepto, me levantaba y me iba cada vez que un psiquiatra me decía eso. Para mí trasciende la culpa, es un sentimiento difícil de digerir. A mí me lo solucionó mi hijo pequeño, Simón, con seis años.. ¿Cómo se lo solucionó?. Pues me vio un día llorando, me preguntó qué me pasaba y le dije que no entendía el por qué todos estábamos vivos. ¿Sabes qué me contestó? Que me planteara mejor para qué estábamos vivos. Entonces yo ahora hay muchas cosas que no sé por qué pasan, pero intento saber para qué. Y es para aprender, para crear comunidad, para ayudarnos… Yo cada día cuando me voy a dormir pienso que si he podido ser un poquito útil para los demás y he podido dejar este jardín un poco más bonito por mí está bien.. No está en su mejor momento ese jardín.. No, está pasando momentos complicados, de sequía humanitaria y con mucha mala hierba. No pasa nada, yo creo que entre todos podemos hacer un vergel y a mí esa esperanza no me la quita nadie.. «Cada vez que un psiquiatra me hablaba de la culpa del superviviente, me levantaba y me iba». Usted ha pasado diversas depresiones, voy a apelar a la María médica. ¿Qué nos pasa con la salud mental, doctora?. Nos pasa que miramos mucho para fuera y no para dentro. No estamos respetando los tiempos que necesita nuestra alma y nos agotamos. Estamos pidiéndole al cuerpo y al cerebro más de lo que puede dar. Yo he aprendido muchísimo de mis depresiones, creo que en muchos casos están para ayudarte a girar el rumbo. Esa es mi mirada, creo que nuestro nivel de vida es incompatible con el cuerpito limitado que tenemos. Estamos bombardeando el cerebro y casi tenemos el mismo que quienes solo cazaban mamuts. Ahora los mamuts entran al minuto en el móvil.. ¿Cómo se sale de ahí? Porque no es una cosa personal, es una cuestión de la sociedad que vivimos.. Pero tenemos que decir no muchas veces a muchas cosas. Como dice el poema de Mandela, ser el capitán de tu alma. Mucha gente te dice que no puede porque ganaría menos dinero o tendría menos amigos. Todo tiene consecuencias, pero…. ¿Qué ha encontrado usted en la espiritualidad?. He encontrado la esencia de lo que soy y de lo que tú también eres. De lo que somos todos, nos unifica y nos llena de paz. Y hablo de sentarse a meditar cada día una hora, que también lo hago. Encontrar el camino a tu espiritualidad es encontrar el camino a la paz. Dime, ¿quién no quiere vivir en paz?. Se me ocurren unos cuantos líderes mundiales.. A mí me gustaría tomar un café con ellos y que de verdad pudieran abrir su alma porque estoy convencida de que es gente que está muy perdida, muy confundida y con una guerra consigo mismos. Todos en el fondo tenemos algo de Trump o de Putin, lo que pasa que ellos son altavoces. Estoy segura de que la paz mundial la vamos a conseguir cuando todos encontremos nuestra paz personal porque si todos la tuviéramos nadie votaría a Putin ni Trump.. Tengo serias dudas sobre ello.. Yo creo que sí porque estamos en un momento de grandísima confusión, donde se potencia la guerra y el enfrentamiento. Pero, insisto, los humanos somos todos un manojo de amor.. «Me da mucha más pereza la vida que la muerte. Le tengo unas ganas a la muerte que no lo sabes bien». Después de lo que ha pasado, ¿sigue teniendo miedo a la muerte?. Yo viví tres procesos de muerte y te pido que esto no sea el titular, pero le tengo unas ganas a la muerte que no lo sabes bien. Me da mucha más pereza la vida que la muerte.. Pero después de estar al borde de morir y salvarse, ¿me va a decir que no le interesa seguir viviendo?. Yo ya sé lo que es la muerte y es una pasada. Por eso le tengo tantas ganas. Es como si yo te dijera que vas a hacer el viaje más brutal de tu vida ¿Tú tienes ganas de ir o no?. Depende de dónde fuese, pero en principio le diría que sí. Yo creo que lo que tenemos es miedo a la vida en general y hay que empezar a romper las mentiras que nos han contado. Los que tenemos un camino espiritual no nos podemos creer que la vida nos ha regalado otra oportunidad. Lo único duro de morir es resistirse, cuando toca, toca.. Le he leído decir varias veces que en España podemos vivir un tsunami como el que usted sufrió.. No es que pueda venir, es que va a venir. Cada vez va a haber más inundaciones y el tsunami al sur de España llegará. No sé si a mí me va a tocar verlo en mi cortísima vida, pero llegará. Entonces preparémonos, como hacen en Japón, porque va a provocar dolor. Tenemos que dejar esta cultura del grito y el lamento y estar preparados,. Habrá quien le diga que está exagerando con esa predicción.. Es una realidad, a mí me hace gracia la gente que dice eso de ‘cuando venga el cambio climático’. Pero que ya estamos ahí, cómo hay gente que lo niega. Negar el cambio climático es como negar que existe el sol. Hay quien dice que esto va a asustar al turismo, pero Tailandia después del tsunami triplicó su tasa de turismo. Es absurdo. P. ¿Cuál es la pregunta más impertinente que le han hecho? ¿Y qué respondió?. R. En Galicia hice una entrevista en la que dije, dentro de un contexto, que mis hijos repetirían el tsunami. Fue el titular aunque pedí que no y muchos periodistas me han vuelto a preguntar. Unos con respeto y otros no. Cuando lo han hecho sin respeto les he mandado a tomar por saco.
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