Afronta el robo de bebés en España en su nueva novela y defiende su feminismo libre: «No quiero que nos cuiden de más, no somos imbéciles» Leer
Afronta el robo de bebés en España en su nueva novela y defiende su feminismo libre: «No quiero que nos cuiden de más, no somos imbéciles» Leer
Marta Robles (Madrid, 1963) lo ha vivido todo en su profesión, del éxito como presentadora a los tiempos del abuso institucionalizado, y ha salido siempre impecable. De un tiempo a esta parte, pese a seguir ejerciendo de tertuliana y columnista, la escritora ha ido comiendo terreno a la periodista aunque ésta asoma en la temática de cada novela. Publica ahora ‘Amada Carlota’ [Espasa], con los bebés robados durante el franquismo y la Transición como hilo conductor y los responsables reales con nombres y apellidos. «No sé vivir sin pisar charcos y este es otro», explica sonriente.. Los casos de los 80 son especialmente indignantes porque ya estábamos en democracia.. Sí, pero muchas secuelas del franquismo seguían vigentes. La violación es un arma de guerra contra las mujeres durante los conflictos y, cuando acaban y alguien accede al poder de manera violenta, el robo de bebés es el arma contra las mujeres de todos los regímenes totalitarios. Ha pasado en España, en Argentina, en El Salvador, en el Congo… Realmente ha pasado en todos lados y luego, cuando esos regímenes caen, cuesta desmontar esas estructuras.. Porque están muy organizadas.. Claro, y con el apoyo del poder. En el caso del franquismo, las teorías eugenésicas y supremacistas estaban muy extendidas por Europa a mediados del siglo XX y fueron el caldo de cultivo de muchas cosas. En España, tras la guerra, a la cabeza de los servicios psiquiátricos de Franco está Antonio Vallejo-Nájera, un hombre al que se ha tenido mucho tiempo como si fuera alguien extraordinario, pero que tiene libros de eugenesia y cuyas teorías supremacistas vienen de que estudió en Alemania y simpatizaba con el nazismo. Las teorías supremacistas, sean ideológicas o morales, siempre sirven para justificar lo injustificable. Vallejo-Nájera tenía la teoría del gen rojo que pretendía demostrar que cualquiera que se relacione con el marxismo es un degenerado social, moral e intelectual. Es absolutamente descabellado, pero cumplía con su objetivo.. ¿Cuál era?. Si aplicas esa teoría a las madres republicanas, como hizo él en la cárcel de Málaga, ya tienes la justificación para quitarles los bebés. Estas señoras no son válidas para criar a sus hijos, me los llevo y se los doy a familias ‘buenas’ que los adoctrinen a nuestro favor. Si a esto le sumas que había una supremacía moral por parte de la Iglesia, porque en ese inicio del régimen se otorgó a la Iglesia católica el poder de que las monjas dirigieran los centros sanitarios, ya tienes todo el sistema atado. Pilar Primo de Rivera, jefa de la Sección Femenina, decía que las mujeres tienen que hacer lo que diga el hombre y si te pega tu marido, te aguantas; los consejos los daba Elena Francis, que era un señor con bigote , y las monjas quitaban los bebés a las chicas descarriadas y sin posibles. Ese era el panorama de la mujer en el franquismo.. Y después.. Sí, el robo de bebés se mantuvo durante muchos años de democracia convertido ya en negocio. Se desprovee de la supremacía ideológica o moral y queda el burdo negocio. ¿Y qué pasa? Que como los políticos están, una vez más, enzarzados en lo suyo, se olvidan de ciertas cositas como cambiar la ley de adopciones hasta 1987 y a los malos les siguió siendo relativamente fácil hacer sus trapicheos con los niños. Es increíble.. La sombra del franquismo no acaba de desaparecer.. Sigue estando muy presente hoy, lo cual me resulta insólito. Yo tenía 12 años cuando murió y me parece inaudito que los políticos sigan trayendo a Franco a colación. Una cosa es que miremos el pasado para no repetir los errores en el presente ni en el futuro, pero que se utilice como arma arrojadiza y que se trate de polarizar España me molesta. Otra vez uno es el bueno, otro es el malo y yo soy mejor que tú. Y cuidado porque todo esto hace que vuelvan las teorías supremacistas y yo me echo a temblar porque siempre que hay un conflicto y surge una teoría supremacista, el paso atrás lo damos las mujeres y los derechos que se recortan son los nuestros.. ¿Te refieres al auge de la extrema derecha?. Bueno, no sólo, lo veo en todas partes. Por ejemplo, una de las cosas que me parece supremacismo ideológico contra las mujeres es el hecho de tratar de cuidarnos de más y eso suele venir desde la izquierda. Nosotras no somos imbéciles. Como dijo Clara Campoamor cuando el PSOE no quería dejar votar a las mujeres porque estaban muy influidas por la Iglesia, dejadlas que se equivoquen. Yo no quiero que nadie, ni de aquí ni de allá ni de acullá, me proteja ni que decida por mí. Ya me equivoco yo sola, gracias.. Marta Robles posa para la entrevistÁngel Navarrete. A menudo se habla de tus novelas como feministas.. Son novelas reivindicativas. Yo me considero feminista, pero hay un problema muy grande y es que cuando todo es feminismo, nada es feminismo. Tú no puedes venir y decirnos que feministas sólo son las morenas con ojos verdes, el feminismo es un movimiento social para todas las mujeres, independientemente de su pensamiento político, de su estrato social y de sus convicciones. En el momento en que algunas presuntas feministas se creen mejores que otras y tienen el valor de decir que si tú no eres como ellas, no eres feminista, creas un roto en el feminismo, pones a mucha gente en contra y retrocedes más que avanzas.. ¿Justifica eso el creciente antifeminismo entre los hombres jóvenes?. No lo justifica, pero ayuda a explicarlo. Esa deriva antifeminista de los jóvenes me inquieta muchísimo, porque nos ha costado una barbaridad y la lucha de muchas generaciones de mujeres llegar a donde estamos. A lo largo de la historia, las mujeres hemos ocultado abusos, sometimientos y manipulaciones. Y hemos callado por una razón: porque las mujeres estábamos divididas entre mujeres buenas y mujeres malas, que era un concepto que siempre tenía que ver con su honra. Hemos callado toda suerte de tropelías y de secretos durante siglos para que no nos consideraran mujeres malas o histéricas. Nos ha costado muchísimo llegar hasta aquí, a poder decir: «Perdona, no soy mala ni estoy loca por hacer lo mismo que tú».. La doble vara de medir en todo lo que tiene que ver con el sexo.. Exacto. Un personaje del libro es una mujer que comete una infidelidad, que es algo que aún parece que es justificable en un hombre y pecado en una mujer. Aunque hemos mejorado mucho, siguen vigentes la manipulación, el abuso, las apariencias… Otra trama del libro, que es ficción pero perfectamente real, es la de un profesor que, en la actualidad, abusa de sus alumnas y el problema que ellas tienen para denunciar es otra vez la honra. Después del MeToo, las mujeres siguen aterradas pensando en que pueda salir a la luz en redes un vídeo sexual. Si es de un chico, alguno hasta le da la enhorabuena, pero ellas inmediatamente van a estar señaladas. Es el mismo cuento de siempre. Hay dos palabras que no puedo soportar: una es puta y la otra es histérica. Y las mujeres seguimos escuchando ambas de manera recurrente.. Desde que empezaste a trabajar hace casi 40 años, ¿cuánto hemos avanzado realmente?. El problema es que se siguen manteniendo mucho las apariencias y las apariencias matan. Con la familia convencional pasa como con los malos, que creemos que tienen cara de malos, pero luego es gente normal con la que tomamos café. Hay muchas barbaridades que están resguardadas por las puertas de las casas, familias que están llenas de horrores, abusos y manipulaciones. Todo eso sigue existiendo. Es verdad que ahora, sobre todo las que vivimos en este mundo pequeñito de occidente y de grandes ciudades, tenemos más derechos y podemos denunciar con cierta facilidad, pero me muero de pena viendo a tantas mujeres mayores de 65 años que sufren violencia de género o son asesinadas. Mujeres que se han pasado toda la vida calladas por vergüenza, porque aun siendo víctimas tenían esa carga de culpa: «Algo habré hecho mal». U otra cosa terrible: «Nadie me va a creer». Eso las ha mantenido absolutamente enjauladas y sigue pasando.. ¿Tiene solución?.. Que las mujeres se sientan poderosas y sepan que cuando se atreven a hablar el mundo cambia. Y de qué manera. Queda mucho cambio por hacer. En mi caso, en todo ese tiempo que me preguntabas antes que llevo trabajando, he sufrido de todo y desde el principio. El machismo, la cosificación… El primer programa que presenté fue un éxito, pero me dijeron que no me podían poner como directora porque tenía 28 años, era mujer y que hay cosas que no pueden ser. Desde ahí, he vivido de todo. Desde encerronas de índole sexual para intentar que no tuviera escapatoria a que, cuando trabajaba en la revista Tiempo, un jefe tuviera la ocurrencia de darme dos azotes en el culo.. ¿Qué hiciste?. De las encerronas escapé y al de los azotes, me volví y le di dos tortas. Yo he sido siempre muy bruta y tengo este carácter, pero podía haber sido una víctima más de esos tipos que abundaban y habrán dejado unas cuantas. Ahora las cosas en los ambientes laborales, por suerte, son muy distintas, se nos tienen otro respeto. A veces hasta demasiado. Siempre pienso que nos vamos de un extremo al otro. Me molesta que todo tenga que ser políticamente correcto, que no quepa una broma, que todo sea sospechoso de ser abuso o acoso. Creo que no es necesario, pero, claro, si hay que elegir entre esto y lo anterior, me quedo con lo de ahora aunque no me vuelva loca.. Sigues en la tele pasados los 60, eso es otro logro.. Sí, yo edadismo no he sufrido aunque también tiene que ver con mi aspecto. Seamos sinceros, no represento a las mujeres de mi edad. Si tuviera otro físico, sería diferente. También te digo que mi apariencia y salir en la tele me ha hecho mucho daño en el ámbito literario. Llevo escribiendo desde el año 91, tengo publicados 20 libros absolutamente rigurosos, he ganado premios de todo tipo y no he escrito una gilipollez en mi vida y, aun así, sigo siendo la de la tele. Debe ser porque soy rubia, que a estas alturas de mi vida ya soy rubia teñida…
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