En los relatos de ‘La máquina de hacer pájaros’, hechos de imaginación y referencias de la infancia que nos llevan a un rincón de su mente, la escritora experimenta, prueba y se arriesga con feliz resultado Leer
En los relatos de ‘La máquina de hacer pájaros’, hechos de imaginación y referencias de la infancia que nos llevan a un rincón de su mente, la escritora experimenta, prueba y se arriesga con feliz resultado Leer
Una manera de explicar La máquina de hacer pájaros, libro de cuentos de Natalia García Freire (Cuenca, Ecuador, 1991) -autora de dos novelas, Nuestra piel muerta y Trajiste contigo el viento, sería decir que son cuentos donde se explora el universo familiar pero desde otro lugar. Son cuentos de relaciones llenos de pájaros: urracas, dodos, pollos, pájaros muertos, pájaros de mal agüero; hay personajes que lo saben todo de los pájaros, como Julita, de «Amor mío, corazón de otro» -lo de los títulos de los cuentos merece una mención, anoto dos más: «Cómo desaparecer completamente», «Tecnocumbia para el fin del mundo»-, que ha leído todo sobre pájaros.. «Sabe que el corazón de un colibrí puede latir setecientas veces por minuto, sabe que los polluelos tienen un diente cuando están dentro del huevo para romperlo y salir, sabe que algunas aves se emborrachan con los frutos maduros y que las gaviotas de arenque tienen una manchita roja en el pico que hace que las crías las picoteen para que ellas les regurgiten la comida».. Páginas de Espuma. 112 páginas. 16 € Ebook: 7,49 €. Puedes comprarlo aquí.. Algunos personajes van de un cuento a otro, reaparecen, no es que se desarrollen más, diría que se nos enseña para que sepamos que estamos ante el mismo paisaje humano, en el mismo terreno familiar, que es a la vez indeterminado y concreto. Hay una especie de borrado de elementos que permitan saber dónde estamos, y a la vez, está lleno de guiños pop: telenovelas, tecnocumbia, las canciones de Selena, de Britney Spears y Luz Casal, el astrólogo Walter Mercado y el efecto 2000.. Así que más o menos sabemos dónde estamos: en un rincón de la mente de la escritora Natalia García Freire, un territorio mítico y singular, que sólo existe cuando se lee después de que se haya escrito y donde convive lo imaginario con las referencias de la infancia.. Si intentamos aplicar la tesis sobre el cuento de Piglia a los relatos de García Freire, la segunda historia no termina de desvelársenos nunca, de modo que el misterio queda sin resolver. Otro de los aciertos del libro está en el tono: los temas pueden resultar de terror (violaciones, secuestros, amores imposibles, muerte, locura), pero el tratamiento los aleja del tremendismo y los lleva al humor o a la plasticidad por la vía del extrañamiento.. Hay un juego autorreferencial: el primer y el último cuento tiene como protagonista a una escritora. En «Cómo desaparecer completamente», que cierra el volumen y es donde la escritora se entrega al humor de manera inequívoca, se inlcuye una crítica al trabajo de esa escritora: «Todas las protagonistas parecen muertas. La autora quiere ser cómica y sórdida, pero no consigue ni una cosa ni la otra», dice que escribió un crítico.. Para La máquina de hacer pájaros valdría con un leve cambio: «Todos los protagonistas parecen muertos. La autora quiere ser cómica y sórdida, y consigue una cosa y la otra». Natalia García Freire experimenta, prueba, se arriesga y el resultado es feliz: la muerte, como a sus personajes, ha dejado de importarnos.
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