Pocas entrevistas hay más divertidas como las de Pablo Motos y Javier Cámara. Cuando son actores los que van a El Hormiguero es difícil saber si realmente se lo están pasando bien, si lo único que quieren es hacer la promoción y listo, o si realmente lo están disfrutando como parece. En el caso de Javier Cámara no hay ninguna duda de que va a El Hormiguero y se lo pasa de puta madre.. Seguir leyendo
Siempre que Javier Cámara va a El Hormiguero el programa se vuelve una locura surrealista. Pablo Motos y el actor, que se adoran, tienen un juego que engancha al espectador: el de soltarse pullas a diestro y siniesto. Anoche, a Pablo Motos se le fue de las manos
Pocas entrevistas hay más divertidas como las de Pablo Motos y Javier Cámara. Cuando son actores los que van a El Hormiguero es difícil saber si realmente se lo están pasando bien, si lo único que quieren es hacer la promoción y listo, o si realmente lo están disfrutando como parece. En el caso de Javier Cámara no hay ninguna duda de que va a El Hormiguero y se lo pasa de puta madre.. La relación de Pablo Motos y Javier Cámara no sabemos cómo es detrás de las cámaras, pero delante es como la de aquellos amigos que no se ven en mucho tiempo y que, cuando se reencuentran, todo fluye como si no se hubieran separado jamás. Ya pasó la última vez que el actor estuvo en El Hormiguero y volvió a pasar anoche. De hecho, es tal ese feeling entre presentador y actor que ellos mismos pierden la noción de dónde están y qué es lo que están haciendo.. No son solo las pullas que se sueltan el uno al otro. No es solo que Pablo Motos se líe la manta a la cabeza y le meta unos zascas a Javier Cámara que le dejan tiritando. No es solo que Javier Cámara se la devuelva siempre multiplicada por cien; es, en realidad, que cuando se juntan el hambre con las ganas de comer, surgen programas tan estrambóticos y excepcionales como el El Hormiguero de anoche. Creo que se nos olvida muchas veces lo que es que la televisión te arranque una emoción y más cuando esa emoción es la risa. Pues con Pablo Motos y Javier Cámara eso es lo que sucede, siempre sucede.. Nada más arrancar la noche, Pablo Motos le hizo entrega a Javier Cámara del famoso reloj que El Hormiguero regala a los invitados que son Infinity (los que han estado 20 veces en el programa). ¿Y qué hizo Javier Cámara? (si es que hay que quererle sí o sí): pedir permiso a Pablo Motos para subastar el reloj en una subasta para recaudar dinero para los enfermos de ELA. Deseo concedido.. Y entonces comenzó la lluvia de zascas. Así, sin más, Pablo Motos le preguntó a Javier Cámara si sabía lo que era la finasterida, un fármaco que se utilizaba para la próstata y que, tras un estudio, se descubrió que ayudaba a que creciera el pelo. Pablo Motos se lo puso él mismo a huevo.. —¿No sabes lo que es? Los que empezaron a tomarlo, aunque no les funcionaba para la próstata, no querían dejar de tomarlo porque les salía pelo. Fue lo primero que se encontró que lo hacía salir. A ti te pilla tarde —bromeó Motos.. —Eso sobraba, qué gratuito… Me regalas un reloj y ahora me faltas al respeto. Es alucinante —le respondió el actor entre risas. El show acababa de comenzar.. —Lo digo porque hablamos del pelo y veo que ya, en tu caso, da igual que te las tomes —le soltó Pablo Motos como respuesta.. —El caso es que has hecho un chiste faltándome al respeto. Siempre que vengo, siempre me das zascas —le dijo Javier Cámara entre risas. Él tampoco se iba a quedar corto.. Según el actor, Pablo Motos anoche estaba más majo y divertido que en otras ocasiones. La razón, según Javier Cámara, era que la serie que fue a presentar anoche, Yakarta, en la que interpreta a un entrenador de bádminton, le ha gustado de verdad al presentador. Según Cámara, las otras veces que ha estado en El Hormiguero no le había visto tan contento.. —Tienes una ventaja, que no eres más tonto porque no naciste un día antes —le espetó Pablo Motos, provocando de nuevo a Javier Cámara, que se la devolvió con la mano abierta.. —No nací un día antes como tú. Lo que me gusta es que cuando te hago una bromita como esta, me lanzas unos zascas…. Eso sí, si esto os parece de traca, el momento de la noche fue cuando Pablo Motos sacó a jugar al bádminton a Javier Cámara. Al parecer, para prepararse el papel de Yakarta, Javier Cámara ha estado entrenando con jugadores que han jugado hasta con Carolina Marín. Pese a tener el 80 % del menisco de una de sus rodillas reventado, Javier Cámara le confesó a Pablo Motos que se le da de muerte el bádminton y que su punto fuerte es el saque. Pues dicho y hecho, Pablo Motos tenía todo preparado para que Javier Cámara le machacara.. Le entregó su raqueta, el volante (como se llama la pelota del bádminton) e improvisó una pista. Pero, en ese momento, Javier Cámara decidió ilustrar con sus conocimientos a los presentes. Le preguntó a Pablo Motos si sabía de qué ala del ganso provienen las plumas que se utilizan para fabricar los volantes. Nada más que eso. La respuesta de Pablo Motos fue la demostración más clara de que, cuando el programa se convierte en un rato entre colegas, ocurren cosas como ésta.. Pablo Motos, tras liarla anoche en El Hormiguero.ATRESMEDIA. —De la polla —espetó Pablo Motos, que dejó a Javier Cámara y a las hormigas estupefactos.. —Pero Pablo, ¿qué te ha pasado? —le dijeron Trancas y Barrancas, mientras Javier Cámara no salía de su asombro.. —¿Qué ha pasado? ¿Qué te has tomado? —le repetían las hormigas.. Javier Cámara no se lo podía creer.. —O sea, o sea… Perdona… ¡Se ha acabado el programa! He avisado a un montón de niños que vean el programa. ¡Pero qué estás haciendo! ¿En qué te has convertido? —le preguntó incrédulo Javier Cámara.. —No lo sé. ¿Por qué me haces esa pregunta? —intentó salir del atolladero Pablo Motos.. Lo bueno es que, estando los dos juntos, Pablo Motos la lía y, al minuto, la está liando Javier Cámara. Y así fue. Se pusieron a jugar al bádminton y, tras un par de volantes, Pablo Motos, al que no le gusta perder ni a las chapas, le lanzó una a Javier Cámara, que acabó deslizándose por el suelo y cayéndose de culo. No sé cuántas veces repitieron el momento del guarrazo de Javier Cámara. «Tenía el menisco al 80%, pues ya no tengo nada», confesó el actor.. Se volvieron a sentar, se volvieron a reír el uno del otro, se volvieron a lanzar zascas que se escucharon en toda la calle Alcalá. Porque con ellos dos juntos es como la pólvora y la chispa. Irremediable no saber qué es lo que puede terminar pasando. Anoche, le tocó a Pablo Motos salir escaldado y dejarse llevar; a la siguiente, porque habrá siguientes, le tocará a Javier Cámara. Es que, entre pillos anda el juego.
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