Tiene 81 años, pero no se inmuta. Nuevo disco, nueva gira y el mismo carácter: «Con la voz que tengo, voy a seguir cantando hasta el último día» Leer
Tiene 81 años, pero no se inmuta. Nuevo disco, nueva gira y el mismo carácter: «Con la voz que tengo, voy a seguir cantando hasta el último día» Leer
Raphael (Linares, 1943) tiene 81 años y a veces es difícil decidir si son pocos, por todo el tiempo que lleva aquí, o muchos, por la vivaz energía con la que te recibe y por su incesante actividad. Su nuevo disco, ‘Ayer… aún’, es una colección de versiones de clásicos franceses y en diciembre acaba una gira para, de inmediato, empezar otra en 2025. Al acabar, bromea con que nos encontramos cada año, el ritmo al que estrena proyecto, y advierte: «No te vas a librar de mí, te quedan unas cuantas entrevistas por hacerme».. El más español de los españoles cantando a Francia como un buen vecino.. Yo siempre me he llevado muy bien con Francia, desde el principio de mi carrera. Sobre todo, a la que he admirado siempre ha sido a Édith Piaf. Cuando dejé de cantar en el coro a los 10 años, me enamoré de la canción francesa, con 12 o 13 años no escuchaba otra cosa, y este es mi homenaje a las maravillas que tienen. Durante mi carrera he hecho versiones en español de canciones francesas que fueron un éxito tremendo, como por ejemplo ‘Ma vie’, de Alain Barrière, pero nunca había entrado en mis ídolos: Piaf, Gilbert Bécaud, Charles Aznavour, Jacques Brel…. Los ídolos tienen ídolos.. Claro, yo tengo muchos ídolos que me llenan la vida de bonitas cosas y palabras hermosas. Escuchar a Brel cantando ‘Ne me quitte pas’ es una de las cosas que me hace feliz. Y Piaf siempre ha sido especial porque no se la puede comparar con nada. No es una cantante de escenario, es una cantante de la calle, es el alma de la canción. No era una mujer guapa, se murió jovencísima y parecía que tenía 80 años, pero lo llenaba todo. Siempre cantó al amor, pero al amor desesperado y a mí siempre me atrajo. La gente no sabe que tenemos una conexión. Me contrataron, al principio de mi carrera, para ser su telonero en las Fallas de Valencia, pero se puso enferma, no pudo ir y mandaron a Juliette Gréco. Aún tengo guardado el afiche promocional con nuestros dos nombres. Me quedé un poquito picado y cuando me contrataron para actuar en el Olympia de París, en 1967, pensé: «Esta es la mía, al fin voy a conocerla». Y tres meses antes del concierto se murió. Se me ha quedado dentro eso.. Cuando hace repaso de su vida, ¿se le han quedado más cosas pendientes?. No, mi vida ha sido plena. Además no soy una persona que esté todo el rato hablando del pasado, no soy un nostálgico y nunca lo he sido. La pregunta que me hago cada noche es: «¿Y mañana, qué?». Fíjate en todo lo que he logrado, pero me da igual. ¿Y mañana, qué? Soy un hombre del mañana aunque no dejo de reconocer las cosas buenas que había antes y en cuestión de artistas había maravillas.. ¿Le interesa la música actual?. No. Hay mucha gente en activo que me gusta, por supuesto, pero ya son también mayorcitos. A los chavalitos hay que dejarles su sitio, su tiempo y que nos demuestren lo que valen o lo que pueden llegar a ser. A mí me llegó mi oportunidad y deseo que le llegue a todo el mundo. Bueno, a todo el mundo que se lo merezca. Lo que pasa es que lo que se hace ahora ya me pilla mayor y no me interesa, pero seguro que todavía hay gente que llega para quedarse. Yo llegué para quedarme, eh.. Empezaba a sospecharlo.. Te lo digo por si no lo habías notado. Me lo merezco, ¿no?. Usted me dirá.. Sí, me lo merezco.. ¿Qué le diría al Raphael del Olympia en el 67?. La que te espera, macho, la que te espera [risas].. ¿La que le espera para bien o para mal?. Me encanta mi vida, me encanta el escenario y a mí no se me puede preguntar, aunque me lo peguntan, cuándo me retiro. Nunca. Es verdad que algún día me tendré que marchar, porque la muerte es inevitable, pero con esta voz que tengo voy a seguir hasta el último día.. ¿Siente que, en cierto modo, ya es inmortal?. No me paro a pensar en mi legado ni en lo que ya he logrado porque la vida dejaría de tener interés para mí. Ya estaría todo hecho. No lo pienso y así cada día es un reto, cada escenario importante es un reto y cada gira es un reto. Yo antes cantaba en teatros y ahora canto en estadios. No seguiría siendo una estrella si me parase a pensar en mi leyenda. Además, hay que tener cuidado con esas cosas, nunca te puedes fiar, ni siquiera yo. En esta profesión, nunca se sabe.. ¿Se reconoce en el mito que hay alrededor de Raphael? ¿Se ríe de él?. No, reírme de mí mismo, nunca. Ese mito me lo he trabajado. Me siento una persona reconocida y es muy bonito ver que la gente me tiene en estima, que cuento para ellos, que me reciben en pie. ¿Cómo quieres que no me emocione cuando entro en un sitio y me ovacionan? Es un lujo que hace que cada vez esté más motivado. Cuando termino un concierto que ha sido un gran éxito, yo mismo me digo: «Ahora, a ver el próximo». Me lo estoy poniendo muy difícil a mí mismo. Pero, vamos, el mito Raphael es un hombre casado felizmente, con hijos y unos nietos maravillosos, que desayuna todos los días como cualquiera y si tuviera que bajar a comprar el pan, bajaría. Lo que pasa es que no me dejan. ¿Quién no le deja?. La familia. Cuando pido pan, ya está ahí.. Raphael posa para la entrevista.SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL. Va a empezar otra gira. Durante años, las habitaciones de hotel y los aviones fueron su pesadilla, en ellos empezó a beber y el alcoholismo le obligó a un trasplante de hígado en 2003. ¿Les ha perdido el miedo?. ¿Sabes lo que pasa? Me gusta tanto salir al escenario una vez más y otra vez más y otra vez más que me dan exactamente igual los inconvenientes que, como bien dices, son los viajes y las habitaciones. Hay en ellos unos fantasmas del pasado que siempre están, pero ya superé todo aquello. Además, fíjate que antes salías de gira y perdías la conexión con todo el mundo. Estabas solo con tus miedos. Ahora ya no tiene nada que ver. Llevar el teléfono es como si estuviera en mi casa todo el día porque estoy cada minuto preguntando cosas a mi mujer y a mis hijos. Llamo todos los días, parece que estoy hasta participando de la comida: «¿Estáis comiendo ya? ¿Quién ha ido hoy? ¿Han preguntado por mí?».. ¿Es un abuelo baboso?. Yo seré la primera palabra que tú has dicho, pero no baboso. Eso no. A mí nadie me llama abuelo, mis nietos me llaman por mi nombre. Yo no se lo he pedido, pero desde que nacieron me llaman Raphael, como todo el mundo.. Es de esas celebridades que no necesita nada más que un nombre propio: Raphael, Pelé, Rosalía o Conan. No hay tantos.. Bueno, eso está un poquito buscado. Cuando era jovencillo quería llamarme sólo Rafael y el inconveniente que tenía mi nombre es que era demasiado corto para las carátulas y los carteles. Al ponerle la ‘ph’ se alargaba lo suficiente para que se me leyera en todas partes y, además, en todos los idiomas. El ‘ph’ funciona en Alemania, en Francia, en Inglaterra, en América… Mi manager me decía que tenía el inconveniente de que en Andalucía me llamarían Rapael. Pero nadie me ha llamado Rapael en la vida excepto mi mayor fan, Rocío Jurado, y ella tenía potestad para llamarme como le diera la gana.. Dice que mira al presente y al futuro. ¿Le preocupa lo que ve en España?. Hombre, nos debe preocupar a todos. Tenemos problemas y hay que arreglarlos. Yo he vivido muchas cosas y sé que no estamos tan mal, pero lo veo, claro, desde el punto de vista de una persona que tiene la vida solucionada. Sé que hay muchísima gente que no tiene las cosas arregladas y eso no puede ser. Yo no me meto en política nunca, pero da la sensación de que ni unos ni otros dan las respuestas que la gente necesita y eso es malo porque permite que aparezcan otros más peligrosos.. ¿A qué se refiere?. Mira lo que ha pasado en Valencia. Es una tragedia de la que no tiene la culpa nadie porque estos desastres naturales irán pasando cada vez más porque el planeta está como está y ya sólo va a estar peor. Pero cuando la respuesta de las autoridades no es la esperada, aparecen los de los bulos y el negacionismo, que son un peligro. No entiendo cómo hay gente que se permite el lujo de dudar del cambio climático. ¿Pero usted me está hablando en serio? ¿Usted se cree que esto es una casualidad y vamos a estar bien toda la vida? ¿Usted sabe más que miles de científicos? La realidad es que vamos a peor y hay que arreglar las cosas antes de que sea tarde. Lo de los bulos en Valencia ha sido tremendo. Muy triste.. ¿Le duele España, como a Unamuno?. No. Adoro España, ni me duele ni me dolerá nunca. La adoro con sus cosas buenas y malas, por eso estoy deseando que las malas se arreglen y las buenas, que son muchísimas más, sigan. Hemos salido de situaciones peores y creo que también saldremos de esta.
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