El maestro de historiadores publica ‘Sangre en la nieve’, un relato sobre la Revolución que ilumina desde el presente la convulsión que cambió el mundo. «Esa época inventó el Estado de partido único y el Estado del terror» Leer
El maestro de historiadores publica ‘Sangre en la nieve’, un relato sobre la Revolución que ilumina desde el presente la convulsión que cambió el mundo. «Esa época inventó el Estado de partido único y el Estado del terror» Leer
«Hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas». La cita atribuida a Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, expresa con brillantez la enloquecida aceleración histórica que supuso la Revolución rusa de octubre de 1917, que liquidó uno de los imperios más longevos del planeta y vio nacer una dictadura implacable de un tipo inédito en medio de horrores sin nombre.. Sangre en la nieve (Debate), del maestro de historiadores británico Robert Service, de 77 años, aporta a la inabarcable bibliografía sobre la Revolución rusa un nuevo enfoque que, sin descuidar la atención a la danza cosaca de las intrigas políticas, persigue también el impacto demoledor de los acontecimientos en la vida cotidiana de la gente común gracias al rescate de toda clase de diarios y cartas desconocidos hasta ahora. Fue precisamente en una década, entre 1914 y 1924, cuando entre guerras mundiales, revoluciones y contiendas civiles, el mundo tembló y ya nada volvió a ser igual.. Ha escrito una docena de libros sobre la Revolución rusa. ¿Este que publica ahora es, como lo ha descrito la crítica, la obra de toda una vida?. Bueno, sin duda es un libro en el que he estado pensando durante mucho tiempo. Comencé a investigar sobre Rusia cuando hacía mi doctorado, y he regresado una y otra vez a la Revolución rusa, escribiendo sobre Lenin, luego sobre Stalin, y también sobre Trotski. Pero algo a lo que estoy profundamente comprometido es a ver Rusia en una perspectiva de larga duración. No se puede entender la Revolución rusa sin conocer lo que ocurrió antes: la Gran Guerra y los siglos de historia rusa anteriores al siglo XX. Y también creo que ayuda saber lo que ocurrió después, incluso hasta nuestros días. Así que me parece fundamental moverse hacia atrás y hacia adelante en el tiempo. Nunca me he encerrado únicamente en el año 1917: eso es clave si queremos comprender lo que realmente ocurrió entonces porque, al fin y al cabo, fue un acontecimiento de importancia histórica mundial. La Revolución rusa inventó el Estado de partido único, el Estado de ideología única, el Estado del terror. Y ese modelo fue replicado en los países comunistas durante las décadas siguientes. También fue imitado desde la derecha por los despotismos totalitarios de los fascistas y los nazis en Europa, en América del Sur y en otros lugares.. ¿Qué aprendió de la letra pequeña de los diarios y cartas de la gente corriente que no aparecía en los archivos del Comité Central?. Ese fue uno de los descubrimientos que realmente hicieron que valiera la pena escribir este libro. Pasé muchos años investigando a Lenin, Stalin, Trotski, Nicolás II…Personajes que operaban en las esferas más altas del poder. También consulté encuestas sociológicas de la época revolucionaria que cuantificaban la opinión pública. Pero acceder a los diarios personales de gente que no escribía para el público, sino únicamente para sí misma, fue algo muy distinto. Estas personas no esperaban que sus diarios se publicaran algún día. No intentaban convencer a nadie; simplemente trataban de entender los acontecimientos y plasmarlos en papel, para procesarlos ellos mismos. Eran personas comunes, que vivían vidas ordinarias, y sus testimonios muestran que los rusos eran tan diversos como cualquier otro pueblo europeo. No eran seguidores robóticos de una moda ideológica. Eran individuos que pensaban por sí mismos y tomaban decisiones propias.. ¿En 1914 Rusia no quería la revolución?. Muchos de ellos no eran necesariamente revolucionarios, pero sí querían deshacerse del zar. Todos, en general, ansiaban la caída de Nicolás II. En su mayoría deseaban que el Gobierno Provisional de 1917 tuviera éxito, y se sintieron decepcionados. Muchos estuvieron incluso dispuestos a darle una oportunidad a la Revolución de Octubre de Lenin… pero terminaron profundamente desilusionados. Entonces los rusos se vieron obligados a aprender a sobrevivir. A encontrar maneras de adaptarse. Por ejemplo, algunos aceptaban trabajos bajo el nuevo régimen comunista, pero eso no los convertía en comunistas. Eran simplemente personas intentando salir adelante, alimentar a sus familias y llevar la mejor vida posible. Podían seguir creyendo en el cristianismo, o aspirar a una sociedad más liberal. Y eso, creo, explica en parte lo que ocurrió más tarde en la Rusia comunista. También explica por qué, de repente, en 1991, cuando el comunismo colapsó por completo, millones de rusos dijeron: «Somos cristianos», o «somos musulmanes», o «no queremos un dictador en el poder». No se puede saber realmente lo que ocurre en una sociedad hasta que cae un régimen opresivo. Y si algún día Putin cae, ocurrirá algo parecido. Entonces veremos que muchas de esas encuestas sociológicas que lo presentan como el hombre más popular de Rusia no reflejaban la realidad. Las sociedades son siempre más vivas, más críticas, más diversas que la imagen oficial y pública que se permite mostrar en su momento.. Entre febrero de 1917, cuando cae la monarquía, y octubre, con el golpe bolchevique, ¿es posible que Rusia viviera los únicos escasos meses de democracia en toda su historia?. Fue una breve ventana de democracia. Los ministros del Gobierno Provisional intentaron transferir tanto poder como pudieron a los niveles inferiores de la administración y a la sociedad civil. Rusia se convirtió, durante la Gran Guerra, en el país más libre de todos los que participaban en el conflicto. Fue un fenómeno extraordinario. Sin embargo, esa misma democracia contribuyó a debilitar la posibilidad de supervivencia del Gobierno Provisional. Todos los sectores de la sociedad aprovecharon la ocasión para impulsar sus propias ideas, organizar sus grupos y movilizar a sus simpatizantes, a menudo enfrentándose entre ellos. Rusia se convirtió en un torbellino de conflictos en 1917. Dicho esto, hubo enormes avances democráticos ese año.. ¿Por ejemplo?. Era posible fundar un partido político prácticamente con cualquier ideología, si así se deseaba. El otro momento en que Rusia experimentó un episodio democrático fue a finales de los años 80, bajo Mijaíl Gorbachov, y también, podría decirse, bajo Borís Yeltsin en los primeros años 90. No es que los rusos sean, digamos, una rareza biológica condenada al autoritarismo. Lo que ocurre es que tienen una larga tradición de regímenes represivos, y están acostumbrados a tener que lidiar con ellos. Pero ha habido momentos en que han disfrutado de libertad. Lo que nunca han tenido son circunstancias verdaderamente favorables para que esa democracia eche raíces y se consolide. Simplemente, han tenido muy mala suerte: siempre ocurría algo desastroso al mismo tiempo que acariciaban la libertad.. Reivindica usted al denostado Kerenski.. Kerenski es una figura interesante. Creo que ha sido muy vilipendiado por algunos historiadores y, en general, no se le ha prestado la atención que merece. Heredó una situación casi imposible. Si lo pensamos bien, Rusia estaba en guerra, y los alemanes avanzaban militarmente cada vez con más éxito a lo largo de 1917. Kerenski repetía una y otra vez: «No podemos resolver todos los problemas sociales mientras estamos en guerra, porque necesitamos reclutar soldados, enviarlos al frente… y muchos de ellos seguirán muriendo». En ese contexto, los campesinos rusos, y la mayoría de los soldados eran precisamente campesinos que habían salido recientemente de sus aldeas, se preguntaban: «¿Y qué pasa con la promesa de la tierra? ¿Qué ganamos nosotros con esta guerra?». Era prácticamente inevitable que el ejército empezara a descomponerse y que aumentaran las deserciones. Incluso Kerenski, que junto a Trotski fue uno de los grandes oradores de 1917, tenía muy pocas posibilidades de controlar la situación en un escenario tan caótico. No creo que su fracaso se deba a un exceso de idealismo, sino más bien a que las circunstancias eran insostenibles desde el principio.. ¿La toma del poder bolchevique fue un golpe de Estado perfecto planificado por una vanguardia decidida? ¿O más bien el resultado del colapso de las instituciones existentes?. Lenin y los comunistas aprovecharon una oportunidad mágica en 1917. El país estaba desgarrado, dividido como nunca antes. Fue un escenario ideal para que un partido como el comunista ascendiera al poder. Pero habrían tenido muchas más dificultades en tiempos de paz. Entonces, liberales y conservadores habrían podido presionar a Nicolás II para que abdicara en un contexto sin guerra, y Rusia podría haber seguido un camino muy distinto. Un proceso difícil, sin duda. Pero no peor que el que siguió realmente, el de los años 20 y 30, cuando se instauró un terror masivo ejercido por los propios rusos contra sí mismos bajo el régimen comunista.. ¿Fue la represión una consecuencia inevitable de la ideología bolchevique, o una adaptación pragmática a las circunstancias extremas de la guerra civil?. Verá, había muchos tipos de bolcheviques. La mayoría no se alistaron pensando en imponer una dictadura. No apoyaban necesariamente la abolición de la propiedad privada. Muchos eran simplemente obreros, gente común que no sabía nada de marxismo, pero que buscaba una alternativa radical al caos y al colapso económico provocados por la Primera Guerra Mundial. Después de la Revolución de octubre, a medida que las dificultades crecían, esos bolcheviques de base fueron perdiendo influencia y la élite del partido acabó por imponerse.. ¿Por qué?. Porque las circunstancias forzaron a todos los bolcheviques, tanto a los de arriba como a los de abajo, a convencerse de que, para sobrevivir, necesitaban ser más disciplinados, más centralizados, más militarizados. Necesitaban un ejército rojo eficaz. En ese contexto, el poder se concentró cada vez más en la cúspide comunista central. Muchos bolcheviques, y también muchos comunistas simplemente abandonaron el partido. Huyeron en lugar de quedarse a presenciar lo que se avecinaba. Lo que ocurrió, en esencia, fue una serie de ajustes pragmáticos que le dieron al núcleo ideológico del bolchevismo la oportunidad de expresarse plenamente a través de la élite suprema del partido. Así que fue una mezcla: ideología y adaptación práctica, pero todo avanzaba en la misma dirección. Es como un embudo: al principio tienes una gran cantidad de líquido, pero todo va concentrándose y pasando por una boquilla cada vez más estrecha. Los acontecimientos, las presiones de la guerra civil, iban canalizándose en un embudo cada vez más angosto de represión, control, órdenes, sanciones contra cualquier disidencia. El bolchevismo terminó configurándose alrededor de los instintos de Lenin, Trotski y Stalin.. Describe a Lenin como alguien arrastrado, a regañadientes, a reformas como la NEP en 1921. ¿La imagen habitual del Lenin calculador, cínico y pragmático es pura propaganda?. Lenin era un hombre impulsado por la ideología. Era un fanático. Era un creyente. Me recuerda a esos líderes católicos o protestantes fanáticos del siglo XVI que estaban dispuestos a matar para imponer en la Tierra el tipo de sociedad que creían dictada por Dios. En el caso de Lenin, claro, «Dios» no era una divinidad, sino Marx: era su autoridad suprema. Así que sí, era un creyente absoluto, pero también fue uno de los políticos más hábiles y ágiles de su tiempo. Firmó el Tratado de Brest-Litovsk con los alemanes, forzando a su propio partido a aceptarlo, porque de no hacerlo, los bolcheviques habrían sido aniquilados por el ejército alemán. Y también impuso la reintroducción de la empresa privada en la agricultura con la Nueva Política Económica (NEP), aunque eso contradecía sus propios principios revolucionarios. Es decir, además de ser un ideólogo, también era pragmático. Pero era un pragmático que siempre buscaba cómo recuperar, tarde o temprano, las concesiones que se había visto obligado a hacer. No era simplemente un cínico que jugaba a la política por táctica: pensaba en el largo plazo. Por eso no tiene sentido decir: «Todo habría ido mejor si Lenin hubiera vivido más tiempo, porque era más pragmático y flexible que Stalin». En realidad, Lenin también era un fanático. Las concesiones que hizo eran temporales, tácticas, no reflejaban un cambio real de convicciones. Stalin lo heredó, sí, pero el germen de muchas decisiones ya estaba allí, en Lenin.. Me pone en bandeja la gran pregunta: ¿El terror de Stalin supuso una ruptura real o fue solo una evolución de lo que ya estaba presente en Lenin?. Fue una evolución. Muchos de mis colegas, especialmente en los años 70 y 80, aunque hoy en día menos, tendían a trazar una línea artificial entre el leninismo y el estalinismo. Lo hacían en parte porque, en su lecho de muerte, Lenin se volvió contra Stalin. Pero lo que hay que recordar es que Lenin y Stalin estaban de acuerdo en los principios fundamentales para la supervivencia y el desarrollo del Estado soviético: mantener el partido único, mantener la ideología única, preservar la posibilidad de aplicar el terror siempre que ese Estado se viera amenazado, aislarlo de influencias externas, y prepararse para retomar en algún momento la expansión de la revolución a escala mundial. En todo eso estaban de acuerdo. Así que el tipo de Estado que Lenin habría gobernado si hubiera gozado de buena salud habría sido, en esencia, muy parecido al que Stalin dirigió. Quizá no habría alcanzado el nivel de terror masivo de los años 30, pero aun así habría sido un Estado totalitario muy duro bajo el cual vivir.. ¿Ha convencido a sus colegas?. Esa ha sido mi postura desde que empecé a investigar la historia soviética. No he convencido a todos mis colegas, todavía, pero no importa. Una de las razones por las que sigo insistiendo en este punto es porque creo que es muy importante dejar de romantizar la Revolución rusa. No creo que debamos idealizar ningún episodio de la historia, pero especialmente no deberíamos engañarnos con respecto al surgimiento de una de las peores dictaduras que el mundo ha conocido. Y si lo pensamos bien, hoy sigue existiendo una dictadura comunista terrible en Pekín. Y el modelo esencial, los principios sobre los que se construyó ese régimen, fueron desarrollados en parte por Vladímir Lenin. Por eso es tan importante no tratar a Lenin como una figura romántica. Fue responsable de algo realmente terrible que oscureció todo el siglo XX.. ¿Ve rasgos del estado soviético en la actual Rusia de Putin o cree, más bien, que las comparaciones con la URSS banalizan su especificidad histórica?. Desde luego veo comparaciones posibles entre Putin y Lenin. Y eso a pesar de que Putin detesta a Lenin. Lo odia. Nunca ha dicho nada positivo sobre él. Bueno, bravo por eso. Pero, aun así, está utilizando técnicas leninistas. Ha eliminado la disidencia pública. Ha ampliado el sistema penitenciario. Ha reintroducido la idea de que las ideas extranjeras deben ser tratadas como una amenaza. Ha concentrado un poder personal que recuerda mucho al de Lenin. Ha rehabilitado a la policía política, devolviéndole su prestigio. Se pueden establecer comparaciones entre Putin y Lenin. No hace falta admirar a alguien para copiarlo.
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