El 14 de abril de abril de 2022 Elon Musk dio un ultimátum para comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. 11 días después, el trato estaba saldado. El resultado: el efecto mariposa que desembocó en la victoria de Trump en las elecciones de Estados Unidos. . Seguir leyendo
La adquisición de Twitter en 2022 y la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones han supuesto sendas victorias en la guerra por el control de la información
El 14 de abril de abril de 2022 Elon Musk dio un ultimátum para comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. 11 días después, el trato estaba saldado. El resultado: el efecto mariposa que desembocó en la victoria de Trump en las elecciones de Estados Unidos.. Hablar de gigantes tecnológicos es hablar de titanes que, con un movimiento de dedo, controlan la orquesta de la información que dirige el mundo, también lo que pensamos y cómo lo pensamos. La línea entre libertad de expresión, desinformación y discursos de odio ha resultado ser fina, cosa que hemos aprendido a base de retuits.. Ricardo Béjar, ex directivo de Meta, el Goliat de la información, lo ha dejado claro en la primera jornada de la XXVI edición del Congreso de Periodismo de Huesca: «Mientras que la compañía publicaba números muy pequeños, cinco de cada 1.000; observamos que 1 de cada 8 personas que utilizan Facebook o Instagram están expuestos a odio.» Béjar ha añadido: «Se lo dije a Zuckerberg pero dieron las gracias y miraron para el otro lado.». El universo digital ha sufrido una transformación extraordinaria desde el 2016 y así lo han expresado los ponentes. La razón, sugieren, tiene nombres y apellidos. Donald Trump y Elon Musk, dicen, se han convertido en los «nuevos amos del universo que han moldeado algoritmos para hacer negocio y para influir en la opinión pública y en la mente», ha dicho Ricardo Gutiérrez, Secretario general de la federación Europea de Periodistas. «Son instrumentos de propaganda política», ha advertido. Según explican desde la Universidad de Boston, las redes sociales están ligadas a la extrema derecha, lo que se ha visto reflejado en el cambio del contenido de las plataformas digitales durante las campañas electorales de Donald Trump de 2016 y 2024.. La desinformación política se ha convertido en la estrategia favorita para estos masters en este juego de rol. Carmela Ríos, especialista en redes sociales y desinformación de El País ha explicado: «La desinformación es la gran Historia Contemporánea y hay que contarla, y en X es donde se produce». Pero la partida no está perdida: «Cuando mandamos equipo a los grandes conflictos, necesitamos periodistas de guerra en la desinformación. Se necesita recuperar la forma de hacer periodismo de verdad, y se debe estar en X para combatir la desinformación».. Según Béjar, el contrataque al avance de las tropas de la desinformación es uno: «Se trata del reto de recuperar un espacio digital democrático. Han capturado intereses particulares y financieros en el espacio digital.» La distorsión de los discursos en internet corre el riesgo de conquistar nuevos territorios. «El reto verdadero es promover plataformas que sean adecuadas para el debate democrático y que no distorsionen el discurso. Tenemos que reconquistar este espacio».. Ríos ha añadido con un guiño: «Tenemos que torear en todas las plazas». Ha expresado, además, que «tenemos que tomar el control de nuestra experiencia de usuario». Porque el algoritmo, ha contado, es nuestro principal enemigo en cuanto a desinformación y el as bajo la manga de los que mueven los hilos de la comunicación y, por ende, de la mente de la gente. Combatir el algoritmo es la clave y también algo posible.. «Se pueden hacer listas de periodistas que sigan a Trump», o «crear distintas cuentas con diferente ideología». De esta manera, hacemos un «uso no algorítmico de una red». Ha añadido que «otro tipo de redes sociales permiten personalizar el algoritmo, de modo que puedas ordenar y escoger las fuentes. Bluesky se corona como la red alternativa en la guerra contra la desinformación.. Los límites a la libertad de expresión están en el punto de mira entre comunicadores. Si existen o no es una partida que, de momento, se sigue disputando.. Susana Ferrer y Antonio Rivera son alumnos del máster de Periodismo de El Mundo
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