Vamos a poner un poco de música para acompañar lo que se vivió anoche en La isla de las tentaciones. «Tan despacio y tan deprisa / Tan normal y tan extraña / Yo me parto la camisa / Como camarón…». Y es que no hay mejor canción para describir lo sucedido en el tercer programa de La isla de las tentaciones. . Seguir leyendo
En las ocho ediciones de La isla de las tentaciones hemos visto de todo: infidelidades, guarreos, huidas, estallidos, broncas… Pero como lo que se vivió anoche, pocas veces. Aunque el reality ya dio un avance de lo que iba a ser la primera hoguera de los chicos, las realidad siempre supera la ficción
Vamos a poner un poco de música para acompañar lo que se vivió anoche en La isla de las tentaciones. «Tan despacio y tan deprisa / Tan normal y tan extraña / Yo me parto la camisa / Como camarón…». Y es que no hay mejor canción para describir lo sucedido en el tercer programa de La isla de las tentaciones.. Después de ocho ediciones es difícil que un programa, y más un reality, siga sorprendiendo a los espectadores, pues La isla de las tentaciones lo consigue cada edición. No sé quién hará el casting de las parejas, pero hay que darle un Premio Iris sí o sí. Hemos visto infidelidades, guarradas, bronca, huidas a medianoche, abandonos, juramentos de amor eterno, tirarse muñecos y anillos, pero lo de anoche de Montoya en La isla de las tentaciones es insuperable (hasta que llegue la próxima edición, por supuesto).. Ya la semana pasada La isla de las tentación puso la miel en los labios en el avance de lo que iba a ocurrir esta semana. Las imágenes eran muy claras: Montoya se arrancaba la camisa de cuajo, cual Hulk, cual Camarón al ver las imágenes de Anita, su novia, tonteando con Manuel. Lo que no se vio es qué provocó tal desmesurada reacción y qué pasó después. Pues, todo se salió de madre.. La cosa no empezó bien en la primera hoguera a la que se enfrentaban las parejas en La isla de las tentaciones. Anita se cogía un globo importante por la actitud de Alba. Bueno, se lo cogía Anita y se lo cogía Sandra Barneda a la que sólo le faltó decir: «Que no hay hoguera de confrontación, coño. Que no seas pesada». Resulta que Alba, protagonista absoluta de los primeros programas, ha debido estar haciendo yoga o algo parecido para encontrarse a sí misma. Llegó a la hoguera mucho más tranquila que en la entrega de los collares, consciente de que su actitud entonces no había sido la correcto. Y, como le dijo Bayán, justificó todo lo que vio de Gerard, menos una cosa: que dijera que una de las solteras le gustaba, porque cuando Gerard dice que una chica le gusta, lo dice de verdad.. Así que ni corta ni perezosa, terminó de ver las imágenes, en las que tampoco hay nada del otro mundo ni nada que no hayan hecho ellas, y le pidió una hoguera de confrontación a Sandra Barneda, que no se podía creer que Alba se la estuviera pidiendo ante unas imágenes que ni fu ni fa. «No puedo darte una hoguera confrontación porque sí. ¿Lo entiendes Alba? ¿A vosotras chicas que os parece que Alba pida una hoguera de confrontación?», preguntó la presentadora buscando el apoyo de las demás y siendo consciente de que las caras que estaban poniendo eran las caras de quien está hasta el moño de las niñerías del que tienes al lado.. Pero, sin duda, la más dura fue Anita. Anita ya había dado muestras de estar un poco hasta más allá de Orión de los comportamientos de Alba, pero anoche Anita dio un paso más. Fue hasta cierto punto cruel con su compañera, aunque en parte tenía razón. Debe ser muy cansino convivir con alguien que es un alma en pena por motivos, además, que no lo merecen. «Prefiero que si tiene la oportunidad lo haga y se vaya para su casa porque tener una persona así te hace comerte la cabeza demasiado. No es bueno para ella ni para nosotras», soltó Anita.. Anita aseguró sin contemplaciones que la actitud de Alba en Villa Playa estaba afectando a la experiencia de todas. Y el hecho de que Alba tampoco quisiera escuchar los consejos de sus compañeras en la hoguera sólo hizo que se acrecentase la tensión. «Creo que si te dijo que eras una cría y una niñata, cuando veas que le has pedido una hoguera de confrontación sólo por decir ‘me gustas’ a otra… No sé, cari, pero…», le dejó caer con toda la mala baba, porque Anita cuando habla es que sube el pan. Y Anita iba a rematarla: «Es que tía, me estás rayando. Me estás pegando tus malas vibras. Has dicho 25 millones de veces que que quieres ir. Yo el día que lo diga, me voy». Mal rollito, muy mal rollito. Eso sí, terminaron su hoguera y se fueron abrazadas y tan amiguis. ¡Qué cruz, Mari Cruz!. Y mientras en la hoguera de las chicas fue más protagonista «las malas vibras» entre ellas que lo que habían visto de sus novios, en el de los chicos, lo de las «malas vibras» se quedó más que corto. ¡Madre de Dios, Montoya! Lo de Montoya no se puede explicar de otra manera que no sea así: Montoya ha protagonizado una de las hogueras más duras en la historia de La isla de las tentaciones. Tal cual. Ni la de Estefanía y Christofer en la primera edición de La isla de las tentaciones; ni la de Melyssa Pinto en la segunda edición, ni ninguna.. Por supuesto, había imágenes para Montoya, pero es que Montoya ya venía calentito desde antes incluso de montarse en el coche. El primer vídeo no era nada que se hubiera visto ya en la hoguera de las chicas y en la de los compañeros de Montoya. Anita, que ya confesó que sentía química con Manuel, jugaba con el tentador, que si hielito entre los pechos, por el cuello, manitas agarradas en la piscina, y… lo que era un calentón de Montoya empezó a ponerse al rojo vivo. «Es que no me salen ni las palabras», le decía a Sandra Barneda. «Es que ya me enrabietado. Es que no me apetece ni llorar». Y esto sólo era el principio.. «Montoya, hay más imágenes para ti». ¡Ay, ay, que se viene la explosión! El siguiente vídeo era el de la complicidad. Anita y Manuel en una de las camas balinesas de la villa de las chicas, él regalándole los oídos y ella dejándole. Abrazos, cariños y Montoya a punto de explotar. «¿Por qué crees que Manuel te llama ‘papa frita’?», le preguntó Sandra Barneda metiendo el dedito en la llaga. «Un ‘papa frita’ es lo que tiene él en la cabeza, que es un huevo frito. Un ‘papa frita’ es lo que ha sido él toda la vida. ¿Qué valores tiene Manuel, el que «ha hecho historia»? ¿Dónde está? ¿Qué ha hecho Manuel? Eso es un ‘papa frita», arremetió Montoya contra el tentador.. «Montoya, hay más imágenes para ti». A la tercera iba la vencida. Nuevas imágenes que terminaban con Anita diciéndole a Manuel que entrase en su habitación. Y ahí se cortaban. Realmente no pasó nada, pero Montoya se imaginó lo peor de lo peor. Cual cohete se levantó de su asiento, le dijo a Sandra Barneda que no podía. «Me quiero ir. No quiero estar ahí», decía mientras se marchaba a la playa y Sandra Barneda le pedía que volviese. «Vamos a dejar que se calme», advertía la presentadora. «Yo no valgo para esto Sandra», gritaba desde la playa. «Me siento decepcionado. Es que el otro no tiene valores», le explicó tras volver a su sitio.. «Montoya, hay más imágenes para ti». Fueron sus compañeros quienes le aconsejaron que no se levantase y que visionase todas las imágenes de Anita, aunque doliese, para darse cuenta de «quién es realmente». Montoya también visionaba lo que había sido la noche de Manuel y Anita y su desesperación se desbordó. En las imágenes daba la sensación de que Anita y Manuel se habían besado. Montoya no pudo más, se levantó, estuvo a punto de arrancarse la camisa, pero se volvió a sentar. «Ya no puedo», repetía una y otra vez. Y entonces, cuando la luz del cuarto de Anita se apagó, Montoya explotó. «¡Nooooooooooooooooooo!», gritó completamente desesperado arrancándose la camisa de cuajo y ante la mirada atónita de Sandra Barneda. Lo que aguanta esta mujer, por favor.. «¡Que no puedo Sandra, que me voy, que me quiero ir coño! ¡Que se quede con él, que no quiero que mi familia vea esto! No voy a llorar. Esto no es normal. ¡Hablad, por favor! ¿Qué va a pensar su madre que me tenían a mí como un golfo?», chillaba. «Montoya, por favor, tranquilo», le pedía Sandra Barneda.. Cuando Sandra Barneda le comunicó que ya no había más imágenes para él y que con ello acababa la hoguera de los chicos, Montoya se levantó rápido y se fue andando solo por el camino de antorchas completamente destrozado, tirándose por el suelo, besando la arena de la playa. Un espectáculo que se va a quedar en nada cuando vea las imágenes del avance y vea el beso que se va a producir entre Anita y Manuel. ¡Madre del amor hermoso! ¿Quién va a controlar en La isla de las tentaciones a Montoya cuando lo vea?
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