Después de la pandemia, Pablo Motos creó una sección en El Hormiguero a la que llamó Pasarse de la raya donde el presentador creaba durante poco más de dos minutos una atmósfera de Cuarto Milenio en la que, subido a una especie de púlpito, analizaba al ser humano y a los designios del ser humano. Durante la temporada pasada de El Hormiguero cada 15 días más o menos Pablo Motos se pasaba de la raya. En esta temporada, pocas veces lo ha hecho. Tal vez, porque por cada vez que se pasaba de la raya, sus haters, que no son pocos, más balas le mandaban. Con un inicio de temporada más que caliente, Pablo Motos no había vuelto a sacar el púlpito hasta anoche, hasta que Álex González acudió de invitado junto a Antonio Pagudo para presentar la nueva serie de Disney+, Ladrones: la tiara de Santa Águeda. ¿Por qué con Álex González?. Seguir leyendo
Hacía tiempo que Pablo Motos no se pasaba de la raya. El presentador de El Hormiguero sorprendió tras la pandemia con una sección en la que durante dos breves minutos analizaba cuestiones como el miedo, las redes sociales, las mentiras o la vanidad. Llevaba tiempo sin subirse al púlpito. Anoche se subió como un gesto a Álex González
Después de la pandemia, Pablo Motos creó una sección en El Hormiguero a la que llamó Pasarse de la raya donde el presentador creaba durante poco más de dos minutos una atmósfera de Cuarto Milenio en la que, subido a una especie de púlpito, analizaba al ser humano y a los designios del ser humano. Durante la temporada pasada de El Hormiguero cada 15 días más o menos Pablo Motos se pasaba de la raya. En esta temporada, pocas veces lo ha hecho. Tal vez, porque por cada vez que se pasaba de la raya, sus haters, que no son pocos, más balas le mandaban. Con un inicio de temporada más que caliente, Pablo Motos no había vuelto a sacar el púlpito hasta anoche, hasta que Álex González acudió de invitado junto a Antonio Pagudo para presentar la nueva serie de Disney+, Ladrones: la tiara de Santa Águeda. ¿Por qué con Álex González?. Al parecer, según desveló anoche Pablo Motos, al actor le gustan mucho estos monólogos. Pablo Motos quiso tener un gesto con González y retomar sus Pasarse de la raya, que tantos titulares han dado. Sin embargo, la realidad de estos monólogos es que Pablo Motos no señala directamente a nada ni a nadie, sino que a través del análisis del comportamiento del ser humano pone encima de la mesa por qué tenemos miedo, por qué sufrimos, por qué vivimos sometidos a agentes externos e internos que nos dificultan seguir el camino. No es un editorial ni tampoco es el lugar donde Pablo Motos se moja, consciente de que al día siguiente lo que haya dicho va a ser recogido en decenas de titulares. Es su momento, el de reflexión, el de ahora me muestro yo solo con mis pensamientos. Tal vez, el momento de mayor vulnerabilidad del presentador.. De hecho, muchos de estos monólogos se han entendido en muchas ocasiones como la forma en la que Pablo Motos tiene de responder a tantas y tantas críticas. Más que responder son la explicación a cómo le afecta o cómo gestiona él estar siempre en el punto de mira. En su último Pasarse de la raya, por ejemplo, Pablo Motos sorprendió hablando de «los otros». No dijo nombres, pero sí hubo un mensaje entre velado por el que cobró más sentido la frase de «a buen entendedor, pocas palabras bastan». En aquella ocasión, «los otros son lo peor». «Nos odian, nos critican, nos miran mal, nos envidian, censuran todo lo que hacemos, no nos dejan crecer, no nos dejan volar ni alcanzar nuestras metas», pero… «si pensamos que nosotros somos buena gente, buenos ciudadanos y amigos de nuestros amigos, quizás tendríamos que pensar que tampoco los otros son el infierno».. Anoche, su Pasarse de la raya habló del miedo, de por qué sufrimos, de qué es lo que nos hace vivir en un constante estado de alerta y de angustia. De nuevo, la culpa no es de los otros, sino de nosotros mismos. El mensaje de anoche de Pablo Motos fue muy claro «nos meten miedo por todo». Pablo Motos no es científico, no es filósofo, no es más que un comunicador y el presentador del programa más visto de la televisión, que se dice pronto, pero sabe que cada vez que se sube a ese púlpito sus palabras hacen eco. Pasarse de la raya es, probablemente, la sección más personal y la que más miedo le da «por otros», pero también es la sección que hace pensar al que está enfrente, incluso, le hace pensar a él. Porque anoche de pensamientos fue la cosa.. «Aunque solamente podemos ver el exterior de la vida casi todo ocurre en el interior de nuestro cerebro. El cerebro hace continuamente predicciones. Vosotros estáis prediciendo ahora mismo las palabras que van a salir de mi… boca», arrancó el presentador. «Pero no siempre funciona bien. El cerebro no siempre funciona bien. ¿Con qué frecuencia te aterrorizas con tus propios pensamientos sin que haya pasado realmente nada? Sólo pensando. Es verdad que nos meten miedo por todo: por nuestro prestigio social, por si los demás no nos quieren, por la salud, por el envejecimiento, por los likes… Pero si acumulas demasiados miedos acaban afectando a tu forma de ser y a base de vivir con miedo te pierdes lo buena de la vida», continuó.. «Hay dos tipos de pensamientos: los que tienes tú, porque los diriges tú. Y los que salen de tu cabeza porque sí. Y, además, hay muchos más de los segundos que de los primeros», sentenció. Porque, según Pablo Motos, «esa conversación sólo se detendrá el día que te mueras». Así, sin medias tintas.. «Por eso la propuesta es no tomarte en serio los pensamientos que vienen a tu cabeza en automático», aconsejó el presentador, al cual, y esto es importante, le fascina el funcionamiento del cerebro. «Tú no eres lo que sale de tu cabeza. Eres quien la escucha. Por lo tanto puedes decidir y tomar el mando. Puedes no dejar que tus sentimientos te usen y poner tu voluntad encima de la mesa», añadió.. Para Pablo Motos el ejemplo es claro: «Si quieres puedes dejar de reprocharte todo. Reprocharte algo cuando ya ha pasado porque no tenías la información cuando lo hiciste es como si te culpas ahora por no saber hacer multiplicaciones cuando tenías dos años». La pregunta entonces es «¿cómo hago yo para no tomarme todo tan personal?». También había respuesta, obviamente: «Quita el me».. «En vez de por qué me grita, piensa por qué grita; en vez de por qué me trata mal, piensa por qué trata mal. Eso rebaja mucho el nivel emocional porque te das cuenta que el problema lo tiene el otro y no tú. Y con un poco de práctica puedes aprender a quitarle importancia a los pensamientos que vienen porque sí a tu cabeza y dirigir tú el barco», sentenció.. «No admitas ningún comentario negativo de quien no tomarías ningún consejo. Valora a la gente que te quiere por como es, no por como tus pensamientos automáticos se imaginan. La gente que te quiere, te quiere como te quiere, no como tú quieres que te quieran. En resumen, mira las cosas como son y no te tomes en serio tus pensamientos automáticos, sobre todo los que te dejan como víctima. Si no te quedas enganchado a un pensamiento, se va y viene otro. Rompe el espejo mental en el que siempre te estás mirando como si la vida fuese sólo eso, y podrás atravesarlo. Deja de rumiar. La vida no es para temerla, la vida es para vivirla», remató.. Repítelo: «La vida no es para temerla, la vida es para vivirla».
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