Lleva seis años cruzando el Atlántico con asiduidad, pero Cecilia Suárez (Tampico, México, 53 años) no se acostumbra al jet lag: “El cuerpo me recuerda que ya no tengo 20 años para seguir haciendo viajes con esta distancia y la agenda tan llena de trabajo”. Tras triunfar en su país natal y trabajar en Hollywood, el éxito de La casa de las flores le dio la oportunidad de conquistar también la ficción española. Se instaló en Madrid y cumplió su propósito. La última muestra de esta fructífera adopción es El jardinero, un thriller de Netflix en el que interpreta a la controladora madre de un joven (Álvaro Rico), carente de emociones, a quien empuja a convertirse en sicario. “Ya son demasiados años moviendo el abanico”, dice con humildad una intérprete que, cuando no está rodando, usa su altavoz para combatir la violencia de género a nivel global. Una lucha que, admite, cada día es más difícil y más necesaria.. Su personaje en El jardinero evoca el mito de la madre sobreprotectora y castrante, que por su exceso o defecto de cuidados acaba condicionando el desarrollo de su hijo.. Me interesaba explorar una maternidad no idealizada, de la que no solemos hablar. ¿Qué pasa con las madres egoístas que se ponen a ellas por delante y cuyo hijo acaba acomodándose a eso? Además, tenía que entender que es una narcisista lastimada, un ser en dolor y completamente despojada de cualquier cosa que le pueda aportar identidad o autorreconocimiento. Todo aquel que genera dolor a los demás también está sufriendo.. Siendo una actriz de éxito y madre, ¿ha estado alguna vez ante el dilema de priorizar su carrera sobre su familia?. Fue clave tener claro que tanto mi carrera como mi maternidad eran importantes, pero que ser madre lo era más que nada. Durante los primeros nueve años de vida de mi hijo decidí no viajar, no moverme de la ciudad. Solo me permitía salir a filmar en verano, cuando él tenía vacaciones y podía poner en marcha todo un mecanismo para hacerlo realidad.. ¿Cómo de complicada era toda esa logística?. Lo logré gracias a la ayuda de otras mujeres. Cuando me preguntan por esto, me parece justo señalar que conozco a muchísimas otras que también hacen ese malabar y no se las menciona. Tendríamos que pararnos a reflexionar por qué tradicionalmente todo eso corre a cuenta de nosotras. A las mujeres nos urge un balance más justo con el hogar, los hijos y la vida profesional.. ¿Qué ha hecho bien para seguir con la agenda repleta de proyectos pese a las dificultades de muchas actrices para trabajar más allá de los 50?. Sería petulante decir que hice algo bien, pero creo que desde jovencita he sabido qué tipo de actriz quería ser. Tener claro ese mandato ha sido bueno para mí. Por otro lado, conforme pasaban los años traté de hacer las paces con la edad que tengo. No me niego a ver el paso del tiempo reflejado en mi cara o en mi cuerpo. Eso también ha ayudado.. ¿Era difícil dedicarse a la interpretación en su país natal hace 30 años?. En la familia Suárez de Garay, no. Mis hermanas y yo tuvimos la suerte de que nuestros padres nunca cuestionaron qué queríamos estudiar. Tener su apoyo fue importante porque recuerdo a muchos compañeros de Arte Dramático con pesar porque sus papás les decían: “Te vas a morir de hambre”, “Lo que has elegido es un disparate…”. Eso te va quemando y a la larga tiene un peso.. ¿Es muy distinto su día a día madrileño de su rutina en Ciudad de México?. Madrid me da la oportunidad de tener un ritmo más relajado y disfrutar de más tiempo para mí. A los tres meses de mudarnos aquí, mi hijo, que por entonces tenía nueve años, me dijo: “Mamá, yo creo que ya no hay que volver”. Le pedí tres razones para defender una declaración tan contundente y me las dio, muy concretas. Dijo: “España es muy bonita, llego a todos lados en 10 minutos y puedo andar un poco más yo solo”. Me impresionó la claridad con la que había aterrizado. Eso sí, Ciudad de México me sigue pareciendo fascinante. Tiene tantos incentivos y posibilidades que es adictiva.. ¿Cambia mucho su forma de vestir cuando está en España o en México? ¿Hay algún rasgo de las españolas en cuanto a moda que le inspire?. Mi estilo cambia de acuerdo con el clima. No me gusta pasar frío, sufro mucho. Me parece absurdo que a las mujeres para ir bien vestidas se nos pida pasar frío e ir incómodas. En cuanto a las españolas, me gusta mucho esa elegancia discreta de su estilo.. Consideró los tacones como un acto de violencia de género, pero sigue llevándolos en muchas alfombras rojas.. Los luzco, pero siempre hay de por medio una batalla campal con mis estilistas, tanto en España como en México. Siempre discutimos sobre por qué existe ese objeto. Y luego, claro, admito que hay tacones que me gustan, sobre todo los cómodos. Hay algo lindo en ellos, sé que es una contradicción, pero la mayoría de las mujeres que los llevan en la alfombra roja los terminan odiando y queriéndoselos quitar a los cinco minutos.. Pasados los 50, ¿le afecta menos la presión por estar siempre guapa, femenina, perfecta ante los medios?. Conforme cumples años vas entendiendo y negociando ciertas cosas. Por ejemplo, que para ir bien tengas que ir incómoda. Ahí empiezas a llevarlo mejor, se vuelve todo más natural. Y no siempre vamos perfectas. En la vida cotidiana, cuando no estamos trabajando, vamos como todas.. Elmer, su hijo en la serie, carece de la capacidad de sentir emociones. Con todo lo que está pasando en el mundo, ¿es un mal que nos asola cada vez más como sociedad?. Habrá gente inmunizada, pero los demás tenemos que dosificar la información porque sí que nos afecta. El otro día escuché en una entrevista que este es el fin de una era y que cuando terminan lo hacen así, con una decadencia profunda del tejido social. Algo de eso hay de cierto. Y luego, esa falta de sensibilidad y de empatía también tiene que ver con la irrupción de internet en nuestra vida cotidiana. También tenemos un sistema educativo de rodillas frente a las nuevas tecnologías cuando se ha demostrado que no se aprende más en un ordenador, hay que sacar todos los aparatos electrónicos del ámbito escolar y volver al lápiz y al papel.. Hoy mismo compartía en sus redes una noticia de El País en la que se alertaba sobre el auge de la nostalgia franquista y de ultraderecha en las aulas. ¿Ha notado ese fenómeno en la generación de su hijo?. Por supuesto. Él acaba de cumplir 15 años y te digo con enorme orgullo que no tiene internet en su teléfono móvil. Ha sido un logro mayúsculo porque la presión de la sociedad es muy grande. Me han llamado cavernícola por no darle un móvil, pero sé que si cedo a eso, él va a perder mucho más. No solo frente a temas como la ultraderecha, sobre el que no ha tenido tiempo para reflexionar… Ahí está la misoginia rampante que circula por las redes sociales o el acceso ilimitado a la pornografía que define unos roles violentos e imposibles de soportar. Si no les dejamos conducir o beber hasta cierta edad, ¿por qué les concedemos la llave de internet cuando es el responsable principal de la falta de equilibrio que estamos viendo en las nuevas generaciones?. Es embajadora de la Iniciativa Spotlight de la ONU para erradicar la violencia contra la mujer. ¿Cómo se mantiene la esperanza cuando parece que el machismo sigue ganando fuerza?. Hay días que son desoladores, sí, pero rendirse no es una opción. Sobre todo, porque existe esa falsa sensación de que el patriarcado solo nos castiga a las mujeres, al colectivo LGTBI y a los niños y niñas, que los hombres blancos son los únicos en posición de ventaja. Es mentira. El patriarcado no deja títere con cabeza: nos alcanza a todos, incluso a los hombres blancos.. ¿A ellos también?. En el patriarcado hay un dictado sobre la masculinidad que es completamente cruel y mentiroso. No hay opción a la dulzura o a la ternura, se te impone ser el proveedor y tener un deseo sexual permanente y sin pregunta de por medio… están sujetos a cosas terroríficas. ¿Cómo pueden sentirse contentos de defender algo que también les oprime? El patriarcado no se ha revisado lo suficiente como para que los hombres se den cuenta de que es una gran mentira que también les atrapa a ellos.. ¿Se ha notado ya en iniciativas como Spotlight la llegada de Donald Trump al poder y sus recortes en cooperación y desarrollo?. ¡Claro! Estados Unidos es el país que más dinero aporta a las Naciones Unidas. En Argentina, por ejemplo, el programa había tenido una respuesta y un desempeño maravilloso, un gran éxito. Hice una visita al país y conseguí que la Unión Europea continuara su apoyo cuatro años más, pero no contábamos con que llegara al poder alguien [Javier Milei] que ha dado un golpe durísimo a todo lo que es igualdad. Pero no nos vamos a ninguna parte, los derechos de las mujeres y de las niñas no van a sufrir ningún revés. La sociedad civil debe ponerse al frente de esa defensa. . Seguir leyendo
Lleva seis años cruzando el Atlántico con asiduidad, pero Cecilia Suárez (Tampico, México, 53 años) no se acostumbra al jet lag: “El cuerpo me recuerda que ya no tengo 20 años para seguir haciendo viajes con esta distancia y la agenda tan llena de trabajo”. Tras triunfar en su país natal y trabajar en Hollywood, el éxito de La casa de las flores le dio la oportunidad de conquistar también la ficción española. Se instaló en Madrid y cumplió su propósito. La última muestra de esta fructífera adopción es El jardinero, un thriller de Netflix en el que interpreta a la controladora madre de un joven (Álvaro Rico), carente de emociones, a quien empuja a convertirse en sicario. “Ya son demasiados años moviendo el abanico”, dice con humildad una intérprete que, cuando no está rodando, usa su altavoz para combatir la violencia de género a nivel global. Una lucha que, admite, cada día es más difícil y más necesaria. Su personaje en El jardinero evoca el mito de la madre sobreprotectora y castrante, que por su exceso o defecto de cuidados acaba condicionando el desarrollo de su hijo. Me interesaba explorar una maternidad no idealizada, de la que no solemos hablar. ¿Qué pasa con las madres egoístas que se ponen a ellas por delante y cuyo hijo acaba acomodándose a eso? Además, tenía que entender que es una narcisista lastimada, un ser en dolor y completamente despojada de cualquier cosa que le pueda aportar identidad o autorreconocimiento. Todo aquel que genera dolor a los demás también está sufriendo.Siendo una actriz de éxito y madre, ¿ha estado alguna vez ante el dilema de priorizar su carrera sobre su familia? Fue clave tener claro que tanto mi carrera como mi maternidad eran importantes, pero que ser madre lo era más que nada. Durante los primeros nueve años de vida de mi hijo decidí no viajar, no moverme de la ciudad. Solo me permitía salir a filmar en verano, cuando él tenía vacaciones y podía poner en marcha todo un mecanismo para hacerlo realidad. ¿Cómo de complicada era toda esa logística? Lo logré gracias a la ayuda de otras mujeres. Cuando me preguntan por esto, me parece justo señalar que conozco a muchísimas otras que también hacen ese malabar y no se las menciona. Tendríamos que pararnos a reflexionar por qué tradicionalmente todo eso corre a cuenta de nosotras. A las mujeres nos urge un balance más justo con el hogar, los hijos y la vida profesional. ¿Qué ha hecho bien para seguir con la agenda repleta de proyectos pese a las dificultades de muchas actrices para trabajar más allá de los 50? Sería petulante decir que hice algo bien, pero creo que desde jovencita he sabido qué tipo de actriz quería ser. Tener claro ese mandato ha sido bueno para mí. Por otro lado, conforme pasaban los años traté de hacer las paces con la edad que tengo. No me niego a ver el paso del tiempo reflejado en mi cara o en mi cuerpo. Eso también ha ayudado. ¿Era difícil dedicarse a la interpretación en su país natal hace 30 años? En la familia Suárez de Garay, no. Mis hermanas y yo tuvimos la suerte de que nuestros padres nunca cuestionaron qué queríamos estudiar. Tener su apoyo fue importante porque recuerdo a muchos compañeros de Arte Dramático con pesar porque sus papás les decían: “Te vas a morir de hambre”, “Lo que has elegido es un disparate…”. Eso te va quemando y a la larga tiene un peso. ¿Es muy distinto su día a día madrileño de su rutina en Ciudad de México? Madrid me da la oportunidad de tener un ritmo más relajado y disfrutar de más tiempo para mí. A los tres meses de mudarnos aquí, mi hijo, que por entonces tenía nueve años, me dijo: “Mamá, yo creo que ya no hay que volver”. Le pedí tres razones para defender una declaración tan contundente y me las dio, muy concretas. Dijo: “España es muy bonita, llego a todos lados en 10 minutos y puedo andar un poco más yo solo”. Me impresionó la claridad con la que había aterrizado. Eso sí, Ciudad de México me sigue pareciendo fascinante. Tiene tantos incentivos y posibilidades que es adictiva. ¿Cambia mucho su forma de vestir cuando está en España o en México? ¿Hay algún rasgo de las españolas en cuanto a moda que le inspire? Mi estilo cambia de acuerdo con el clima. No me gusta pasar frío, sufro mucho. Me parece absurdo que a las mujeres para ir bien vestidas se nos pida pasar frío e ir incómodas. En cuanto a las españolas, me gusta mucho esa elegancia discreta de su estilo. Consideró los tacones como un acto de violencia de género, pero sigue llevándolos en muchas alfombras rojas. Los luzco, pero siempre hay de por medio una batalla campal con mis estilistas, tanto en España como en México. Siempre discutimos sobre por qué existe ese objeto. Y luego, claro, admito que hay tacones que me gustan, sobre todo los cómodos. Hay algo lindo en ellos, sé que es una contradicción, pero la mayoría de las mujeres que los llevan en la alfombra roja los terminan odiando y queriéndoselos quitar a los cinco minutos. Pasados los 50, ¿le afecta menos la presión por estar siempre guapa, femenina, perfecta ante los medios? Conforme cumples años vas entendiendo y negociando ciertas cosas. Por ejemplo, que para ir bien tengas que ir incómoda. Ahí empiezas a llevarlo mejor, se vuelve todo más natural. Y no siempre vamos perfectas. En la vida cotidiana, cuando no estamos trabajando, vamos como todas. Elmer, su hijo en la serie, carece de la capacidad de sentir emociones. Con todo lo que está pasando en el mundo, ¿es un mal que nos asola cada vez más como sociedad? Habrá gente inmunizada, pero los demás tenemos que dosificar la información porque sí que nos afecta. El otro día escuché en una entrevista que este es el fin de una era y que cuando terminan lo hacen así, con una decadencia profunda del tejido social. Algo de eso hay de cierto. Y luego, esa falta de sensibilidad y de empatía también tiene que ver con la irrupción de internet en nuestra vida cotidiana. También tenemos un sistema educativo de rodillas frente a las nuevas tecnologías cuando se ha demostrado que no se aprende más en un ordenador, hay que sacar todos los aparatos electrónicos del ámbito escolar y volver al lápiz y al papel. Hoy mismo compartía en sus redes una noticia de El País en la que se alertaba sobre el auge de la nostalgia franquista y de ultraderecha en las aulas. ¿Ha notado ese fenómeno en la generación de su hijo? Por supuesto. Él acaba de cumplir 15 años y te digo con enorme orgullo que no tiene internet en su teléfono móvil. Ha sido un logro mayúsculo porque la presión de la sociedad es muy grande. Me han llamado cavernícola por no darle un móvil, pero sé que si cedo a eso, él va a perder mucho más. No solo frente a temas como la ultraderecha, sobre el que no ha tenido tiempo para reflexionar… Ahí está la misoginia rampante que circula por las redes sociales o el acceso ilimitado a la pornografía que define unos roles violentos e imposibles de soportar. Si no les dejamos conducir o beber hasta cierta edad, ¿por qué les concedemos la llave de internet cuando es el responsable principal de la falta de equilibrio que estamos viendo en las nuevas generaciones? Es embajadora de la Iniciativa Spotlight de la ONU para erradicar la violencia contra la mujer. ¿Cómo se mantiene la esperanza cuando parece que el machismo sigue ganando fuerza? Hay días que son desoladores, sí, pero rendirse no es una opción. Sobre todo, porque existe esa falsa sensación de que el patriarcado solo nos castiga a las mujeres, al colectivo LGTBI y a los niños y niñas, que los hombres blancos son los únicos en posición de ventaja. Es mentira. El patriarcado no deja títere con cabeza: nos alcanza a todos, incluso a los hombres blancos. ¿A ellos también? En el patriarcado hay un dictado sobre la masculinidad que es completamente cruel y mentiroso. No hay opción a la dulzura o a la ternura, se te impone ser el proveedor y tener un deseo sexual permanente y sin pregunta de por medio… están sujetos a cosas terroríficas. ¿Cómo pueden sentirse contentos de defender algo que también les oprime? El patriarcado no se ha revisado lo suficiente como para que los hombres se den cuenta de que es una gran mentira que también les atrapa a ellos. ¿Se ha notado ya en iniciativas como Spotlight la llegada de Donald Trump al poder y sus recortes en cooperación y desarrollo? ¡Claro! Estados Unidos es el país que más dinero aporta a las Naciones Unidas. En Argentina, por ejemplo, el programa había tenido una respuesta y un desempeño maravilloso, un gran éxito. Hice una visita al país y conseguí que la Unión Europea continuara su apoyo cuatro años más, pero no contábamos con que llegara al poder alguien [Javier Milei] que ha dado un golpe durísimo a todo lo que es igualdad. Pero no nos vamos a ninguna parte, los derechos de las mujeres y de las niñas no van a sufrir ningún revés. La sociedad civil debe ponerse al frente de esa defensa. Seguir leyendo
Lleva seis años cruzando el Atlántico con asiduidad, pero Cecilia Suárez (Tampico, México, 53 años) no se acostumbra al jet lag: “El cuerpo me recuerda que ya no tengo 20 años para seguir haciendo viajes con esta distancia y la agenda tan llena de trabajo”. Tras triunfar en su país natal y trabajar en Hollywood, el éxito de La casa de las floresle dio la oportunidad de conquistar también la ficción española. Se instaló en Madrid y cumplió su propósito. La última muestra de esta fructífera adopción es El jardinero, un thriller de Netflix en el que interpreta a la controladora madre de un joven (Álvaro Rico), carente de emociones, a quien empuja a convertirse en sicario. “Ya son demasiados años moviendo el abanico”, dice con humildad una intérprete que, cuando no está rodando, usa su altavoz para combatir la violencia de género a nivel global. Una lucha que, admite, cada día es más difícil y más necesaria.. Su personaje en El jardinero evoca el mito de la madre sobreprotectora y castrante, que por su exceso o defecto de cuidados acaba condicionando el desarrollo de su hijo.. Me interesaba explorar una maternidad no idealizada, de la que no solemos hablar. ¿Qué pasa con las madres egoístas que se ponen a ellas por delante y cuyo hijo acaba acomodándose a eso? Además, tenía que entender que es una narcisista lastimada, un ser en dolor y completamente despojada de cualquier cosa que le pueda aportar identidad o autorreconocimiento. Todo aquel que genera dolor a los demás también está sufriendo.. Siendo una actriz de éxito y madre, ¿ha estado alguna vez ante el dilema de priorizar su carrera sobre su familia?. Fue clave tener claro que tanto mi carrera como mi maternidad eran importantes, pero que ser madre lo era más que nada. Durante los primeros nueve años de vida de mi hijo decidí no viajar, no moverme de la ciudad. Solo me permitía salir a filmar en verano, cuando él tenía vacaciones y podía poner en marcha todo un mecanismo para hacerlo realidad.. Chaqueta estampada, falda bordada, cinturón de piel y bufanda de punto de algodón, de N21 x ALESSANDRO DELL’ACQUA; salones de piel de CELINE; guantes de satén de GUANTE VARADÉ; pendientes de piel de HERMÈS. La butaca es deTROVO.4.JAVIER BIOSCA. ¿Cómo de complicada era toda esa logística?. Lo logré gracias a la ayuda de otras mujeres. Cuando me preguntan por esto, me parece justo señalar que conozco a muchísimas otras que también hacen ese malabar y no se las menciona. Tendríamos que pararnos a reflexionar por qué tradicionalmente todo eso corre a cuenta de nosotras. A las mujeres nos urge un balance más justo con el hogar, los hijos y la vida profesional.. ¿Qué ha hecho bien para seguir con la agenda repleta de proyectos pese a las dificultades de muchas actrices para trabajar más allá de los 50?. Sería petulante decir que hice algo bien, pero creo que desde jovencita he sabido qué tipo de actriz quería ser. Tener claro ese mandato ha sido bueno para mí. Por otro lado, conforme pasaban los años traté de hacer las paces con la edad que tengo. No me niego a ver el paso del tiempo reflejado en mi cara o en mi cuerpo. Eso también ha ayudado.. ¿Era difícil dedicarse a la interpretación en su país natal hace 30 años?. En la familia Suárez de Garay, no. Mis hermanas y yo tuvimos la suerte de que nuestros padres nunca cuestionaron qué queríamos estudiar. Tener su apoyo fue importante porque recuerdo a muchos compañeros de Arte Dramático con pesar porque sus papás les decían: “Te vas a morir de hambre”, “Lo que has elegido es un disparate…”. Eso te va quemando y a la larga tiene un peso.. Cecilia Suárez lleva blusón de organza, falda de seda y bolso 25 de piel, de CHANEL; guantes de tul, de GUANTE VARADÉ; sandalia de piel, de AQUAZZURA.JAVIER BIOSCA. ¿Es muy distinto su día a día madrileño de su rutina en Ciudad de México?. Madrid me da la oportunidad de tener un ritmo más relajado y disfrutar de más tiempo para mí. A los tres meses de mudarnos aquí, mi hijo, que por entonces tenía nueve años, me dijo: “Mamá, yo creo que ya no hay que volver”. Le pedí tres razones para defender una declaración tan contundente y me las dio, muy concretas. Dijo: “España es muy bonita, llego a todos lados en 10 minutos y puedo andar un poco más yo solo”. Me impresionó la claridad con la que había aterrizado. Eso sí, Ciudad de México me sigue pareciendo fascinante. Tiene tantos incentivos y posibilidades que es adictiva.. ¿Cambia mucho su forma de vestir cuando está en España o en México? ¿Hay algún rasgo de las españolas en cuanto a moda que le inspire?. Mi estilo cambia de acuerdo con el clima. No me gusta pasar frío, sufro mucho. Me parece absurdo que a las mujeres para ir bien vestidas se nos pida pasar frío e ir incómodas. En cuanto a las españolas, me gusta mucho esa elegancia discreta de su estilo.. Consideró los tacones como un acto de violencia de género, pero sigue llevándolos en muchas alfombras rojas.. Los luzco, pero siempre hay de por medio una batalla campal con mis estilistas, tanto en España como en México. Siempre discutimos sobre por qué existe ese objeto. Y luego, claro, admito que hay tacones que me gustan, sobre todo los cómodos. Hay algo lindo en ellos, sé que es una contradicción, pero la mayoría de las mujeres que los llevan en la alfombra roja los terminan odiando y queriéndoselos quitar a los cinco minutos.. Pasados los 50, ¿le afecta menos la presión por estar siempre guapa, femenina, perfecta ante los medios?. Conforme cumples años vas entendiendo y negociando ciertas cosas. Por ejemplo, que para ir bien tengas que ir incómoda. Ahí empiezas a llevarlo mejor, se vuelve todo más natural. Y no siempre vamos perfectas. En la vida cotidiana, cuando no estamos trabajando, vamos como todas.. Vestido de algodón estampado de MARNI; pulsera de piel y metal de HERMÈS; salones Bilougiela de piel de CHRISTIAN LOUBOUTIN x MAISON MARGIELA.JAVIER BIOSCA. Elmer, su hijo en la serie, carece de la capacidad de sentir emociones. Con todo lo que está pasando en el mundo, ¿es un mal que nos asola cada vez más como sociedad?. Habrá gente inmunizada, pero los demás tenemos que dosificar la información porque sí que nos afecta. El otro día escuché en una entrevista que este es el fin de una era y que cuando terminan lo hacen así, con una decadencia profunda del tejido social. Algo de eso hay de cierto. Y luego, esa falta de sensibilidad y de empatía también tiene que ver con la irrupción de internet en nuestra vida cotidiana. También tenemos un sistema educativo de rodillas frente a las nuevas tecnologías cuando se ha demostrado que no se aprende más en un ordenador, hay que sacar todos los aparatos electrónicos del ámbito escolar y volver al lápiz y al papel.. Hoy mismo compartía en sus redes una noticia de El País en la que se alertaba sobre el auge de la nostalgia franquista y de ultraderecha en las aulas. ¿Ha notado ese fenómeno en la generación de su hijo?. Por supuesto. Él acaba de cumplir 15 años y te digo con enorme orgullo que no tiene internet en su teléfono móvil. Ha sido un logro mayúsculo porque la presión de la sociedad es muy grande. Me han llamado cavernícola por no darle un móvil, pero sé que si cedo a eso, él va a perder mucho más. No solo frente a temas como la ultraderecha, sobre el que no ha tenido tiempo para reflexionar… Ahí está la misoginia rampante que circula por las redes sociales o el acceso ilimitado a la pornografía que define unos roles violentos e imposibles de soportar. Si no les dejamos conducir o beber hasta cierta edad, ¿por qué les concedemos la llave de internet cuando es el responsable principal de la falta de equilibrio que estamos viendo en las nuevas generaciones?. Es embajadora de la Iniciativa Spotlight de la ONU para erradicar la violencia contra la mujer. ¿Cómo se mantiene la esperanza cuando parece que el machismo sigue ganando fuerza?. Hay días que son desoladores, sí, pero rendirse no es una opción. Sobre todo, porque existe esa falsa sensación de que el patriarcado solo nos castiga a las mujeres, al colectivo LGTBI y a los niños y niñas, que los hombres blancos son los únicos en posición de ventaja. Es mentira. El patriarcado no deja títere con cabeza: nos alcanza a todos, incluso a los hombres blancos.. La actriz con camisa de seda, jersey de cachemir, falda de piel con detalles de metal y cinturón suspendido, zapatos de piel y gafas de sol, todo de PRADA.JAVIER BIOSCA. ¿A ellos también?. En el patriarcado hay un dictado sobre la masculinidad que es completamente cruel y mentiroso. No hay opción a la dulzura o a la ternura, se te impone ser el proveedor y tener un deseo sexual permanente y sin pregunta de por medio… están sujetos a cosas terroríficas. ¿Cómo pueden sentirse contentos de defender algo que también les oprime? El patriarcado no se ha revisado lo suficiente como para que los hombres se den cuenta de que es una gran mentira que también les atrapa a ellos.. ¿Se ha notado ya en iniciativas como Spotlightla llegada de Donald Trump al poder y sus recortes en cooperación y desarrollo?. ¡Claro! Estados Unidos es el país que más dinero aporta a las Naciones Unidas. En Argentina, por ejemplo, el programa había tenido una respuesta y un desempeño maravilloso, un gran éxito. Hice una visita al país y conseguí que la Unión Europea continuara su apoyo cuatro años más, pero no contábamos con que llegara al poder alguien [Javier Milei] que ha dado un golpe durísimo a todo lo que es igualdad. Pero no nos vamos a ninguna parte, los derechos de las mujeres y de las niñas no van a sufrir ningún revés. La sociedad civil debe ponerse al frente de esa defensa. . Gorro, camisa y pantalón, todo de piel, de LORO PIANA. Los pendientes son de HERMÈS.JAVIER BIOSCA. Créditos. Estilismo: Beatriz Moreno de la Cova
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