Pocas veces se ha vivido una edición de Supervivientes en la que la meteorología jugase un papel tan importante. Las lluvias y las tormentas no dan tregua ni al programa ni a los supervivientes, y el ánimo está empezando a verse afectado. Cuando el tiempo no acompaña no sólo afecta a la organización, que tiene que buscarse la vida para poder seguir emitiendo y no reventar las galas, sino que afecta especialmente a los concursantes, al ánimo de los concursantes. Anoche, en Supervivientes: Tierra de Nadie los ánimos estaban tan abajo que casi tocaban las puertas del infierno. . Seguir leyendo
La lluvia de nuevo se apoderó anoche de Supervivientes, y ya van unas cuantas. Una noche desapacible que acabó por romperse cuando el reality desveló su gran misterio: Manuel, Nieves y Makoke siguen siendo concursantes. El regreso inesperado de Manuel ha desestabilizado a Anita que sufrió un inesperado ataque de ansiedad y a punto estuvo de marcharse
Pocas veces se ha vivido una edición de Supervivientes en la que la meteorología jugase un papel tan importante. Las lluvias y las tormentas no dan tregua ni al programa ni a los supervivientes, y el ánimo está empezando a verse afectado. Cuando el tiempo no acompaña no sólo afecta a la organización, que tiene que buscarse la vida para poder seguir emitiendo y no reventar las galas, sino que afecta especialmente a los concursantes, al ánimo de los concursantes. Anoche, en Supervivientes: Tierra de Nadie los ánimos estaban tan abajo que casi tocaban las puertas del infierno.. Se les vio desde el inicio del programa cuando Supervivientes les preparó una complicada prueba de recompensa en la que podían hacerse con unas torrijas. Carmen Alcayde fue la primera en mostrar esa debilidad anímica al terminar la prueba y sufrir un ataque de ansiedad provocado por la dificultad, pero sobre todo por el esfuerzo mental y físico, y por una lluvia que se ha convertido un escollo a la altura casi del hambre, la falta de sueño o la escasez de fuerzas.. No iba a ser una noche fácil y terminó como se preveía que iba a terminar, con la triste noticia de un abandono más, esta vez el de Almacor, el cual se hizo daño el domingo en Supervivientes: Conexión Honduras y, pese a que en un principio poco caso le hicieron, los médicos de Supervivientes no han podido dejar que continuase con la aventura. Como jode cuando un concursante que lo está dando todo, que está bien, que se nota que lo está disfrutando tiene que decir adiós. Y como jode cuando ese concursante no es de los que más han centrado las tramas y parece que es uno más y que su marcha no supone ninguna catástrofe. Pues sí, sí la supone, pues Almacor se merecía seguir, pues Almacor era de esos concursantes que llevan consigo la pesada mochila de ser la esencia de Supervivientes.. Una mochila que no sólo supone dejarte la piel sino que es dejártela sin siquiera conseguir la atención de los que, aún dejándosela, parece que valen más porque son los que crean contenidos y dramas. Lo he dicho muchas veces, estos segundos son más que necesarios, pero los primeros, los concursantes como Almacor, también, pues sin Almacor, sin Koldo, sin Álex, sin Borja… Supervivientes no sería Supervivientes.. Sólo hubo que ver que la reacción de Almacor (y la paciencia) cuando Carlos Sobera le comunicó que el equipo médico no le permitía volver al reality. Con el brazo completamente inmovilizado que, como dijo Carlos Sobera, parecía más que venía de una guerra que de Supervivientes, Almacor aguantó no sé cuántas conexiones hasta que que el presentador le comunicó la decisión.. «El pasado domingo Almacor sufrió un traumatismo en el brazo que obligó al equipo médico a inmovilizarle el hombro. En las pruebas efectuadas se confirma la presencia de una lesión que implica el uso de un inmovilizador de hombro durante cuatro semanas y además posterior rehabilitación. Por todo ello, Almacor no puede seguir en Supervivientes y debe regresar a España», comunicaba el presentador. Lo que a nadie le pareció importarle el domingo, resulta que se ha convertido en la lesión más grave de esta edición, la que le ha costado la salida a un gran concursante.. No me extraña que anoche Almacor llorara como si no hubiera un mañana, que soltara todos los exabruptos que podía echar. Pocos me parecieron. «No me jodas. Su puta madre… No es justo, tío. Lo siento. Soy un patoso», decía entre lágrimas. Su novia, desde plató, intervenía para intentar calmarle: «Amor, tú tranquilo, todo va a estar bien, no pasa nada, lo has hecho muy bien. Para nosotros eres un ganador. Todo pasa por algo, así que no te preocupes». Pero ni las palabras de su futura mujer calmaban su decepción.. Ahora, no fue el único sufrimiento de la noche, porque ¡menuda noche! Aunque estaba previsto que fuese el domingo pasado cuando Supervivientes descubriese el gran secreto de esta edición (Playa Misterio), fue anoche cuando se decidió abrir la palapa (otra vez) de manera excepcional para comunicar a los concursantes la existencia de esa playa y los concursantes que volvían a formar parte del reality de aventuras. Manuel, Makoke y Nieves tras pasar las de Caín vuelven a ser concursantes oficiales de Supervivientes. ¡Qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto!. A ver, la alegría de estos tres jabatos, especialmente la de Manuel, que lleva en Playa Misterio desde que comenzó esta edición, está más que justificada, lo que yo no sé si está tanto es la reacción que se vivió cuando Manuel hizo su triunfal entrada en la palapa iluminando a todos con esos dientes blanco nuclear que parecen haber pasado por un experimento secreto en el Área 51.. Obviamente, la peor reacción fue la de Anita y Montoya. Aunque cuando estuvieron los tres conviviendo en Playa Misterio parecía que las tensiones, recelos y rabia habían dejado paso al entendimiento y a la comprensión, lo vivido anoche en la palapa dejó claro que perdonar es fácil, pero olvidar no tanto.. Cuando Manuel entró la peor reacción fue la de Anita, hasta tal punto que mientras Manuel se estaba presentando a sus compañeros, Anita se dirigió a Laura Madrueño con un tono chulesco, propio de a quien le ha tocado las narices ver al hombre con el que fue infiel a su pareja, delante de su ex pareja. «¿Por qué me estás mirando? ¿Por qué me miras así?», le soltó a Laura Madrueño, que no pudo más que decirle que la miraba porque veía que no le gustaba nada la aparición de Manuel.. Anita rompía a llorar, mientras Manuel intentaba explicar, por supuesto, en el tono de Manuel, que él no venía a jorobar a nadie, pero que estaba feliz por poder sumarse al concurso de una vez por todas. Anita se giraba en su asiento dando la espalda a las cámaras y se ponía a llorar desconsoladamente. Laura Madrueño advertía de ello, Carlos Sobera indicaba que estaba sufriendo un «ataque de ansiedad» comprensible, y era Montoya el que se levantaba a consolarla y a calmarla diciéndole que no se preocupara que no iba a cambiar nada. Carmen Alcayde, que es como la escudera de Montoya y donde va él va ella, se levantó también a consolarla. Laura Madrueño les pedía entonces que se sentasen en sus sitios y era entonces cuando Anita explicaba su reacción: «Me ha venido muy bien todo este tiempo para reforzar cosas con él y no quiero que se fastidien otra vez porque él vuelva a revivir todo».. «Para mí es una persona a la que no doy importancia, quiero que esté tranquila, que esté bien», le dejaba claro Montoya, mientras Carmen Alcayde hacía lo que le corresponde a una escudera y recriminaba su actitud a Manuel, que no dejaba de sonreír: «¿Por qué te ríes del sufrimiento de alguien?» Aunque Manuel dejaba claro que él no se estaba riendo de nadie: «¿Qué voy a estar con cara triste porque la chiquilla llore?» Y Montoya quería tranquilizar por completo a Anita: «Ya se ha pasado». Momentos de tensión que fueron a más cuando se rompió por completo.. Llorando y ahogándose les dijo a sus compañeros que se quería ir. «Me quiero ir a mi casa. No puedo, no puedo…», les decía a Borja y a Joshua mientras estos intentaban calmarla. Laura Madrueño intentaba poner un poco de orden y calma y le dedicaba unas palabras de ánimo a la concursante, que terminaba por calmarse, pero sin lograr que la tensión desapareciese. Y aquí viene la realidad. Supervivientes no es sólo un juego de supervivencia física es también y casi por encima de lo primero, un juego de fortaleza mental.. No sólo es que luchen contra los instintos primarios de un ser humano como es el hambre o el sueño, es que también tiene que luchar contra su mente. Y es en este juego donde la organización de Supervivientes juega un papel clave porque sabe en qué lugar colocar las pequeñas o grandes explosiones para que las mentes se vayan debilitando. Lo habitual es que ocurra con los concursantes protagonistas y en esta edición le pese a quien le pese, Anita, Manuel y Montoya son protagonistas. Ser protagonistas tiene esto, que sufrirás más que los demás y que tendrás que saber gestionarlo.. Anita anoche no supo gestionarlo porque todo lo del pasado le vino de golpe y no sólo a la memoria sino a su desarrollo en Supervivientes. No fue justa Anita con Manuel, fue lo que se esperaba que fuera, ¿o es que nos pensamos que el reencuentro de anoche no era uno de los momentos más esperados por Supervivientes conscientes de lo que iba a ocurrir? La pregunta se responde sola.
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