No es arriesgado afirmar que la comedia no pasa por su mejor momento, en una era en la que muchos de los actores más importantes del género han manifestado públicamente que existe un miedo a entrar en temas peliagudos. Véase la denuncia con efecto retardado de sitcoms como Friends y cómo algunos de sus participantes se han unido al lamento generalizado en la profesión de criticar la llamada «corrección política» como veneno para las risas.. Seguir leyendo
Netflix estrena Malos Pensamientos, una serie de seis episodios de humor negro creada y protagonizada por el popular humorista Tom Segura que escalda conciencias y rompe mitos sobre la autocensura en la comedia
No es arriesgado afirmar que la comedia no pasa por su mejor momento, en una era en la que muchos de los actores más importantes del género han manifestado públicamente que existe un miedo a entrar en temas peliagudos. Véase la denuncia con efecto retardado de sitcoms como Friends y cómo algunos de sus participantes se han unido al lamento generalizado en la profesión de criticar la llamada «corrección política» como veneno para las risas.. Puede que esa impresión tenga algo de cierto, pero la realidad es que el estreno de series como Malos pensamientos (Bad Thoughts) deja ver que o algo está cambiando, o la narrativa de la falta de libertad tiene un condicionante basado, sencillamente, en lanzarse y atreverse con todo.. Porque lo nuevo del cómico Tom Segura, estrenado hace unas semanas en Netflix, son seis episodios de humor retorcido y surrealista, con un estilo tan oscuro como acostumbra en sus shows. Coescrita, coproducida, codirigida y protagonizada por él mismo, la describe como «una mezcla de Black Mirror y David Cronenberg bajo efectos alucinógenos», y en ella encontramos genitales protésicos, deep fakes grotescos, siameses y otras groserías con mucho potencial para ofender a bastante gente. Puede que por ello Segura pensara que su idea podía tener más cabida en HBO, Amazon u otras plataformas con menos reputación woke que Netflix, pero en realidad ya tenía cinco especiales con ellos así que probó suerte, y acertó.. Quizá el éxito de I Think You Should Leave de Tim Robinson abriera la puerta de la plataforma a más experimentos de comedia sin filtro y, aunque el post humor de aquella es diferente a la oscuridad de Segura, lo que les une es su formato de antología de sketches y el riesgo. Malos pensamientos explora un universo alternativo alimentado por los escenarios intrusivos incómodos que se crean en la mente de Segura. Cada episodio es como un sueño febril con situaciones cada vez más extrañas que desafían lo que se considera apropiado. La idea es que cada historia tenga estilos diferentes, como un conjunto de cortometrajes de varios subgéneros rodados con gran fotografía, diseño de producción, y entidad más allá de la clásica pieza de sitcom.. Escena de Malos pensamientos, la nueva serie de Netflix.NETFLIX. Pero más allá de lo que puedan aportar sus efectos especiales frente a otras comedias, lo que llama la atención es que se pasa tres pueblos. El propio humorista cuenta que su madre le dijo al verla: «No puedes emitir esto. Mis amigos no me van a volver a hablar». Una reacción tan exagerada que Netflix decidió utilizarla en la campaña de promoción. En un clip, Segura enseña a su madre algunos momentos para que utilice un dispositivo de tres botones, uno para mostrar lo que le parece bien, un pulgar hacia abajo para desaprobar y un botón rojo si algo es tan ofensivo que no debería hacerse público. «No, Tommy. No tiene gracia. Esto es asqueroso. Estoy más allá del vómito, puedes ser un buen cómico sin ser tan desagradable. ¡Esto es un insulto a la humanidad!». La mujer va cayendo poco a poco en la incredulidad «Júrame que no vas a hacer esto. Cancélalo. Bórralo. No puedo decirle a la gente que es mi hijo. ¿Sabes qué? Eres huérfano».. La cosa no acaba ahí, y el cineasta asegura que su mujer no daba crédito de que tuviera esas cosas en su cabeza después de dos décadas conociéndole, pero su determinación creativa hace de Malos pensamientos un cadáver exquisito de sus más bajos instintos. La escatología es abundante, pero siempre con un factor de humor negro y una amplia libertad creativa por parte de Netflix, que tan sólo le corrigió un sketch en el que aparecía la palabra nigger (un término muy despectivo para referirse a un «negro» en EEUU). También podría ser que Corea del Sur le exija difuminar algunos de los planos de penes, pero en general ha hecho lo que ha querido, y en una entrevista a Variety cuenta que no se cree el cuento de que la comedia ya no está permitida.. Escena de Malos pensamientos, la nueva serie de Netflix.NETFLIX. «Es una completa tontería. Es el mejor momento para hacer comedia. La gente quiere grandes cambios. Twitter no es la vida real». De hecho, explica que las manifestaciones de Elon Musk de «hacer que la comedia vuelva a ser legal» son «una estupidez muy pocha». «La comedia nunca fue ilegal. No necesitamos su ayuda», dice. Segura ya está trabajando en más proyectos, entre ellos un largometraje y varios acuerdos televisivos, pero su objetivo en todo lo que emprende es seguir superando los límites, reconoce que siempre ha querido hacer cine y ser «como Jordan Peele… con pollas». Una determinación por molestar que hizo que Jason Momoa se arrepintiera de decirle que sí para interpretar a un tipo sexy, «luego me llamó por FaceTime desde la bañera para cancelarlo», aclara.. Al menos, Malos pensamientos cuenta con actores como Shea Whigham, Dan Stevens, Rachel Bloom o Rob Iler, quien no había hecho nada más desde Los Soprano, y por poco llega también Bryan Cranston, con lo que hay gente en Hollywood que al menos capta el tono buscado por la serie. Seguramente dividirá y creará cierta controversia, pero sin duda se postula como valedora de una realidad que, al menos, no puede ser rebatida con números, puesto que en la confianza de Netflix en ella y su humor con fluidos genitales y gags del 11-S también se demuestra con un presupuesto poco común en la comedia, por lo que el mantra de «ya no se puede hacer chistes sobre nada» pasa de momento a un relato, o bien interesado, o poco riguroso.
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